El Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 homologó un juicio abreviado solicitado por la Fiscalía N° 1, declaró a Jonatan Buezas autor del crimen de Mauricio Grasso y le aplicó una pena de 10 años y 8 meses de prisión. Familiares de la víctima cuestionaron la sentencia y pidieron por un juicio oral y público.
El Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 condenó a Jonatan Bernabé Buezas por haber asesinado de un disparo en la cabeza al turista Mauricio Grasso en la madrugada del 5 de febrero de 2024 a la salida de un boliche del centro.
El acuerdo hecho entre la fiscal Florencia Salas y la defensa del responsable del delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” fue que Buezas recibiera la pena de 10 años y 8 meses de prisión.
El TOC N° 1 homologó el acuerdo y también fijó de modo provisorio el vencimiento de pena para el 7 de octubre de 2034, computando la detención ininterrumpida desde el 8 de febrero de 2024.
El tribunal dejó constancia de que “se mantuvo comunicación con un hermano de la víctima”, quien estaba de acuerdo con la resolución del proceso. Sin embargo otras hermanas expresaron su oposición al acuerdo de juicio abreviado y, junto a los abogados del CAJUS (Centro de Acceso a la Justicia), “lamentaron la pérdida de un ser querido y manifestaron su disconformidad con la pena acordada, así como en la elección de una salida alternativa al juicio oral como forma de culminación del proceso”.
Una de las hermanas de Grasso pidió la pena máxima posible y remarcó: “Hay dos niños que quedaron sin su padre, una mamá que se quedó sola para su crianza. Le quitaron la vida a mi hermano, se trató de un acto deliberado”.
El fallo recuerda que, aunque la ley obliga a convocar a la víctima o al particular damnificado para que manifieste su opinión ante un acuerdo de juicio abreviado, el particular damnificado no puede oponerse a la elección efectuada por el fiscal del procedimiento. La aprobación queda sujeta al control de legalidad del juez, que en este caso aceptó el acuerdo hecho entre la fiscal Florencia Salas y la defensa de Buezas.
El tribunal valoró como atenuantes el “buen concepto vecinal” y la falta de antecedentes. No ponderó agravantes adicionales “al no haber sido considerados por las partes”. Un informe psicológico describió en el imputado rasgos de “inmadurez afectiva, egocentrismo, manipulación y tendencia a la impulsividad”, con “escasa capacidad de introspección y autocrítica”.
Foto del viaje a Mar del Plata de Mauricio Grasso.
―No tiene ningún sentido. No hay forma de entender por qué dispararon contra la camioneta―dijo un investigador esa madrugada del 5 de febrero de 2024.
Mauricio Grasso había viajado a Mar del Plata desde Moreno con dos amigas comediantes que iban a dar un show en Mar del Plata. Primero estuvieron en Santa Teresita, luego vinieron a “La Feliz”, disfrutaron de una tarde en Chapadmalal y se juntaron con otros amigos.
El crimen se produjo en la madrugada del lunes 5 de febrero, a las 4.10, cuando Grasso, una amiga, y dos amigos de Mar del Plata se retiraron del boliche Momentos, en Bolívar y Santa Fe.
Grasso y su amiga iban en el asiento de atrás de una camioneta Hilux, mientras que como acompañante del conductor lo hacía un empresario gastronómico quien al llegar a Independencia vio que dos motocicletas, una de ellas con una pareja y otra de mediana cilindrada con un hombre se les colocaba a la par. En esos momentos, conforme la declaración de los testigos, el motociclista que iba solo aceleró varias veces causando contraexplosiones que el empresario elogió, más por la desconfianza que le causaba la situación. “Bien ahí, rey”, le dijo.
Todo parecía haber quedado allí y la camioneta avanzó por Bolívar hasta 20 de Septiembre. Poco antes de ese cruce la mujer que iba con Grasso miró por la luneta y vio al motociclista persiguiéndolos. “Metió su mano en la mochila que llevaba puesta colgada delante suyo y extrajo un arma de fuego corta. Grito algo para avisarles a todos, pero entonces escuché un disparo y sentí que algo me salpicó…Me encontré llena de sangre en mi costado derecho y que mi amigo había recibido un tiro”, declaró en la causa.
