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Interés general 20 de octubre de 2023

El Paseo Dávila: de la Avenida Ribereña a un lugar emblemático

Por Marta Lamas

El Sistema de Tandilia es una de las formaciones geológicas más antiguas del planeta, estimándose su formación hace aproximadamente entre mil quinientos y dos mil doscientos millones de años, por lo cual sus picos redondeados por el continuo desgaste del tiempo, no superan los 600 metros de altura. Esta cadena orográfica nace en las planicies de Olavarría, atraviesa desde allí la llanura bonaerense en sentido noroeste-sudeste por aproximadamente trescientos kilómetros y desemboca en la costa de Mar de Plata, formando distintos paisajes con caídas abruptas intercalados con formaciones rocosas y playas a nivel del mar.

Los puntos extremos son al norte la Loma de Santa Cecilia que en la costa forma el marco rocoso del Paseo Dávila, hacia el sur Cabo Corrientes, Punta Mogotes y Punta Cantera.

UBICACIÓN Y PRIMERAS OBRAS

Sin dudas una de las vistas del paisaje costero más apreciada, es la que se contempla desde la parte superior del Boulevard Patricio Peralta Ramos entre la Diagonal Juan Bautista Alberdi y Bartolomé Mitre,
en cuyo tramo inferior se encuentra el Paseo Dávila.

Remontándonos a la década de 1920, este paso era muy poco transitado, ya que al no estar pavimentado
se dificultaba su acceso, teniendo también en cuenta que la vida social de la mayoría de los veraneantes se
desarrollaba en la Rambla y las playas y hoteles céntricos, sobre todo después de la construcción de la
Explanada Sur (1909) que abrió un nuevo camino a la expansión turística.

davila

Con la finalidad de realizar la pavimentación en un amplio sector de la ciudad, entre los años 1924/1926
se realizó un proyecto que se financió a través de la Dirección de Bonos de Pavimentación, dependencia
provincial que llegó a tener una sede en la ciudad. En esta iniciativa se consideró dar prioridad a los
sectores que tenían preferencia entre los veraneantes no sólo para su temporada en la ciudad, sino también
para los que decidían construir sus viviendas, algunos para residencia permanente, y algunas calles de la
ciudad en las que se iban construyendo nuevos barrios alejándose del centro más poblado.

AVENIDA RIBEREÑA

Con el propósito del “embellecimiento de la Avenida Ribereña”, el entonces intendente Rufino Inda elevó, con fecha 6 de agosto de 1926, nota al Concejo Deliberante en la que recordaba que en marzo de ese mismo año se había aprobado por ordenanza que incluyó en la ley de bonos de pavimentación de la provincia, la construcción del pavimento de la calle costera de circulación entre la “Rambla Bristol” y la playa “La Perla”, corriendo por detrás de los balnearios de madera, parte norte de la playa Bristol, por frente al Club Mar del Plata, Balneario Lavorante y por detrás de la barranca hasta empalmar con la Explanada en su intersección con la calle Balcarce.

Esas obras ya habían sido iniciadas y terminarían en breve, por lo que su propósito era informar que para que este paseo en construcción fuera todo lo cómodo y completo que su importancia requería, había solicitado al Ministerio de Obras Públicas que la calzada nueva fuera emplazada a distancia regular de cuatro metros del muro costanero, desde la intersección del camino con la entrada de la Rambla La Perla hasta frente al Club Mar del Plata y a distancia de cinco metros de la línea de edificación en la parte de balnearios de madera, detrás de la Rambla Bristol. El 27 de agosto de ese mismo año se aprobó por ordenanza, realizándose así las modificaciones propuestas.

NUEVA DENOMINACIÓN

La hasta entonces denominada “Avenida Ribereña” en los informes, se incluyó en la ordenanza promulgada el 8 de noviembre de 1932 que designaba los nombres de varias calles y en su artículo 3° decía: “Dase el nombre de Adolfo E. Dávila a la calle sin designación, paralela a la Rambla Bristol por su costado N. O. y que se extiende desde Balcarce hasta el extremo Sud del Paseo General Paz, debiendo el D. E. colocar en sitio adecuado de esta arteria, una placa de bronce, en la próxima temporada, consagrando la memoria de dicho ciudadano.”

MÁS OBRAS

Sin dudas que el favorable cambio de fisonomía de esta parte de la costa contribuyó a la comodidad del uso del sector, lo que implicó se siguiera trabajando en su mejora.

En el informe que la dependencia Plazas y Paseos presentó en el Boletín Municipal correspondiente al tercer trimestre de 1936, se daba cuenta en referencia a Punta Iglesia que: “La parte rocosa que bordea Punta Iglesia, fue arreglado adecuadamente, cubriéndola con una capa de césped, hasta el Parque Irigaray, en la parte alta y de acuerdo a las accidentalidades del terreno. Parte del camino fue asimismo arreglado, construyendo un gran cantero. En las concavidades de las rocas se formaron pequeños jardincitos, con algunas plantas de adorno. En dicho trabajo se emplearon más de 80 mil (panes de) césped.”

