CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Arte y Espectáculos 26 de noviembre de 2020

El cine de Albert Serra, antídoto contra el aburrimiento

El cineasta español ofreció una Charla con Maestros y Maestras en este Festival de Cine.

Personal, autodidacta e inclasificable, el cineasta español Albert Serra participó de una Charla con Maestros y Maestras dentro del Festival de Cine de Mar del Plata.

Durante la charla con la directora artística del Festival, Cecilia Barrionuevo, el director de películas de autor como “Los reyes magos” o “Liberté” develó cómo es su forma de trabajo: desde el caos y siempre en un camino que huye del clishé, del lugar común y del aburrimiento. 

En ese sentido, dijo que convoca a los actores y a las actrices pero no trabaja con ellos en improvisaciones ni en ensayos, ni les da a conocer los guiones, y tampoco interviene durante los rodajes para “no reducir la complejidad” de su obra.

“No creo mucho en el trabajo progresivo” con el elenco, aportó. Aunque sí me mostró cercano a generar “algún tipo de presión” en los actores y las actrices para que surja de ellos lo más original, lo más orgánico.

“Mi teoría es que para crear intensidad en las imágenes hay que ejercer algún tipo de presión, pero presión seria, como en el fúttbol, no sirven los partidos amistosos, (el actor) tiene que sentir que está viviendo un momento único y que es responsable y que la gente confía en ellos. A los actores les gusta”, indicó.

Llamó a su modo de trabajo como una especie de “mazoquismo” que supone “exigir de una manera al límite de lo físico y de lo psicológico” a sus intérpretes. Y aunque dijo no tenerles mucho amor, sí destacó de ellos “el nivel de entrega” y el hecho de “abandonarse al peligro”, algo que “los honra de un manera importante”.

En sus rodajes coloca tres cámaras con zoom. “El actor no puede ejercer control en su imagen, no sabe lo que las cámaras hacen, el director no se comunica, las tomas son muy largas y lo que captan es invisible al ojo humano, hay que aceptarlo de esta manera y no intentar reducirlo ni domesticarlo”.

Dijo sentirse influenciado más por su propia vida, por la literatura o la música que por un director de cine. “El cine como tradición nunca fue una gran influencia”, señaló, aunque sí se mostró interesado en el cine contemporáneo, y nada en el clásico.