Grasso y sus amigas en el viaje a Mar del Plata.
Los otros dos amigos de Grasso declararon en una sintonía similar. “Al llegar a 20 de septiembre, estaba doblando y sentí un fuerte estruendo y el ruido de la rotura del cristal… al mirar atrás la vi llena de sangre con el otro muchacho sobre su falda sangrando”, expresó quien manejaba.
Mientras que el hombre que iba como acompañante, explicó que no llegó a oír el disparo, pero si los gritos posteriores de la mujer que iba atrás.
La bala impactó en la frente de Alejandro Roberto Mauricio Grasso, que viajaba en el asiento trasero, y le produjo “una lesión cerebral y hemorragias masivas que produjeron su muerte inmediata por destrucción de todo el tejido cerebral”.
Los ocupantes de la Toyota Hilux pidieron ayuda a un patrullero que estaba a solo una cuadra de allí y de inmediato se convocó a una ambulancia del SAME. Una médica constató poco después el fallecimiento de Grasso.
Foto tomada por un testigo del crimen de Grasso.
El fallo destaca la labor “célere y conjunta” del Ministerio Público Fiscal y el Gabinete de Homicidios de la DDI, con un profuso análisis de cámaras públicas y privadas con las que se reconstruyó el recorrido de la camioneta y las motos e identificó a Buezas sobre una Benelli TNT 135 cc. Las cámaras de Bolívar 3478 y Bolívar 3571 captaron el momento en que el autor, en un motovehículo de baja cilindrada, extrae un arma y dispara en la bocacalle a pocos metros de la Hilux. Imágenes para la fiscal Florencia Salas incuestionables para demostrar la autoría de Buezas.
Buezas trabajaba en una heladería de avenida Colón al 2200 y la dueña del lugar lo reconoció en las imágenes del local y de la escena; dijo que trabajaba como cajero desde hace 8 años, y que esa noche salió cerca de las 4 con otros empleados en dos motos: una Yamaha FZ 16 y la Benelli atribuida a Buezas. El cruce con cámaras de una cervecería de esa cuadra permitió cerrar el recorrido previo al ataque.
La ANMAC acreditó que Buezas tenía autorización para una pistola Bersa 9 mm y que podía comprar municiones de ese calibre. Además, allegados confirmaron que practicaba tiro en Tiro Federal y poseía al menos dos armas (una 9 mm y un arma larga).
Jonathan Buezas, el autor del crimen del turista.
Con esos indicios, en la madrugada del 07 de febrero se ordenó el allanamiento del domicilio del imputado. Allí se secuestraron un cargador con municiones 9 mm, prendas de vestir coincidentes con las vistas en cámaras (pantalón blanco de heladero, campera, mochila, zapatillas), un arma larga tipo carabina (registrada) y credenciales ANMAC. Además, la moto Benelli TNT 135 cc con sus ruedas pequeñas distintivas.
En paralelo al allanamiento, Buezas fue detenido por el personal de la DDI cuando intentaba ingresar a la heladería en la que trabajaba y desde entonces se encuentra privado de su libertad.
Un perito oficial analizó la vaina servida hallada en la escena del crimen y la comparó con las balas halladas en la vivienda del acusado. Así, descubrió que los proyectiles habían pasado por la misma recámara ya que presentaban marcas idénticas. Esa diligencia acabó de incriminar directamente a Buezas.
Además, tres de los cuatro proyectiles del cargador secuestrado habían pasado por la corredera y fueron extraídos manualmente del mismo arma que disparó la bala homicida.
Otro elemento probatorio fue el testimonio del compañero de trabajo de Buezas, que iba en la otra moto en esa madrugada, quien explicó: “Jony muestra el arma, yo creo que para espantarlos y que no nos molesten más y tiró desde el cruce de Bolívar y 20 de septiembre con la camioneta que ya había avanzado”.
Aunque dijo haber pensado que fue un “tiro al aire”, su testimonio lo ubica disparando en tiempo y lugar.