El adolescente de 15 años que está acusado de matar a una mujer en un intento de robo ocurrido en el interior de un hogar evangelista será trasladado desde el Centro de Recepción de Menores de Batán a un centro terapéutico por orden judicial.

Tras una audiencia realizada ayer a la mañana, la jueza Mariana Gulminelli dispuso el cese de la medida de encierro extraordinaria solicitada por el fiscal Carlos Russo, tal como lo había solicitado el defensor oficial del joven, Juan Rabino. En tanto, ordenó que el menor, que por su edad es considerado no punible para la ley penal argentina, sea alojado en la Posada del Inti y sometido a un tratamiento para rehabilitarse de las adicciones al alcohol y a los estupefacientes.

La decisión fue tomada por la magistrada debido a los padecimientos citados en la línea anterior y a la falta de adultos responsables que se hagan cargo del adolescente. Como ya había publicado LA CAPITAL, vale recordar que la madre del acusado dijo ante la policía que había perdido la tenencia cuando éste era sólo un niño y que no existía contacto entre ambos, y el padre no fue hallado por los investigadores.

El menor permanecía aprehendido desde el viernes pasado, cuando el fiscal Russo, del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, lo citó a indagatoria por el delito de “robo y lesiones graves” cuya víctima fue María Lagos (52). En ese momento, la mujer estaba internada en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) tras haber recibido una golpiza. El domingo, en tanto, falleció y la causa pasó a caratularse “homicidio en ocasión de robo”. Ahora, el investigador se entrevistará nuevamente con el acusado para notificarlo de dicha modificación.

El caso

El caso Lagos se conoció el jueves de la semana pasada, cuando la víctima ingresó al nosocomio local con graves lesiones provocadas por una golpiza. Según la información que pudo recabar LA CAPITAL, horas antes -el miércoles por la noche- la mujer se hallaba en el hogar de evangelistas en el que residía, ubicado sobre la ruta 88, cuando un menor en situación de calle se presentó a cenar.

Conforme la reconstrucción del caso, cerca de las 23 el joven se retiró del establecimiento pero minutos más tarde regresó y solicitó entrar nuevamente. Sin embargo, las autoridades no se lo permitieron porque, según explicaron en el marco de la causa, notaron que se encontraba en visible estado de nerviosismo, “como alcoholizado o intoxicado”.

La reacción del adolescente fue quedarse tocando el timbre del hogar hasta las 3 de la madrugada, señalaron los testigos. Luego, no se escucharon más ruidos y los presentes pensaron que finalmente se había retirado.

Sin embargo, durante la mañana siguiente las personas que habitan el hogar ubicado en el Paraje Los Ortíz hallaron a Lagos violentamente golpeada, por lo que llamaron a la policía y se produjo su traslado al HIGA.

Al nosocomio la víctima ingresó consciente y lúcida, y mencionó ante los uniformados del Destacamento que había sido golpeada en un robo. En esa línea, agregó que le habían sustraído la suma de 5 mil pesos. Con el paso de las horas su cuadro empeoró y murió el domingo como consecuencia de un traumatismo de cráneo.

Cabe destacar que se trataba de una persona que sufría de un cuadro de desnutrición previo, lo cual le produjo un agravamiento de sus condiciones de salud tras sufrir el ataque.

Por el hecho se inició una investigación a cargo del fiscal Leandro Arévalo, pero a medida que se reunían las declaraciones de los testigos y las pruebas, se decidió que el expediente pasara al fuero de menores, debido a que las sospechas recayeron sobre el adolescente.

En el marco de las primeras líneas de trabajo, los uniformados descubrieron que uno de los sectores de ingreso al hogar de los evangelistas había sido violentado y, de acuerdo a la hipótesis, eso ocurrió en la madrugada del mismo jueves. Por eso, todas las miradas apuntaron al menor, que fue aprehendido en horas posteriores.

Al ser citado por el fiscal Russo, el acusado -que debido a su edad es considerado no punible por la ley argentina- se negó a declarar.