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Deportes 30 de junio de 2020

Emociones frente al televisor

Las vivencias de la familia y los entrenadores de Luca Vildoza, siguiendo a la distancia la actuación consagratoria del base marplatense en el básquetbol español.

Las pantallas de los televisores de muchos se clavaron en TNT Sports. Los hinchas número 1, por supuesto, fueron papá Marcelo y mamá Gabriela. “Sufrimos mucho en casa viendo el partido. No podemos creer que a Luca se le haya dado esto. No caemos, estamos disfrutando mucho. Hablé con él y te juro que no cabía en su cuerpo de felicidad”, le contó Marcelo Vildoza a LA CAPITAL, todavía poseído por la emoción.

Más analíticos, aunque no tanto como de costumbre, sus entrenadores en Quilmes también fueron hinchas.

“Siento una gran alegría por él y la familia, que siempre lo acompañó, y por los que pudimos aportar nuestro granito de arena en su formación. Todos le deseábamos lo mejor y sabíamos que tenía un potencial tremendo, pero nadie iba a imaginar que iba a dar semejantes pasos hacia adelante. Se recuperó de todas las lesiones y de todas las adversidades. Todo mérito suyo y de la fortaleza emocional que consiguió”, sostuvo Nicolás Mengoni, quien lo tuvo en Quilmes desde los siete hasta los quince años.

“Él -completó- tenía un montón de particularidades físicas y técnicas, pero su gran conquista fue pelear, con sus herramientas, por lograr sus objetivos. Habla de una gran fortaleza mental, que fue ganando con los años. Sus distintas experiencias y los jugadores con los que se cruzó y compartió lo fueron completando como deportista y formando su fortaleza y ambición. Todavía es muy joven para todo esto que le está pasando. Se lo merece porque siempre trabajó mucho”.

Luca pasó en Quilmes también por las manos de Luis Fernández, histórico coordinador del básquetbol “tricolor”.

“Estoy muy emocionado por cómo terminó y por lo que fue haciendo Luca a lo largo del partido. Ya había jugado en gran nivel defensivo, en el uno contra uno y en las rotaciones, en la semifinal con Valencia. Estoy tremendamente orgulloso. Se crió acá, con entrenadores de acá, con jugadores de acá, con clubes de acá. Acá hay gente que trabaja bien y lo impulsó. Pero él es un elegido, como Campazzo. Si hubiera estado en otra ciudad u otro club, hubiera llegado igual”, afirmó Fernández.

“Bien merecido lo tiene por su progreso madurativo, defensivo y físico. Por lo demás, es un crack”, remató.
“Hay mucha gente en la ciudad que tiene parte en su formación. Hasta los pibes que lo marcaron o los entrenadores que lo enfrentaron lo hicieron superarse. Y los que estuvimos entrenándolo lo acompañamos. Pero el eje es él, si no saldrían diecisiete Vildozas por año. No pienso colgarme de Vildoza. Pienso que lo acompañamos, no lo formamos”, reflexionó Fernández.

Leandro Ramella, el entrenador que lo tuvo durante más tiempo en la Liga Nacional, también se alegró fuerte delante del televisor.

“Me emocionó mucho verlo en ese lugar y jugando como lo hizo en una instancia tremenda. Cuando yo lo tuve cerca, le veía más los defectos que las virtudes. Es impresionante lo que creció a partir de hacerse cargo del equipo en Quilmes con Bianchelli de técnico y en la Liga Nacional. Ese fue un cambio brusco para él y ahí dio el primer paso”, sostuvo Ramella.

“Cuando le tocó ir a Europa definitivamente cambió su cabeza. El nivel de exigencia era mucho más alto y él quiso estar a esa altura. Todo el básquetbol marplatense debe estar contento por lo que le pasó a Luca y también a Pato Garino. No es tan fácil poner dos jugadores en un equipo campeón de ACB. Se me ocurre que todos los entrenadores de formación de esta ciudad tienen que estar orgullosos. Hacen un trabajo muy bueno”, finalizó Ramella.



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