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Interés general 7 de diciembre de 2021

El Espacio Vilas, o ese tributo al más grande tenista argentino

Entrevista con Eduardo Puppo, su principal responsable.

Hernán Febbro, Daniel Larreina y Eduardo Puppo en el acceso al Espacio Vilas, que tendrá su inauguración este viernes, en el Club Náutico.

Se apasiona y se emociona con facilidad, Eduardo Puppo. Como podría ocurrirle a cualquiera tratándose de -nada menos- Guillermo Vilas. Como depositario legal de innumerables objetos y recuerdos del más grande tenista argentino de todos los tiempos, el periodista e investigador es el responsable de todo lo que el público va a poder apreciar en breve en el Espacio Vilas, un tributo que se le rendirá por siempre en el Club Náutico Mar del Plata, y que tendrá su primera inauguración (para invitados especiales y prensa) este viernes 10.
Acompañado por Daniel Larreina, presidente de la Federación Atlántica de Tenis (FAT) y director de la escuela de tenis del Náutico, quien fue el principal impulsor de esta iniciativa, y Hernán Febbro, titular de la subcomisión de tenis del club, Puppo le contó a LA CAPITAL algunos detalles -muchos inéditos- de esta singular propuesta única en el mundo:

-¿Como se viven esta horas previas, a pasos de concretar algo sobre lo que se viene trabajando desde hace tanto tiempo?
-Con muchas ganas de que llegue el día. Todo comenzó el año pasado, con el pedido de Daniel Larreina, para saber si yo tenía algún elemento de Guillermo Vilas para donar, porque pensaban hacer una muestra o algo parecido en el club. Pero ahí se transformó todo porque le dije que tenía muy buen material y, de alguna forma, tenía que ser expuesto en algún lugar simbólico. Que fuese importante para Vilas, no para mí, como periodista. Y obviamente, como me lo estaban pidiendo del Náutico Mar del Plata, no había mucho para pensar. Lo primero que hice fue ir al inventario que confeccioné como depositario de todos sus elementos, y buscar los que fueran adecuados para no perjudicar al tesoro y piezas únicas que hay que preservar (muchas están en restauración), pero que a su vez fueran elementos originales y usados por Guillermo Vilas. Por suerte él tenía muchas cosas en serie, es decir, varias raquetas, varias remeras, varias zapatillas, varias muñequeras de la misma clase. Por ejemplo, encontré 14 raquetas Head Vilas. El usaba unas 120 por año. Esas 14 originales incluso tienen la gasa que él usaba, algo muy simbólico y, algo muy importante, el grafito que tiene en la cabeza no es el mismo que tenían las raquetas que se vendían al público, que tenían un grafito muy finito. La raqueta que se va a ver en el Espacio Vilas tiene el grafito ancho, porque él quería mucho peso en la cabeza de la raqueta, especialmente por el tema del saque. También le agregaba plomo arriba, unos 6 o 7 gramos. Parece una pequeñez, pero sumado al grafito adicional, la raqueta pesaba bastante más. Todos esos objetos personales que él quiere mucho y realmente los quiere conservar como un mandato. Necesita que estas cosas sigan existiendo, sigan viviendo. Siempre tuvo miedo a perder cosas, y por eso acumuló tanto material, por suerte.

-¿Eso ha ayudado para poder concretar este proyecto?
-Totalmente. Lo mismo que su madre, Maruxa Beroiz, que también acumulaba todo el tema de fotos, regalos, el primer sonajero, que era una raquetita de plástico. Eso da una idea de que se juntaron dos potencias acumuladoras gigantescas (sonríe) y muchas de esas cosas terminan siendo parte del Espacio Vilas. Cuando hablé con Hernán (Febbro), (Eduardo) Ramírez Lijo -el presidente anterior- y (Juan) Agra -el nuevo presidente-, acordamos en que todo lo que yo traía tenían que ser elementos originales. Es decir, no buscar una Dunlop Maxply, que se puede comprar en Mercado Libre y como la usó Vilas, la ponemos en el Espacio. Todo lo que está acá, lo tenía Vilas guardado porque lo utilizó en su momento. Después empezamos con el tema copas, trofeos, copitas, medallas, recuerdos, fotos originales y todo el tema de las infografías. Se van a sorprender cuando vean en el Espacio la cantidad de información para saber quién fue Vilas, qué hizo, cómo lo hizo, por qué fue número uno. Hay una línea de tiempo desde el día 0, cuando nace, el domingo 17 de agosto de 1952 a las 17.25. A partir de ahí, está todo. No es tanto gráfica, sino informativa. Se armó una movida mucho más grande que la prevista originalmente, y por supuesto que las autoridades del club comprendieron que era importante que todas estas cosas volvieran al origen de Vilas: el Club Náutico.

