El centro comercial del Puerto, colmado de turistas: rabas, cazuelas, paellas y picadas, lo más buscado
Este Viernes Santo, el lugar convocó a miles de turistas y marplatenses que fueron a degustar platos típicos de la gastronomía marinera. La mayoría de los restaurantes trabajan con mesas llenas, filas y listas de espera para entrar a comer.
Miles de turistas y vecinos disfrutan de la gastronomía marina del Puerto de Mar del Plata, que gracias al menú acorde a la vigilia del Viernes Santo y también al buen tiempo, estuvo hoy al mediodía totalmente colmado, con mesas llenas y filas en la mayoría de los restaurantes del centro comercial.
El Puerto marplatense es año a año, sobre todo en esta fecha de Semana Santa, uno de los puntos más elegidos por el turismo para degustar platos típicos. Con el estacionamiento repleto, tránsito fuertemente congestionado en el acceso y listas de espera, los establecimientos gastronómicos trabajaron a tope este viernes.
“Está lleno, no hay lugar y mucha gente esperando. Viene muy movido el día, hoy seguro vamos a cerrar tarde”, comentó uno de los encargados de Chichilo con el local explotado de comensales, en su mayoría turistas.
En este tradicional establecimiento, las porciones de rabas y las picadas para compartir entre cuatro personas, igual que las paellas, fueron algunas de las opciones más elegidas. Hay platos desde $2800 y la mayoría de las familias que fueron a almorzar optaron por opciones para compartir.
Desde temprano, los platos de rabas, cornalitos, picadas marineras, paellas y cazuelas de mariscos no pararon de desfilar al mediodía por los pasillos del Centro Comercial con su aroma irresistible. Los locales literalmente no tenían mesas libres y, gracias al solcito otoñal que acompañó el almuerzo, también los espacios al aire libre estaban repletos.
Los locales de Chichilo, un clásico del lugar, concentraron buena parte de la demanda, pero naturalmente no fueron los únicos. También en Santa Rita se formaba una extensa fila para entrar a comer. “Acá para nosotros las rabas son las mejores, siempre venimos acá, no falla”, señaló un turista de San Martín junto a su familia mientras hacía la fila para entrar a comer.
En Puerto de Palos, que este viernes ofreció los platos típicos de la gastronomía marina pero también róbalo a la mediterránea, trucha a la manteca negra y salmón rosado a la mostaza como especiales del día, también la gente tuvo que esperar para entrar a comer. “Estamos a full, no hay lugar, es así siempre pero parece que este año vino más gente”, comentó al pasar uno de los mozos.
En Mediterránea y El Capitán, entre otros restaurantes característicos del Centro Comercial del Puerto, también se hizo sentir el movimiento. “Es la primera vez que venimos a Mar del Plata. Paseamos por la Banquina y bueno, nos recomendaron venir acá. Comimos pescado, delicioso”, comentaron unas jóvenes de El Salvador de Bahía, Brasil.
Precios
En relación a los precios, hay para todos los gustos. En general, los platos más económicos se venden por entre $2500 y $3000, pero muchos comensales piden platos para compartir, como las picadas marinas, que en la mayoría de los casos vienen bien cargadas y rinden para cuatro personas, por entre $8500 y $10.000. Varios locales cuentan con promociones con tarjetas de distintos bancos y 10% por abonar en efectivo.
“Nos pedimos una picada y sobró, es muy abundante y sobre todo riquísima. Acompañamos con cervecita, como corresponde”, dijo uno de los integrantes de una familia de Capital Federal que viajó “como todos los años” a Mar del Plata en el fin de semana extra largo de Semana Santa. “Los precios están muy bien, vale la pena”, agregó.
Por otro lado, el Centro Comercial del Puerto cuenta con puestos de venta de conservas de pescados y mariscos, o pescado fresco a precios económicos, los cuales también tuvieron una intensa demanda a lo largo del día, ya que muchos turistas eligieron comprar para llevar.
Asimismo, en esta característica medialuna comercial hay cafés, heladerías y locales que ofrecen souvenirs del Puerto. La masiva afluencia de turistas que fue a comer a los restaurantes derramó luego en un paseo y compras en el lugar, para aprovechar la visita que, para muchos, continuó en la Banquina de los Pescadores, frente a las lanchitas amarillas y los lobos marinos.