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La Ciudad 18 de mayo de 2025

El rumbo de Montenegro después de la crucial elección de CABA

En el entorno del jefe comunal juran que nada modificará su estrategia de cara al acuerdo provincial con La Libertad Avanza. Pero la ubicación final de la candidata del PRO definirá el clima interno y la postura de Macri. Abad volvió a insinuar otra alternativa.

Intendente Guillermo Montenegro.

Por Ramiro Melucci

“La estrategia porteña del PRO se definió sin que pudiéramos opinar. Es mala y perjudicó la negociación global, pero no hicimos nada para interferir. No nos sacamos ninguna foto en la Casa Rosada. Hace más de un mes que no hacemos nada”. Lo dice un estrecho colaborador del intendente Guillermo Montenegro. El reproche lleva implícitos los nombres de sus destinatarios: el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, y el presidente del partido, Mauricio Macri. Los que desdoblaron la elección de hoy y terminaron en una batalla con el presidente Javier Milei en la Ciudad de Buenos Aires.

“Lo que queremos ahora –agregan en el entorno del jefe comunal– es tener la posibilidad de definir la estrategia en la provincia de Buenos Aires”. 

Esa estrategia está en marcha desde hace tiempo y se profundizará después de la elección de hoy. El presidente del PRO en la provincia, Cristian Ritondo, es uno de los que trabaja en el acuerdo con el partido del Presidente. Se reúne con asiduidad con el titular de La Libertad Avanza en territorio bonaerense, Sebastián Pareja, y protagonizó las dos fotos que hubo con la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, junto al también diputado Diego Santilli. De la última, difundida el 10 de abril, también participó Montenegro.

En Mar del Plata las especulaciones sobre el resultado porteño coinciden con lo que dijeron las encuestas. Los que van mirando con entusiasmo el atuendo violeta reniegan de la fragmentación de la oferta de centroderecha que se produjo en CABA y alertan lo que podría suceder en la provincia de Buenos Aires si aconteciera algo semejante: otro triunfo del peronismo.

En la mesa chica de Montenegro aseguran que “nada de lo que ocurra esta tarde va a cambiar el rumbo” que empezó a tomar el intendente. Que ofreció su primera señal inequívoca en febrero con una foto junto a Santilli y lo llevaría a confluir con los libertarios en una misma lista el 19 de julio.

Es evidente, de todos modos, que el lugar que ocupe la candidata del PRO, Silvia Lospennato, en relación con el de La Libertad Avanza, Manuel Adorni, determinará el clima interno en ambas fuerzas y la fortaleza con que Macri y Milei encararán el siguiente turno electoral.

El sendero que marca Montenegro en Mar del Plata es seguido por el resto de la estructura partidaria local. Desde allí partió, el mes pasado, el reclamo a Macri para que se respete la decisión de cada sección electoral en el armado político. Desde allí surgen, ahora, los primeros pedidos para que La Libertad Avanza tenga lugares en el gabinete municipal. Son consecuencia de la paz que el intendente firmó con Alejandro Carrancio, ladero de Pareja en el armado libertario bonaerense.

Se trata de una demanda que, si el acuerdo de los dirigentes bonaerenses avanza según lo previsto, se intensificará con grandes posibilidades de que Montenegro comience a llevarla a la práctica este año. Pero es un aspecto delicado porque aún sigue vigente el acuerdo de gobernabilidad con la UCR encabezada por Maximiliano Abad. ¿Quiénes saldrían para que entrasen los libertarios? ¿Los que integran el partido que, hasta el 10 de diciembre, le garantiza la mayoría en el Concejo?


En la mesa chica de Montenegro aseguran que “nada de lo que ocurra esta tarde va a cambiar el rumbo” que empezó a tomar el intendente.


A diferencia de lo que se ve hoy en el PRO de Mar del Plata, no todos los dirigentes bonaerenses del partido amarillo están convencidos de que una fusión con LLA sea el único camino posible. Otros alcaldes llevan a sus dirigentes por caminos diferentes. Como la intendenta de Vicente López, la macrista Soledad Martínez. O el juninense Pablo Petrecca, que la semana pasada recibió a Abad, en lo que puede considerarse una continuidad del álbum que ya había inaugurado Macri con el intendente radical de Balcarce, Esteban Reino. Ese que si tuviera nombre sería “Revivamos Juntos por el Cambio”.

El interrogante que se abre es si las maniobras de resucitación son el objetivo final o puede haber, una vez demostrados sus resultados, un acercamiento por otra vía con La Libertad Avanza. “Acá lo importante, lo que nos diferencia por ejemplo con el radicalismo en CABA, es la vocación acuerdista que tenemos”, dice un radical del sector de Abad, que también mira el caso porteño como testigo de lo que podría pasar si la UCR va en soledad.

Un muestrario de los posicionamientos del momento lo ofreció el debate de las rendiciones de cuentas en el Concejo Deliberante. El bloque de Montenegro elogió el rumbo del gobierno de Milei y culpó por la falta de mayores ingresos al de Axel Kicillof y a la anterior administración nacional. La bancada libertaria pasó de reclamarle al intendente “un poquito más de motosierra” en febrero, en la sesión del presupuesto, a descubrir que en el municipio “la motosierra funciona”. El radicalismo prefirió hablar del “orden del gasto” en lugar de los “recortes” y volvió a defender el modelo de gestión local.

Si la disyuntiva de los dirigentes bonaerenses del PRO se cifra en las siglas LLA o JxC, la de los radicales parece comenzar a resumirse en JxC o Kicillof. El encuentro del axelista Gustavo Barrera con el tandilense Miguel Lunghi alimentó las especulaciones en la región.


Gustavo Barrera, el axelista de Villa Gesell, y Miguel Lunghi, el intendente radical de Tandil.

Gustavo Barrera, el axelista de Villa Gesell, y Miguel Lunghi, el intendente radical de Tandil.


En ese marco, conviene interpretar las señales marplatenses. Si bien puntualizó la discrepancia sobre el instrumento con que debe ordenarse el Estado (bisturí en lugar de motosierra), el presidente del bloque radical, Daniel Núñez, habló de una “situación nacional heredada”. Traducción: sin ser libertario como el PRO local, el radicalismo vernáculo se mantiene al otro lado del universo K.

Allí las miradas que debían posarse en el acuerdo por los plazos para las elecciones se dirigieron al duro cruce que tuvieron los legisladores bonaerenses Rubén Eslaiman, del massismo, y la axelista Susana González, que responde al intendente de Ensenada, Mario Secco. El diputado acusó al gobernador de pretender “llevar a las patadas” a la Legislatura y su compañera de bloque le recordó que, en tiempos de María Eugenia Vidal, el Frente Renovador votó “los cuatro presupuestos sin chistar”.

El legislador también lanzó que “si no hay unidad” en el peronismo “es porque a Kicillof se le ocurre ir por afuera” y será “el artífice y el culpable de la derrota de Unión por la Patria”.

No hubo respuestas. El sábado próximo, en La Plata, el Movimiento Derecho al Futuro de Kicillof hará su demostración de fuerza. Buscará posicionarse de cara a la negociación de las listas. “Si acaso tenemos que competir, lo vamos a hacer”, advirtió el viernes en Trenque Lauquen al ministro de Trabajo bonaerense, Walter Correa. Y dejó en claro la consigna del espacio: en la unidad que se pretende, la centralidad deberá ser del gobernador.