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Cultura 6 de junio de 2017

“El principal enemigo del arte hoy es la ansiedad y la sobreestimulación”

Eduardo Basualdo creó una instalación en la que plantea la posibilidad de escapar: un helicóptero pequeño que puede eludir las leyes de la arquitectura y que, desde un patio en cualquier casa, levanta vuelo del sistema. El artefacto anarquista, la búsqueda de libertad y cómo la angustia se traslada al espacio.

Basualdo: "Creo que definirse como artista político perjudica cualquier obra, incluso es un error".

por Paola Galano
@paolagalano

Un helicóptero encerrado en una pequeña habitación. Sus aspas en movimiento. Una habitación con bocas de acceso angostas. Un espectador que baja la cabeza, por si las dudas las hélices lo alcancen. Un piso de baldosas viejas, en blanco y negro, de alguna casa de principios del siglo XX. Un techo, no muy grande, oxigena la habitación.

Freelancer” es el título de esta instalación del artista argentino Eduardo Basualdo, especialmente diseñada para arteBA, la feria de arte contemporáneo que acaba de finalizar en Buenos Aires y que volvió a atraer las miradas sobre el Barrio Joven. Se trata del sector en el que se ubicó la instalación, un espacio destinado a las propuestas más innovadoras, más creativas, provenientes de artistas emergentes que trabajan en nuevas galerías de arte.

“Freelancer”, obra que tuvo el auspicio de la marca Chandon, cuestionó el espacio, buscó entablar un diálogo sobre la libertad en tiempos de angustia capitalista y hasta preguntó si es posible que un artefacto de semejantes dimensiones pueda escapar de esa caja que parece aprisionarlo y ahogarlo inexorablemente.

Claro que la instalación de Basualdo -uno de los artistas argentinos más exitosos en el mundo- no estuvo ausente de polémica. Críticos de arte no dudaron en ver en ese helicóptero que fabricó una pyme argentina oriunda de Saladillo una alusión directa al aparato que se llevó al ex presidente Fernando de la Rúa, en plena crisis de 2001, con una Plaza de Mayo regada por las protestas y los muertos.

“Las polémicas achatan”, dice Basualdo ante LA CAPITAL, siempre bien dispuesto a explicar los caminos que condujeron a la obra. “En los medios, la polémica no es positiva, aunque es una polémica que reconozco, acepto, creo que los medios viven de la polémica. Polemizan sobre conceptos que no terminan de connotar: plantean que una cosa es parecida a la otra, pero qué significa esto y aquello, en qué se parece no lo sé, nadie lo dice, simplemente es remitirse a aquel episodio”, agrega.

– ¿La tuya es una obra política?

– Una cosa es la política, la que hacen los políticos. Ahora lo político es lo que todo ser humano tiene en relación con el mundo. Yo hablo de la condición humana en mis obras, de cuál es la relación de la persona con la estructura que lo contiene, sobre las condiciones en la que el hombre existe. Eso es hiperpolítico. Ahora la política a veces se cruza, a veces no. Pero creo que incluso es un error definirse como artista político, perjudica cualquier obra. Lo que es político tiene que venir a vos, no te tienen que decir “ahora vas a ver una obra política”… lo político sucede o no sucede, ése es el punto.

Entre atajos

Enemigo de explicar los sentidos a los que aluden sus obras, Basualdo se limitó a contar cómo nació “Freelancer”. “No me gusta hablar de metáforas, de lo que puedo hablar es del trabajo, de las raíces de una obra, una vez que la obra está montada, la metáfora es del espectador”, indicó. “Que los mensajes los cree el espectador”, siguió, en una rueda de prensa realizada frente a periodistas de diversos medios del interior del país.

– ¿Cómo surgió “Freelancer”?

– Tiene que ver con una investigación de las leyes del espacio, está pensada desde la idea de establecer una ley y su transgresión, un elemento que la transgrede. La ley que está establecida es la de estructura arquitectónica, el cubo está asociado a una galería, a una casa, a una ciudad, es la ley que rige el movimiento en una ciudad. El helicóptero lo que hace es independizarse de esa ley y dejar sin uso ese sistema y señalar otro sistema que todavía no conocemos, en este caso sería el aire. Los movimientos en el aire que tienen sus reglas, en sentido metafórico acá está aplicado a describir una transición de un sistema lógico, racional, con ortogonales a otro que establece atajos, líneas directas entre uno y otro punto y que no se rige por las leyes que rigen a la mayoría. Eso es lo que busca el trabajo. Encontré en el helicóptero un elemento que en un solo movimiento dejaba sin uso todo un sistema, destruía un espacio y generaba otro.

