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Policiales 3 de febrero de 2022

¿En Mar del Plata la cocaína puede ser cortada con sustancias mortales?

A la cocaína que llega ya rebajada se la estira con distintas sustancias lo suficientemente para que sirva al negocio, y lo necesario para no atenuar el efecto en el consumidor. Cafeína, bicarbonato, aspirina y sobre todo un antiparasitario llamado levamisol, son algunas de las sustancias utilizadas.

En cualquier barrio periférico de Mar del Plata, allí donde la adicción a la cocaína no se oculta y disimula como en otras esferas sociales, el puntero de un point busca mejorar la rentabilidad de su negocio. Para ello, como si se tratara de un alquimista moderno, duplica lo que tiene. A la cocaína que le llega ya rebajada —porque en todos los eslabones de la cadena de distribución quiere ganarse más— la estira con distintas sustancias lo suficiente para que le sirva y lo necesario para no atenuar el efecto en el consumidor.

La mitología urbana basada en algunos episodios esporádicos atribuyen a los inescrupulosos “dealers” el rebaje de la cocaína con jabón detergente en polvo o con vidrio finamente molido, pero la realidad es mucho más poderosa al momento de desmentir. Cafeína, bicarbonato, aspirina y sobre todo un antiparasitario llamado levamisol.

En diciembre de 2015 una profunda y prolongada labor investigativa permitió llevar a cabo el Operativo Milonguita, durante el cual se desmembró a una banda que cubría la demanda de cocaína y marihuana (en menor medida) en gran parte de la ciudad. En la camioneta de uno de los investigados, un ex policía llamado Hugo Cambarere, se encontró cocaína y más de un kilogramo de cafeína, sustancia que utilizaba para el corte.

En polvo la cafeína es blanca, se mimetiza con absoluta precisión en la cocaína, y además otorga efectos estimulantes más leves pero prolongados. Por eso, y por su costo en el mercado, suele ser la principal sustancia utilizada para “engordar” la droga y mantener satisfechos al cliente.

También una importante cantidad de cafeína fue secuestrada durante el operativo de marzo de 2020 contra una banda liderada por Luis Perea y Gustavo Minaberrigaray. En esa ocasión se produjo un secuestro importante de marihuana, ya que se contabilizaron más de 30 kilogramos. Pero además, había 7 kilogramos de cocaína y bolsas con cafeína por un peso similar.

Cambarere y Perea, según dictaminó la Justicia, proveían de drogas al nivel inferior del negocio, los “kioscos” o “points” barriales, muchos de estos emprendimientos son marginales y de menor magnitud que los que por estas horas tomaron estado público por la matanza de Hurlingham. Pese a que ya les llega cortada, los vendedores insisten en rebajar aún más la cocaína y le agregan una sustancia inocua como es el bicarbonato de sodio.

También se reconocen por análisis de laboratorio la mezcla de algunos analgésicos como benzocaína, procaína, tetracaína y lidocaína, pero no suelen ser frecuentes.

Acaso el adulterante más peligroso que se ha detectado en Mar del Plata sea el levamisol, un antiparasitario que en proporciones inexactas puede causar daños graves en el organismo humano e incluso la muerte.

En 2017 la Justicia de Bahía Blanca condenó a todos los integrantes de la banda liderada por Mauricio Larriaga, un hombre al que se lo considera en aquella ciudad sureña de la provincia como quien durante décadas introdujo la droga desde Mar del Plata. De hecho, la última casa conocida de Larriaga antes de caer preso fue la de Laprida al 5000, de esta ciudad. Al allanarse uno de los domicilios en donde se realizaba el acopio en Bahía Blanca, la policía descubrió más de 6 kilogramos de cocaína.

Al ser analizada en laboratorio la cocaína de Larriaga estaba compuesta en un 25 % por clorhidrato de cocaína y el 75% restante por levamisol. Esa droga terminó en Bahía Blanca pero por medio de otros actores del narcotráfico se distribuían del mismo lote en Mar del Plata.

Según un reporte presentado por la Sedronar, el levamisol es una sustancia de corte que ya trae la cocaína en su envasado en origen, más visto en los cargamentos que provienen desde Bolivia que los que pueden llegar de Perú o Colombia.

En Mar del Plata, al igual que en las grandes ciudades con una alta sociedad en combinación (y contraste) con anillos suburbanos de mayor marginalidad, el consumo de cocaína es elevado. Sin embargo, aun cuando el mercado es importante, no se han reportado hallazgos de otro tipo de sustancias de corte más peligrosas –incluso mortales- como venenos para ratas o fármacos opioides como el fentanilo. Tampoco se conoces casos clínicos derivados de intoxicación por ese tipo de sustancias adulterantes en la cocaína.



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