Se ríe ante la pregunta de quién es el verdadero base del equipo. “Cualquiera. Acá a nadie le molesta ceder protagonismo”, sostiene Manuel Castellani, uno de los pilares de IAE Club, el inédito campeón de primera división del básquetbol marplatense.

La respuesta da una clave. Este equipo de Pablo Gil no gira alrededor de jugador alguno y de ahí obtiene su fortaleza. Casi todos sus componentes tiene algún atributo con el que puede lastimar a un adversario. El propio Castellani, con su terrible tiro de tres puntos, más de una vez le ha permitido sortear situaciones complicadas y fue clave en dos momentos importantísimos de esta dura serie final ante Kimberley.

El ex Peñarol y Sporting encajó perfecto dentro de un grupo que tenía muchas ganas de consagrarse de una vez por todas y no tuvo que esperar mucho.

“Estoy muy feliz, fui el último en incorporarse al equipo, conocía a alguno de los chicos, había jugado con otros. Me recibieron diez puntos y de a poco fui encontrando mi lugar, me dieron responsabilidades. Este grupo es genial. Fue un año larguísimo, muchos partidos. Entre la primera parte del torneo, el Súper 4, el Prefederal y este último tramo del Oficial jugamos cerca de 50 partidos. Estamos muy cansados, pero queríamos terminar de esta manera. Nos habíamos preparado para ser campeones.

-¿Cuáles fueron las claves del año y de esta serie final?
-Nos propusimos jugar todos los partidos igual, encontrar una forma de juego. Me sumé yo, volvió al club Valentín Callegari… Nos adaptamos al plantel nuevo, a las responsabilidades nuevas. Los dos somos bases y marcamos un poco el ritmo del juego. Nuestra idea era encontrar un sistema de juego y lo hicimos. Nuestra forma es correr, defender y ser muy intensos. En cuanto a la final, no tuvimos un gran día en el primer partido con Kimberley, nos costó mucho. Pero cambiamos el chip para ir a jugar a la cancha de ellos y volvimos a plasmar lo que sabíamos hacer.

-Recuperaron el eje a tiempo en la cancha de Kimberley en un momento muy complicado…
-Sí, de la nada nos olvidamos por qué habíamos sido los mejores todo el año. Pablo Gil hizo hincapié en esa cuestión en el entretiempo. Nosotros fuimos mejores que todos, jugamos un buen básquet. Y parecía que nos habíamos olvidado de jugar. Intentamos recuperar la memoria, volver a la intensidad, a meter los tiros abiertos… Fueron apareciendo distintos jugadores, tenemos muchos que pueden anotar y hoy estamos muy felices.

-Por ahí la subís vos, a veces Callegari, también los dos Cattáneo… ¿Quién es el verdadero base del equipo?
-Cualquiera. La bola la puede subir hasta Francisco Quaglia que es el ala-pivote. A nadie le molesta ceder protagonismo y eso está bueno. No nos salieron las cosas en el primer partido, pero en el segundo, por ejemplo, apareció Viloni desde el banco y jugamos para él. Hoy aparecieron otros y también Tato Monacchi, que es nuestro goleador. En este equipo nadie tiene problema en ceder protagonismo para el compañero que esté más fino.

-¿Qué significa este título?

-Un cierre de año perfecto. Los chicos habían perdido la final del año anterior y desde el comienzo de este 2022 se habían trazado el objetivo de ganar este torneo. Querían revancha. Cerramos como nosotros queríamos.

-¿Esperaban una oposición así de Kimberley?
-Sí, esperábamos un rival duro. Maciel entró en ritmo, le había costado al principio, parecía falto de básquet, le habíamos sacado buenas diferencias en otras oportunidades. Pero este equipo se puso muy bien con el correr de las semanas y no fue casualidad que hayan ascendido a la Liga Federal. Creíamos que iba a ser una guerra y así la jugamos.

-¿Les hubiera gustado competir en la Liga Federal?
-Sí, pero sabíamos de movida que había otras responsabilidades. Todos los chicos trabajan en verano, yo también, Pablo Gil lo mismo. No sé si el club estaba preparado, pero el objetivo era ser competitivo y buscar el ascenso por nosotros. De todos modos, el principal objetivo del año siempre fue el Torneo Oficial. Nunca lo perdimos de vista.