En el marco del programa Cocinas para Crecer, que Asociación Conciencia impulsa junto a Camuzzi desde 2021, 26 emprendedores gastronómicos de distintas localidades bonaerenses participaron del evento de cierre de la edición 2025 con una jornada especial de intercambio, aprendizaje y reconocimiento en el Gran Hotel Provincial.

Durante la jornada, los participantes recorrieron las instalaciones del establecimiento turístico, conocieron su historia y funcionamiento junto al equipo de gestión, y compartieron una charla íntima y motivadora con el chef ejecutivo del establecimiento, Leonardo Jaciuk.

El encuentro culminó con la entrega de diplomas: un momento colmado de emoción, orgullo y gratitud por el camino recorrido.

“Cocinas para Crecer es un ejemplo del impacto que tienen los programas bien diseñados y sostenidos en el tiempo. No se trata solo de enseñar técnicas, sino de acompañar sueños. Lo que vimos hoy en Mar del Plata es un reflejo de lo que pasa cuando el compromiso social y la vocación emprendedora se encuentran”, sostuvo Juan Manuel Fernández, director ejecutivo de Asociación Conciencia.

“La cocina es una forma de transformar la vida de uno mismo y de los demás. Ver cómo se animan a crecer y profesionalizar sus proyectos es inspirador”, expresó Jaciuk.

La emoción también se siente en quienes apoyan la iniciativa. “Estamos muy contentos de estar cerrando una nueva edición de este programa, nos emociona ver el impacto que tiene en los emprendedores que participan y queremos que este sea un punto de partida para que sus proyectos puedan seguir creciendo”, destaco Elena Bordeu, coordinadora de RSE de Camuzzi.

Con más de cuatro décadas de trayectoria, Asociación Conciencia trabaja para promover el desarrollo personal, educativo y laboral de jóvenes y adultos en todo el país. En alianza con el sector privado, la organización implementa programas innovadores que combinan formación, acompañamiento y generación de oportunidades reales. Cocinas para Crecer es uno de ellos: una iniciativa que brinda herramientas técnicas, mentorías, capital semilla y vínculos con el ecosistema gastronómico a emprendedores de sectores vulnerables que sueñan con hacer de su pasión un proyecto de vida sustentable.

“Lo que más me llevé fue confianza en mí misma”, compartió una de las participantes. “No puedo creer que pude terminarlo y recibir esta certificación”, expresó otra emprendedora, entre lágrimas y abrazos.

El evento fue una celebración, pero también el punto de partida de una nueva etapa, donde cada emprendedor regresa a su comunidad con más herramientas, más confianza y más motivación para seguir creciendo.