– ¿Qué implicó crear para este espacio que auspicia Chandon?

– Yo elegí esta obra específicamente para esta convocatoria. Como todos, trabajo con varios proyectos a la vez y pensé que éste era el más adecuado, porque toda la feria en sí es como una pequeña ciudad, al tener sus calles, sus avenidas, sus manzanas podía establecer un artefacto que destruyera esta trama de una manera muy simple. Chandon fue generoso al dejarme hacer un trabajo que incluyó su propia sala (en el Barrio Joven). Como todos los artistas, pensamos la obra en todos los niveles, uno más ficcional, en este caso topográfico y un nivel casi mítico… a mí me gusta del trabajo la idea del helicóptero como un anarquista, como un personaje que no se adecua o que se desentiende de las leyes dadas. Los anarquistas no votan, no responden a la pregunta, quizás una buena imagen es responder a la pregunta con otra pregunta y en este caso la obra alude a la idea de que vos podrías llegar a crear tu propia máquina para salir de acá en el patio de tu casa, el espacio es un patio interno, con una ventana de luz.

– ¿Tiene algo autiobiográfico?

– Exacto. Alude a donde vivía y trabajaba hace unos años y para mí esa sí fue una experiencia casi de una microsociedad, de tener unas leyes internas, cuando compartís la casa con otros, éramos varios, tenés la idea de estar en una cápsula en la que vos generás tus leyes.

– Hablás del helicóptero como un anarquista, hablás de escapar, ¿tuviste en cuenta la búsqueda de libertad, lo libertario?

– De libertad, pero también casi de supervivencia, una de mis últimas lecturas que hice de mi trabajo tiene que ver con que uno llega al mundo sin tener asegurado su lugar, esta es una sociedad muy agresiva: que vos estés vivo y estés acá no es suficiente para que te dejemos sobrevivir, después tenés que buscarte un trabajo y buscar dónde poner tu cuerpo de noche, porque no podés dormir a la intemperie y eso me parece muy agresivo en esos términos. Esta obra también trata de plantear la fantasía de poder escapar de una trampa, la realidad muchas veces puede ser vista como una trampa, un lugar en el que por naturaleza uno nace y no es bienvenido no puede ser tomado de otra manera, yo creo que igual no hay escape, de hecho el helicóptero no puede salir, es muy difícil salir, eso es lo más angustiante. No hay un lugar en el que puedas dialogar con el capitalismo hoy, es muy agresivo, quizá hace cincuenta años sí.

– Respecto del espectador, la obra genera una suerte de aplastamiento hacia los márgenes, hay una tensión con el espacio. ¿Coincidís?

– Para mí es muy importante cambiar las condiciones de libertad del espectador en la obra, eso te lleva a un punto de percepción distinto, básicamente un nivel de atención necesario para la emoción o la reflexión. Creo que el principal enemigo del arte hoy es la ansiedad y la sobreestimulación, con lo cual para mí los elementos que te alertan o te cambian o te alteran tus estados te corren de un eje muy automatizado. La angustia para mí es lo angosto, lo angosto es un lugar poético fuerte, desde ese lugar se generan cambios en uno, angustia viene de angosto, etimológicamente. Es cuando se te cierra la garganta, ese estado poético emocional es muy inspirador, los malos tragos te permiten reflexionar de otra manera.

– ¿Por qué “Freelancer”?

– En realidad, el artista es el exponente más agudo de un modelo que está impuesto en el mundo entero, que es el del trabajador independiente, con un contrato esporádico, tiene este doble filo. Por un lado es muy seductor, porque uno tiene sus tiempos, podés trabajar en tu casa y por otro lado no tenés nada, se acaba el contrato y no existís en ningún lado. El helicóptero en se sentido también plantea la separación de un esquema: puede ser libertario pero a su vez la libertad no es la nada, la libertad es tener condiciones que te permitan ser feliz, pero son condiciones en el aire y en el aire te morís. Freelancer es un término que viene del medioevo, es el mercenario. Es el lancero libre que pone sus armas al mejor postor.

– ¿Supone una crítica?

– Es un señalamiento. Depende quién lo haga es positivo o negativo, si vos tenés una responsabilidad no podés actuar como un freelancer, está bien visto cuando es un individuo el que busca su camino, pero si sos una institución y rompés las reglas sos un delincuente. Ahora, si como individuo buscás la brecha para sobrevivir es otra cosa, hay gente que no debería ser freelancer.



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