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Deportes 12 de marzo de 2025

Eduardo Ferrer: “Siempre quisimos recuperar historias para que no se pierdan”

Este viernes a las 19.30 se presentará en sociedad en el club Once Unidos el libro "100 historias en clubes bonaerenses". Uno de sus autores cuenta detalles de este nuevo trabajo, el segundo después del éxito de "100 clubes de barrio".

Antonio Ferrer, Vicini, Ramírez (agachado), Oliver y Eduardo Ferrer. Una de las copas ganadas por Amigos Unidos de Balcarce. Se viene un libro muy interesante sobre clubes de Mar del Plata y la región.

La espera terminó. Faltan horas apenas para la presentación oficial de otra obra que llega para engrosar la biblioteca sobre deporte marplatense y regional. Hace unos años Eduardo Ferrer y Sebastián Ramírez lograron un muy buen suceso con la publicación de “100 clubes de barrio”, un muy interesante relevamiento de aquellas instituciones sociales y deportivas que habían acompañado el crecimiento de la ciudad, pero no pudieron sobrevivir a los cambios que trajo el siglo XX.

Ferrer y Ramírez, después de ese éxito inicial, fueron por más, ampliaron el equipo con los aportes de Antonio Ferrer -padre de Eduardo, también historiador-, Gustavo Vicini, Marcelo Oliver y Máximo Falaschini para ocuparse ahora de clubes que sí sobrevivieron los embates del cambio social y ampliaron el zoom a la región Mar y Sierras. El fruto de esas inquietudes es “100 historias en clubes bonaerenses”, el libro que se presentará en sociedad este viernes 14 de marzo a las 19.30. Como no podía ser de otra manera, será en un club. El elegido fue Once Unidos.

Eduardo Ferrer, tandilense, profesor de Historia, ahondó con LA CAPITAL sobre la “cocina” de este nuevo trabajo. “Este libro surgió de una necesidad nuestra de darle una continuidad a la historia que ya habíamos escrito. El primer trabajo estuvo emparentado con los clubes que no habían tenido continuidad y de los que no habían quedado registro en el presente. Y hubo que recuperar esas historias. Cuando nos sentamos a charlar sobre las conclusiones de aquel proyecto, nos pareció que nos hacía falta la otra parte. No habíamos abordado a los clubes que sí tuvieron trayectoria ni tampoco los causales que les permitieron sostenerse a lo largo del tiempo”, ilustró el autor.

“Entonces pensamos en otro desafío: tratar de advertir si el fenómeno ocurrido en Mar del Plata respecto a la importancia y relevancia de los clubes, más allá de lo deportivo y con fuerte
basamento en lo social, se repetía en otras localidades de la provincia de Buenos Aires. Nos parece que surge también de la necesidad de seguir ilustrando y haciendo público todo lo que sucede adentro y alrededor de los clubes. No se apagó todavía esa llama de la importancia que tienen a nivel vecinal en los pueblos y en los barrios. Lo que pasa es que quizás, con la pluralidad de noticias de hoy, la actividad de los clubes no tiene tanto impacto en la agenda de los medios. Eso es lo que queremos hacer público y, además, siempre quisimos recuperar historias para que no se pierdan. Quedan en el registro de la transmisión oral y teníamos la necesidad de dejarlas escritas”, amplió Ferrer.

Escribir un libro no es soplar y hacer botellas. Mucho menos uno que pretende tener rigor histórico.  “La primera reunión la tuvimos en noviembre o diciembre de 2022 y el proceso de trabajo se extendió durante todo 2023 y 2024 hasta estos primeros meses de 2025. Dos años y un trimestre, en total. Lo primero fue definir la región geográfica. Trazamos una primera línea a partir del cordón del río Salado hacia el sur y después lo fuimos acotando hasta circunscribir el trabajo a la región de Mar y Sierras. Tomamos como cabeceras a Mar del Plata y Tandil y extendimos las redes a partir de ellas. Teníamos más de trescientos kilómetros hasta Coronel Dorrego, el extremo más alejado por el sur. También más de trescientos hasta Bolívar siguiendo la 226. Doscientos veinte hasta Castelli por la ruta 2. Esto implicó una cantidad increíble de viajes. Sin contar los más cercanos, hicimos aproximadamente doce mil kilómetros. Pero encontramos una predisposición enorme para recibirnos, sobre todo en los pueblos más chicos, muchas ganas de contar las historias. Fue más dificultoso el trabajo con los documentos escritos, pero ahí aparecieron los libros de actas, las memorias, los socios, revistas o libros de aniversarios que se convirtieron en fuentes valiosas para acelerar los procesos de reconstrucción. La buena voluntad de los protagonistas o los testigos fueron la clave. En el registro oral juegan emociones y sentimientos muy fuertes”, describe Ferrer.

