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La Ciudad 14 de noviembre de 2023

El Senado distinguió al marplatense que obtuvo el máximo galardón de la conservación animal

Pablo Borboroglu recibió el diploma de honor en reconocimiento por ser el primer latinoamericano que ganó el “Indianapolis Prize” por su labor en defensa de los pingüinos. “Es algo que supera mis sueños”, aseguró.

El marplatense Pablo Borboroglu recibió hoy el diploma de honor del Senado de la Nación en reconocimiento por ser el primer latinoamericano ganador del “Indianapolis Prize 2023”, el principal premio a la conservación de animales en el mundo, y dio un sentido discurso sobre el cuidado del ambiente.

“Estoy profundamente honrado y agradecido por este tremendo reconocimiento. Es algo que supera mis sueños. Es importante poder compartir con los argentinos el trabajo que uno hace y envalentonar a los jóvenes a que sigan este camino”, señaló el biólogo, que fue homenajeado en el Salón Azul del Palacio Legislativo.

El investigador remarcó que la conservación de los animales “no necesita sólo de biólogos, sino también de políticos, abogados, arquitectos e ingenieros. Es multidimensional, todos los perfiles son necesarios”.

Borboroglu tiene 54 años. Estudió Ciencias Biológicas en la Universidad Nacional de la Patagonia y se doctoró en biología por la Universidad Nacional del Comahue. Hoy es investigador del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) y profesor asociado de la Universidad de Washington.

Ha dedicado más de tres décadas al estudio de los pingüinos, en busca de su conservación. Entre otros antecedentes, trabajó en la fundación de la Reserva El Pedral en Punta Ninfas (Chubut), donde se desarrollan actividades turísticas compatibles con los objetivos de conservación.

En 2009, fundó y actualmente se desempeña como presidente de la ONG Global Penguin Society, que ha protegido 32 millones de acres de hábitat marino y terrestre de pingüinos.

A través de la comprensión de la mejora genética, la alimentación y la migración, su equipo puede comprender mejor las necesidades de hábitat de la especie, lo que conduce a una mejor protección de las poblaciones de pingüinos.
Es por ello que durante la ceremonia destacó la importancia que tienen para el planeta y comentó los desafíos a futuro.

“Los pingüinos son increíbles. Son decididos, tenaces y muy fuertes. Pero aún así necesitan nuestra ayuda para lidiar con los problemas de conservación del mundo actual. Tienen problemas en el mar y en tierra. Por el mal manejo de algunas pesquerías comerciales, por el desarrollo petrolero no controlado. Y cuando tocan tierra, por el disturbio humano y encima el cambio climático”, explicó.

Y profundizó: “A través de los pingüinos, protegemos los océanos, que nos mantienen vivos. Cada dos respiraciones que hacemos, el oxígeno de una nos lo dan los océanos, que también nos brindan comida y regulan el clima en todo el planeta. Pero nunca han estado amenazados como lo están ahora”.

Borboroglu indicó que “no es casual que los pingüinos reflejen muy bien la salud de los océanos”. Y que “la mitad de las 18 especies de pingüino del planeta están amenazadas actualmente”, lo que evidencia que los océanos necesitan atención.

Con 35 años de trayectoria en la materia, el especialista reivindicó el “impacto extraordinario de las acciones de conservación”, en un contexto de crisis de biodiversidad.

“La naturaleza puede recuperarse si le damos la chance. Tenemos innumerables ejemplos en donde hemos protegido el hábitat y los pingüinos. Cientos de especies asociadas se han recuperado”, matizó.

En este contexto, para avanzar con la protección del ambiente Borboroglu consideró que la ciencia “es extremadamente necesaria, pero no suficiente”.

“En Argentina hay que aumentar la superficie de áreas protegidas, oceánicas y costeras. Que las áreas creadas puedan ser implementadas eficientemente”, alertó.

Asimismo, cuestionó que hay “vacíos legales importantísimos” en el país en materia ambiental. “Hay una Ley de Biodiversidad que necesita ser empujada. Somos uno de los países con mayor biodiversidad del planeta, pero cuando nuestra fauna es dañada no existe un marco legal que las proteja. Si no hay ley, no hay nada”, expresó.

En la misma línea, pidió que los delitos ambientales en Argentina se incluyan en el Código Penal. “No se procesan personas por matar animales. Es algo que no nos podemos permitir”, advirtió.

En la ceremonia de entrega del diploma estuvieron presentes los senadores Edith Terenzi-impulsora de la iniciativa-, Ignacio Torres y Gladys González, entre otros legisladores. También hizo lo propio Marc Stanley, el embajador de Estados Unidos en Argentina.