Cultura

El “miedo” ante el suicidio juvenil lleva a Jordi Sierra i Fabra a escribir ‘Yo, Elisa’

El escritor aborda, con empatía y complicidad, las dificultades y los desafíos de la adolescencia, revelando una nueva perspectiva sobre el acoso escolar y la salud mental en los jóvenes.

Por Pilar Martín

Al escritor español Jordi Sierra i Fabra, con más de 15 millones de libros vendidos en los últimos 50 años, le da “mucho miedo” el hecho de que en España la mitad de los jóvenes no estén “de acuerdo con su cuerpo”, y por eso en tan sólo cinco días escribió ‘Yo, Elisa‘, una obra donde habita un “espejo en el que mirarse”.

A falta de publicar 40 libros para alcanzar la cifra de 600, a sus 76 años Sierra i Fabra (Barcelona, 1947) está al tanto de todo lo que le pasa a la juventud, no sólo la española, sino también la latinoamericana, donde este escritor es de los más leídos y queridos,

Y por eso, en esta nueva novela, ya a la venta (Siruela), nos presenta a Elisa, una chica “baja y gorda”, dice el autor a EFE, que se intenta suicidar por el acoso que vive, pero la aparición en su vida de Yolanda provocará un “choque de trenes” que cambiará su rumbo.

“Lo escribí en cinco días los últimos de agosto de 2019, antes de la pandemia, en un arrebato, y como soy el puto rey del diálogo empecé a hacer el diario de una chica y salió la idea de que se intenta suicidar, y las otras partes son los diálogos de la psicóloga con ella, pero sin narrativa, y me lo planteé como un reto”, cuenta este creador de ‘longsellers’ como ‘Campos de fresas’.

Pero la historia de Elisa no fue bien recibida en las editoriales españolas de aquel año prepandémico por considerar, según su autor, que era “impublicable” dado que el tema del suicidio era un “tabú” por el efecto llamada que podría provocar.

“Yo siempre me avanzo mucho a las cosas, hace 20 años ya publicaba libros sobre matrimonios forzados y ablación de clítoris; así que guardé este libro en un cajón hasta que hace dos años salió una encuesta que decía que la mitad de los chicos y chicas españoles no estaban de acuerdo con su cuerpo y entonces lo mandé a Siruela y me dijeron que sí enseguida”, recuerda.

Así que ahora el escritor considera que se trata de un “libro necesario” que ofrece un “concepto global”.



“En este libro la chica no se siente bien, es baja, gorda, y se intenta suicidar sin pensarlo -afirma- es algo que veo cuando voy a hospitales, son jóvenes que actúan de manera impulsiva, están en su casa en la bañera, ven una cuchilla de afeitar y se cortan. Y eso es lo que me da miedo, es algo tremendo”.

Una situación que aborda en el personaje de Elisa, quien recibe mensajes en su teléfono insultándola por su físico porque las redes sociales, al igual que el resto de los inventos, “se hacen con buen fin, pero la mayor parte de ellos, como somos idiotas, los acabamos estropeando”, lamenta.

Aunque el objetivo de Elisa se verá truncado con la aparición de Yolanda, una niña con todo a su favor pero a la que una enfermedad le hace tomarse la vida como un desafío continuo lleno de energía: “Es un choque de trenes y quise enfrentar a dos personajes antagónicos porque los libros son espejos en los que nos podemos mirar”, asevera.

Lo son, al menos así lo vive él porque, confiesa, “todo” lo que ha sido en su vida lo sacó del libro ‘El manantial’ de Ayn Rand.

Sierra i Fabra compagina el lanzamiento de este libro con la salida de otro con el que pone fin a su serie protagonizada por el policía Mascarell, ‘Algunos días de mayo y uno de junio’, que hace el número 15 (Plaza y Janés).

Le dice adiós a este personaje, según sus palabras, por varios motivos: una decisión editorial, y otra personal, la muerte de su esposa en un accidente de tráfico en 2022 tras ser arrollada por un camionero que dio positivo en consumo de cocaína.

“Lo estaba escribiendo cuando murió Antonia, que era la mayor seguidora de la serie, y como la editorial me había dicho que no, yo pensé que sería una buena despedida porque este libro es el mejor de todos. Tengo ideas y argumentos para más y a lo mejor mis fans piden que siga escribiendo estas historias”, concluye.

EFE.

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