A mediados de ese mismo año se solicitó al Ministerio de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires el alumbrado del Paseo General Paz, camino costanero Adolfo Dávila y veredas de comunicación entre las Playas Populares, para continuar desarrollándose la tarea de urbanización de la costa en el tramo entre la Rambla Bristol y la Plaza España. A estas obras debía agregarse la habilitación, a fines de 1934, de la Pileta Municipal de Natación en Punta Iglesia, escenario de importantes competencias y de exhibiciones deportivas, por lo que se daba prioridad al embellecimiento de ese sector con obras de infraestructura y “ajardinamiento” en las barrancas.

ENSANCHE

Poco antes de la inauguración del monumento a Florentino Ameghino, en 1936, se consideró que, debido
a los óptimos resultados del plan de mejoramiento urbano que desde hacía unos años se desarrollaba en la
ciudad, habían surgido algunos inconvenientes que requerían urgente solución.

Para ello debían tomarse algunas medidas de gobierno, parte de las cuales dependían de las autoridades de
la provincia al encontrarse frente a las costas marplatenses, por lo que se solicitó su colaboración.

Una de esas medidas se refería a que frente de la playa popular, a partir de la escollera de Punta Iglesia, al converger varias avenidas de 35 metros de ancho, desde la Rambla Bristol que empalmaba con la avenida Adolfo E. Dávila, y desde la Plaza Luro, con el nacimiento de la avenida Juan B. Alberdi, ambas de intenso tráfico al partir desde la zona más poblada del balneario, y las calles que desembocaban en la costa, originaba en la temporada veraniega un embotellamiento de tránsito, alterando su normalidad en uno de los puntos que más atraían al turismo por su cercanía a la Pileta Municipal y a los clubes Pueyrredon y Mar del Plata. Teniendo en cuenta que la avenida Dávila, en la parte frente a la Playa Popular se reducía considerablemente, fue imprescindible su ensanchamiento para que el tránsito vehicular fuera más fluido y cómodo en las horas pico de uso de la avenida costanera.

ADOLFO DÁVILA

Indudablemente el abogado, periodista y político Luis Dávila fue una de las personalidades a nivel nacional más vinculadas a la ciudad de Mar del Plata, principalmente en los primeros años del siglo XX, cuando un grupo de activos protagonistas del quehacer nacional tanto en lo social como político y económico vislumbraban el brillante futuro del balneario.

Había nacido en Chilecito, provincia de La Rioja, el 12 de agosto de 1849. En 1877 se incorporó al diario “La Prensa” donde se desempeñó como redactor en jefe y ocupó por algunos años, desde 1880, la dirección del mismo en reemplazo del doctor Estanislao Zeballos.

En 1878 fue elegido diputado por su provincia natal, cargo en el que fue reelegido en dos oportunidades. También fue senador a partir de 1912, habiendo adquirido alta notoriedad su iniciativa de la creación del Banco Agrícola.
Adolfo Dávila fue uno de los fundadores del Club Mar del Plata S. A. (1910), a cuya iniciativa se construye el antiguo “Palacio” que se ubicaba en la intersección de las calles Entre Ríos y Luro, destruido por un voraz incendio el 10 de febrero de 1961. Se considera que el Club fue uno de los pilares más importantes para el desarrollo social y económico de la Mar del Plata de aquellos años. Fue por varios períodos su presidente.

En desempeño de ese cargo, firmó en mayo de 1913 un convenio con Félix U. Camet, en representación de su padre, Juan Pedro Camet, por la cual este hacía donación de setenta y cinco hectáreas de tierra para ser utilizadas como un Parque al servicio del público. Estas tierras pertenecían a la Estancia La Trinidad, frente al mar, desde la desembocadura del arroyo La Tapera.

Participó en la iniciativa de la construcción de la Rambla Bristol, o Rambla Francesa, inaugurada en 1912 y desempeñó además la presidencia de la Sociedad de Grandes Hoteles, propietaria del Bristol.

A mediados de 1916, muy enfermo, se alejó de la vida pública. El 1 de Abril de 1918 falleció en
la Capital Federal.

HOMENAJES, OBRAS Y MONUMENTOS

En la actualidad recorriendo el Paseo Dávila podemos ver en su inicio de sur a norte el Puente Presidente Arturo Umberto Illia, así denominado por Ordenanza Municipal 17461 del 28 de julio de 2006. El Puente fue construido poco antes de la reunión de la Cumbre de las Américas.

Entre otras varias realizaciones, también podemos contemplar el monumento a Florentino Ameghino ubicado en la parte central del Paseo. Fue inaugurado el 29 de noviembre de 1936, obra realizada en un solo bloque de piedra de las canteras locales, por el escultor Rodolfo Radogna. Este acontecimiento dio inicio a la parquización y ajardinamiento de este sector costero.

Otra de las obras que recuerdan que en noviembre de 2005 se llevó a cabo en nuestra ciudad la IV Cumbre de las Américas, es el espacio hoy denominado Molinos de las Américas, que en su inauguración lucía los mástiles con las banderas de los países participantes, reemplazadas en 2010 por los molinos. Este trabajo fue realizado por un equipo que integraron el artista Felipe Giménez, Leandro Chiapa (autor de la idea), Martín Dalponte (diseñador) y Javier Masetro (diseñador mecánico).

En la entrada norte del Paseo Dávila se encuentra la escultura que recuerda a la poetisa Alfonsina Storni, obra realizada en piedra por el escultor Luis Perlotti, inaugurada en 1942.