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Policiales 8 de septiembre de 2019

El crimen de Fragoso, una pieza investigativa compleja y misteriosa

La investigación del asesinato de Karina Fragoso (50) transita por un camino de cautela. La hipótesis del robo o la de un fusilamiento premeditado son las que disputan el interés de la policía y la Justicia.

El asesinato de Karina Fragoso (50), la mujer que recibió un disparo en la cabeza mientras caminaba por una calle del barrio Bernardino Rivadavia, se transformó en una pieza investigativa compleja, con dos hipótesis que no pueden descartarse aunque son opuestas.

Las características del crimen inclinan las sospechas hacia episodio por un encargo, una venganza o un ajuste de cuentas, porque no hubo más que un certero disparo. Sin embargo, en la vida personal de Fragoso no existía ningún motivo para semejante desenlace.

El homicidio en ocasión de robo se erige entonces como la otra posibilidad, pero también parecen contradecirla varios detalles, como el hallazgo de todas las pertenencias de Fragoso, la violencia empleada y el análisis de la gestualidad física del asesino, según el video.

Ayer LA CAPITAL, en su página web, publicó de forma exclusiva las imágenes captadas por una cámara de seguridad fijada en una vivienda de México entre Garay y Castelli. El documento dura 26 segundos y se observa a Fragoso atravesar el cuadro de derecha a izquierda. Si pudiera abrirse el plano aparecería la esquina de México y Castelli, donde hay una parada de colectivos.

Según la investigación realizada por el fiscal Leandro Arévalo y por la DDI Mar del Plata, la mujer descendió del micro (línea 571) para dirigirse a la casa de su novio, un hombre domiciliado en Rawson al 5600.

En el video Fragoso camina frente a la casa que tiene la cámara mientras, aparentemente, busca algo entre sus pertenencias con su mano derecha y con la izquierda sostiene un teléfono celular. La mujer lleva una bolsa en su brazo izquierdo y cuando está por desaparecer del encuadre, asoma trotando su asesino.

Se trata de un hombre alto, con pantalón oscuro, campera en algún tono más claro, zapatillas deportivas y un buzo con capucha de color blanco. Aunque la calidad de las imágenes no permiten apreciarlo con exactitud, da la impresión de llevar en su mano derecha el arma.

Los investigadores analizaron el video del que se pueden sacar algunas conclusiones: que el encuentro cara a cara del asesino con Fragoso fue de 8 segundos. Se trata de un lapso prolongado para un fusilamiento y más propio de un asalto, en el que se intenta intimidar, exigir valores y efectuar el disparo.

Claro que esas circunstancias son relativas y cobran valor solo si se las estudia en todo el contexto investigativo, ese en el que se revela la vida privada de la víctima, sus entornos, sus actividades. Una fuente consultada por LA CAPITAL, cercana a la investigación, aseguró que la hipótesis del robo está algo relegada, pero que no puede ser descartada de manera definitiva.

Otro detalle a analizar es el lugar por el cual ingresó el proyectil, cuyo calibre no fue confirmado hasta el momento. Fragoso fue abordada desde su perfil derecho por el asesino, según la especulación que se puede hacer si se proyectan los dos desplazamientos. Y el impacto de la bala fue en ese lado de su cabeza, con trayectoria descendente y salida en la región posterior. Esto concuerda con la altura del homicida, al que se lo ve más alto que a la mujer.

Lugar donde asesinaron a Karina Fragoso.

Lugar donde asesinaron a Karina Fragoso.

En Mar del Plata no existen demasiados antecedentes de asesinatos por encargo pero sí en la bibliografía criminalística forense. La distancia del disparo -que fue corta-, el trayecto del proyectil y la letalidad del sector del cuerpo elegido pueden configurar una escenario así.

En un episodio de robo sencillo, donde el ladrón está en clara ventaja en relación a su víctima (como este caso: es hombre y goza de una mayor fuerza física, lo favorece la repentina y sorpresiva interceptación, lo protege la oscuridad y desolación de la calle, y lleva un arma) no es usual que se encañone a la cabeza. Con solo exhibir el revólver o pistola, o incluso apuntar sin demasiada precisión, al delincuente le es suficiente para intimidar y obtener lo que quiere.

Pero, como se dijo, no existen motivos a la vista de los investigadores para que Fragoso sufriera un ataque premeditado.

La dificultad de este crimen radica precisamente en ello, en que las dos hipótesis -alguna con más fuerza que otra- por ahora no pueden ser descartadas.