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Gastronomía 21 de septiembre de 2020

El lacteoturismo, una oportunidad para el queso manchego

por Susana Cuevas

MADRID, España.- Nadie duda de que el queso es uno de los productos bandera de Castilla-La Mancha, pero el patrimonio cultural, el entorno natural y la riqueza gastronómica de este territorio, brindan al sector quesero una oportunidad para fomentar, a través del turismo industrial o lacteoturismo, el consumo de este alimento, muy conocido pero a veces poco valorado.

El viajero que apueste por esta aventura de turismo industrial podrá conocer de primera mano el proceso de elaboración del auténtico queso manchego, cuyo ingrediente básico es la leche procedente de la oveja de raza autóctona manchega, que pastorea todo el año aprovechando los recursos naturales de La Mancha.

La oferta turística que gira alrededor del queso manchego permite además adentrarse en las tierras de La Mancha para descubrir y saborear paso a paso, entre las comarcas y el entorno rural de las provincias de Ciudad Real, Albacete, Cuenca y Toledo, el mundo que rodea la elaboración de este producto.

Una experiencia para aprender a diferenciar

El presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen (D.O.) Queso Manchego, Antonio Martínez, asegura a EFE que el turismo de interior es muy importante “porque el consumidor puede conocer las bondades de este producto”, “embajador” no solo de Castilla-La Mancha sino de España.

“Sí nos importa y nos llena de alegría cuando vemos que el consumidor de fuera de la región viene a probar el queso”, porque nuestra función es que “sepa identificarlo correctamente”.

Martínez destaca que el consumidor debe saber que solo es queso manchego el que está hecho con leche de oveja manchega y lleva la placa de caseína y la contraetiqueta de la D.O.

“Cada vez somos más conscientes del mayor interés por conocer los procesos de producción” de este queso, del que en 2020 se han elaborado 65.438 kilos (datos de enero a julio), un 1,94 % más que en 2019.

Para esto, “ayudamos” a que las queserías “sean embajadores” de su producto y el consumidor “sepa disfrutarlo, apreciarlo…” y repita la experiencia.

Las rutas que llevan al queso

Precisamente, la Cofradía del Queso Manchego -asociación gastronómica cultural- tiene como misión promover este producto en la restauración, en el ámbito de la gastronomía y el mundo culinario, y desde hace siete años, a través del turismo.

De ahí surgió la iniciativa, según cuenta a EFE su presidente, Ismael Álvarez de Toledo, de las Rutas del Queso Manchego, que recorren las provincias de Ciudad Real, Toledo, Albacete y Cuenca, la comarca natural de La Mancha, para que el viajero disfrute del patrimonio cultural, la naturaleza, el entorno rural, la gastronomía… con el queso como hilo conductor.

Esta oferta turística incluye la “Ruta del Camino de los Castillos”, “La Ruta de los Calatravos”, la “Ruta de Dulcinea”, la “Ruta de Caminos del Vino” y la “Ruta de Campo de Montiel”.

El lacteoturismo despega

Ahora que se aproxima el otoño, la “Ruta de los Calatravos” es una de las más atractivas, ya que permite disfrutar de poblaciones como Herencia, Puerto Lápice, Villarrubia de los Ojos, Daimiel, Almagro, Calzada de Calatrava, Campo de Calatrava y Ciudad Real, y de queserías que no dudan en abrir sus puertas al viajero.

En una escapada de fin de semana se puede conocer la “magia” del proceso de elaboración del queso manchego; ese es el principal atractivo del lacteoturismo, una de las ofertas más novedosas del turismo industrial, afirma a Efe el responsable del área comercial de las Rutas del Queso Manchego, Julián Cabrera.

Cuando el viajero, sea pareja, familia o un pequeño grupo visita una quesería descubre el proceso de fabricación: por dónde entra la leche, cómo se corta con el cuajo, el momento en que se mete en los moldes, la salmuera, la cámaras de maduración… todo con las máximas medidas de protección.

El contacto directo con la ganadería es una de las actividades más vistosas, sobre todo para los niños, porque ven de cerca a los animales, e incluso pueden cogerlos y hacerse fotografías; y si tienen suerte, conocer al pastor.

Cabrera que también dirige el operador turístico Intermancha explica que hay una mayor demanda para visitar queserías, porque se sale de las ofertas más habituales de bodegas o almazaras.

EFE.