El nuncio apostólico en Argentina, Monseñor Miroslaw Adamczyk, presidió este domingo a la mañana una misa en la Catedral de Mar del Plata, de la que participaron autoridades locales, y en la que rezó por el Papa Francisco, los pobres y por “todo el pueblo de Dios que vive en esta ciudad”.

La eucaristía comenzó a las 11 con la presencia de cientos de marplatenses y turistas, entre quienes se encontraban el intendente Guillermo Montenegro, la presidenta del Concejo Deliberante, Marina Sánchez Herrero, el director de LA CAPITAL Florencio Aldrey Iglesias, representantes de la UCIP -que le acercaron una ofrenda con productos locales-, autoridades sociales, sindicales, de las Fuerzas Armadas y la seguridad, entre otros.

Al término de la ceremonia, el representante del Papa Francisco en nuestro país bendijo y saludó cordialmente a la comunidad en las escalinatas de la Catedral, donde en un breve contacto con LA CAPITAL aseguró estar “muy feliz y agradecido” de estar en Mar del Plata y de haber podido compartir la eucaristía “con toda la gente de esta ciudad y los turistas que la visitan; bendiciones para todos”.

Durante la homilía, Adamczyk estuvo acompañado por el padre obispo de la Diócesis de Mar del Plata, Gabriel Mestre, con quien viene compartiendo su amplia agenda de actividades en la ciudad en el marco de su visita encomendada por el Papa Francisco, que comenzó el viernes y concluirá este domingo por la tarde con su participación en la Fiesta de los Pescadores, en el Puerto.

“Querido pueblo de Mar del Plata, estimado intendente Guillermo Montenegro y honorable y querido Florencio Aldrey, amigo de la Nunciatura Apostólica, los saludo en nombre del Santo Padre, el Papa Francisco, a quien tengo el honor de representar en su país natal”, dijo el nuncio y aseguró estar muy “contento y agradecido” por la “amable atención” del padre Mestre.

Monseñor Miroslaw Adamczyk rezó “por todo el pueblo de dios que vive en la diócesis de Mar del Plata”, pero también por el Papa Francisco, “para que Dios le de fuerza”. También pidió “por la salud, la paz y la prosperidad de Mar del Plata y el mundo entero”.

Tras recordar al cardenal Eduardo Pironio y expresar su deseo de que “prontamente sea elevado a la gloria de los altares a través de la beatificación”, el nuncio apostólico rezó por los pobres y expresó: “A primera vista no entendemos por dónde viene la felicidad. ¿Quién quiere ser pobre? Dios prefiere la humildad de corazón, pero ¿Jesús nos quiere pobres? ¿Ser rico está mal? Lo que está mal y no es bueno es no tener dinero para comer, vestirse, darle un techo a la familia o no poder enviar a los hijos a estudiar”.

“Con la Iglesia de los pobres queremos decir que en la iglesia no falta la voluntad para ayudar a los pobres para que no sufran. Jesús no glorifica la pobreza y nos invita a no poder el dinero en la cima de la pirámide de nuestros valores”, agregó el nuncio durante la misa.

Asimismo, expresó: “Son bienaventurados para Jesús los puros de corazón, los que tienen un corazón libre de tramas y dobles intenciones; un corazón sincero, no hipócrita. Y los que trabajan por la paz”.

En ese punto, lamentó el dolor provocado por las guerras, en especial la que se está desarrollando en Ucrania, a la que el representante del Papa Francisco en Argentina, desde la Catedral de Mar del Plata, calificó como “un sufrimiento cruel, sin sentido y sin fin”.

“Todos buscamos la felicidad. Dios nos ha creado para ser felices, no para sufrir. Dios nos ama y quiere que seamos felices. Pero Jesús nos la promete por caminos muy distintos de los que señala este mundo”, agregó.

Por último, expresó sus “mejores deseos de felicidad” para la comunidad marplatense, sobre todo “la felicidad de pequeñas alegrías de la vida cotidiana”.