-Obviamente que Guillermo no puede venir pero, ¿tienen previsto algún tipo de participación remota?
-Actualmente prefiero no tocar ese tema. Es algo privado. Su familia transita la enfermedad en privado y es algo que hay que respetar. Tengo información diaria, porque hablo todos los días, especialmente con la hija más grande y con la esposa, pero es una decisión que tenemos que respetar. Igual, es importante aclarar que todo esto está legalmente autorizado por la familia Vilas. Acá no hay ningún problema. Aparte de lo emocional, es todo muy objetivo y muy sincero. Es una muestra sincera. Muchas cosas no se van a poder ver, lamentablemente, por falta de espacio. También tendremos elementos rotativos, es decir, que tal vez no estén exhibidos ahora pero sí lo estarán más adelante. Tenemos pensado hacer charlas históricas, informativas, traer más elementos, algo más dinámico. En la inauguración del viernes voy a presentar las copas de los Majors, de los grandes torneos, que están en restauración. Las traje y de inmediato van a volver a la orfebre. Hay muchos planes para mantener siempre vivo el espíritu Vilas, que nació en este club. Es el único lugar en el mundo. Solo acá.
-¿Qué significa en tu vida Guillermo Vilas para vos, un hombre de tenis, periodista y amigo?
-El me marcó, como a muchos que empezaron a jugar al tenis por él, tal como también sucedió acá, en el Náutico. Lo descubrí por casualidad. Lo vi por televisión en 1974. Fue el primer partido de tenis a cielo abierto que se transmitió en Argentina. En Belgrano Athletic jugaba Vilas contra Julián Ganzábal. Yo estaba en la casa de mis abuelos y cuando cambiaron de canal vi eso. No sabíamos ni qué deporte era. Empecé a averiguar, supe que era tenis y la imagen instantánea era un tipo de pelo largo con vincha que me impactó. Ahí empecé a interiorizarme con el tema, estudié artes gráficas, en 1980 me hice periodista y nació mi relación profesional con Vilas. Después empezó el tema de los rankings, eso nos unió mucho más y se transformó en una leal amistad. Ya quedó atrás la foto del pelo largo y la vincha. Conocí más al ser humano y por eso me duele mucho más que esto no esté resuelto. Es una injusticia. Vilas y el deporte argentino necesitan una restitución. Es algo que sucedió. Una parte legal que hay que resolver, una homologación, porque a él le corresponde el número uno del mundo.

-¿Hasta qué punto influyó Guillermo en esta cruzada para la homologación del número uno?
-Es que nadie lo hizo por él. Yo estaba esperando que alguien reclamara hasta que un día dije, “veamos qué pasa”. Y ahí me metí en este despelote absoluto de cuentas. Me ayudó mucho un matemático rumano, Marian Ciulpan. Gracias a él se ordenó científicamente todo. Pudo haberlo hecho otro. No quiero hacer alarde de nada. Son cosas que pasan. Arranqué el 28 de diciembre de 2007. Ya se van a cumplir 14 años.

El apoyo del club

Por supuesto que concretar todo este inmenso proyecto que en pocos días se convertirá no solo en un homenaje para Guillermo Vilas, sino también en una excelente oportunidad para que mucha gente sepa lo que logró y pueda disfrutar de una parte grande la historia del deporte argentino, hizo falta acordar voluntades.

Primero, de la familia Vilas. Luego, de la comisión directiva del Club Náutico. No es sencillo destinar recursos para una acción específica en una entidad con tantos asociados y tantos deportes. Pero por fortuna, ya es una realidad. Y bien vale una explicación al respecto por los representantes de la institución.

“Como socio y jugador de tenis de toda la vida del Náutico y por haber vivido mi infancia con los triunfos de Vilas y ahora ser el director de la escuela de tenis del club, siempre tuve esa idea en la cabeza. Siempre se habló de que podríamos hacer algo y, en base a insistir, con el apoyo de la anterior dirigencia y también de la actual, se pudo concretar. Es bastante difícil poner a la gente de acuerdo. Con mucho esfuerzo y apoyo logramos llegar hasta acá. Fue un sueño mío personal, pero también de todos los contemporáneos de Vilas. Y la respuesta de la gente es muy positiva. Están todos contentos de que se haga algo por Vilas, así que estamos en el camino correcto” (Daniel Larreina).

“Es lo que pensamos todos desde la dirigencia, pero no en el papel de dirigentes, sino de socios, amantes del tenis y admiradores de Vilas. Nos pareció justo tener un reconocimiento para él en el club. No podía ser que no existiera algo así. Y como quedó explicado en la charla, es el único lugar en el mundo que va a tener esta muestra, así que no podemos sentir otra cosa que orgullo y agradecimiento” (Hernán Febbro).