Ampliar el plantel fue vital para poder abarcar una región tan grande y tantas instituciones. El tandilense cuenta cómo fue el reparto de tareas. “Sebastián Ramírez y yo trabajamos los distritos al sur de Mar del Plata: Dorrego, Necochea, Tres Arroyos. Ese cinturón más cercano a esta ciudad que representan Miramar, Otamendi y Balcarce, más Coronel Vidal y Pirán, lo abordó Gustavo Vicini, profesor de Historia que se sumó al equipo. El cordón serrano (Tandil, Olavarría, Benito Juárez) lo hicimos con Antonio Ferrer, que además se encargó de Bolívar y Tapalqué, mientras yo colaboraba con el partido de Azul. Máximo Falaschini y Marcelo Oliver, dos periodistas deportivos de esta ciudad que también se agregaron al grupo, se encargaron de gran parte de las historias de los clubes de Mar del Plata. Por último, el corredor norte (Dolores, Castelli, General Madariaga, Ayacucho y Rauch) también lo encaramos con Seba Ramírez”, apuntó.

 

portada

 

Ferrer deja bien claro de qué va el libro con la siguiente definición. “El concepto de historias o historia fue todo un tema. Como así también la cuestión de historias de clubes o historias en clubes. Esta vez dejamos un poco de lado lo institucional para pensar en acontecimientos, anécdotas, relatos y personajes. Eso transformó historia en historias. Y elegimos finalmente historias en clubes en lugar de historias de clubes. Por ejemplo, no es la historia de Peñarol de Mar del Plata, sino la historia de un título de Liga Nacional de Peñarol a partir de dos personajes claves. Por eso la diferencia conceptual. La historia institucional, a lo mejor, se escribe una vez. El anecdotario y los relatos permiten la posibilidad de insistir en el futuro con otros que no se contaron”, explicó.

Por ende, este proyecto puede tener una segunda parte. “En el comienzo del trabajo nosotros hicimos un relevamiento de 700 clubes sociales y deportivos y lo seguimos actualizando. Con ciudades que finalmente no entraron en este libro, como Bahía Blanca, Carhué, Tornquist, Coronel Pringles, Coronel Suárez, 25 de Mayo, General Alvear. Queda abierta la posibilidad de indagar más historias en otras regiones y a la vez de incluir a clubes de Mar del Plata y Tandil que esta vez quedaron afuera. O contar historias que nos quedaron en el tintero de instituciones que sí estuvieron. Hay una idea de continuidad. Si no la encaramos nosotros, lo harán otros historiadores y periodistas”, aventuró el profesor.

Por último, Ferrer se refirió a la incidencia de “100 clubes de barrio” en este nuevo libro. “‘100 clubes de barrio’ fue una puerta abierta a un universo increíble. Si bien la gran mayoría de los que escribimos tenemos raíces profundas en clubes (Máximo en San Isidro, Chelo en Unión, yo en Unión y Progreso de Tandil, Seba en el Puerto), ‘100 Clubes de Barrio’ nos volvió a contactar con esas realidades que por los tiempos de la vida quedan un poquito más alejadas. Nos permitió contactarnos con un montón de gente, nos abrió la puerta a que nos conozcan muchos. Después de escribir, las redes sociales siguieron haciendo lo suyo. En paralelo a los libros, nosotros volcamos en nuestras redes sociales memorias y recordatorios de los clubes. No queremos que se cierre la puerta que se abrió. Porque muchos nos comenzaron a pedir historias de clubes que no habían cerrado sus puertas y desde la zona también recibimos pedidos. Fue un desafío a ir por más. Queremos que este libro sea algo parecido”, finalizó.