Cultura

Entretextos: Poemas de Chiara Abiuso

La poeta nacida en Italia pero criada en Mar del Plata comparte en la sección "Entretextos, literatura de acá" los poemas "Purificación", "Éxtasis y agonía" y "Espejos de agua".

Poemas de Chiara Abiuso

Purificación

Abro las ventanas de par en par,

bebo las primeras luces del día.

Arrastro las sábanas hasta los pies de la cama,

con la esperanza de que los restos de piel muerta se desvanezcan.

La remera vieja que uso de pijama es un bollo amorfo que ya no necesito.

Paso en orden plumero, escoba, lampazo, trapo,

después de algunos estornudos.

Es de esos días de primavera y polvo,

en los que pienso que limpiar la casa

y ordenar todo un año en dos horas

puede servir de algo.

Prendo un sahumerio, lo dejo 5 minutos en cada ambiente.

Ni siquiera creo en la brujería, pero siento que el humo perfumado lo purifica todo.

El aire y el sol que se meten líquidos por los marcos de la ventana

me enfrían solo la nariz y los pies, aunque el mediodía esté en lo alto.

Esta casa tiene muchos ambientes,

uno dentro de otro se encastran,

como bloques de un mismo juego, llevan un orden preciso.

Repaso cada pieza, el aire es cada vez más frío, más limpio.

Los ruidos de la calle son pájaros mudos e invisibles,

pero siento su presencia en todos lados,

como si pudieran verme a través del techo y las paredes,

observan mis movimientos de gamuza frenética.

Las cortinas desprenden todos los sueños acumulados por años,

se mezcla el aroma del sol y los químicos para limpiar muebles

con los sahumerios que me obstino en mantener prendidos,

para que inunden las sábanas, las almohadas,

cada uno de los hilos y filamentos de la remera tres talles más grande.

Una ventana se abre de golpe,

consume con una ráfaga el último de la feria de artesanos

y termina de inutilizar los restos del mate que quedó servido,

de la pava sale un hilo de vapor.

En este concierto de olores,

el único que falta es el tuyo.

Éxtasis y agonía

El aire de la cama

es más espeso el domingo,

invierno o verano,

la siesta pegajosa es una mentira

que te inventas como excusa,

para descansar al séptimo día

y bendecirme

y santificarme

porque en él reposó

de toda la obra

que había hecho en la creación.

Eras una fantasía sepultada,

un náufrago en la Isla de los Hombres Perdidos

pero viniste a encallar en mi frente,

y ayudarme a recordar

cómo se jugaba a esto,

instrucciones sencillas:

gracias por fingir desinterés,

gracias por el cumplido a los 15 minutos,

gracias por dejar de jugar,

y volver al tablero a las 8 horas

así sí te metés en mí

llamamos al Sueño

“Hermano de la Muerte”

tres Noches seguidas,

las Tres Gracias por la tarde

De sus párpados brota

el amor que afloja,

los miembros cuando miran

y bellas son sus miradas

que lanzan bajo sus cejas.

Por vos pierdo el turno

y me como la manzana,

por vos, abandono

la estirpe brillante que vive en la Isla de los Afortunados

y me entrego a tu mano adiestrada por Eros

Espejos de agua

I. El lago

puedo llegar a la orilla de memoria

incluso ebria

o después de discutir a oscuras

la superficie refleja

dos muros que encierran

este hielo derretido

el sol

mi cabeza hierve

mis piernas congela

el hielo

no encuentra el equilibrio necesario

la fuerza de voluntad

para irme

II. El dique

Es normal

que el sol pique

así

no es normal

este espejo encerrado

entre dos montañas

lo hicieron

junto con el túnel

que te escupe atraviesa

la pared de piedra hicieron

ni siquiera el deshielo

lograba algo

me zambullo

al lado del cartel, la orilla

que dice prohibido bañarse

en este espejo sin olas sin viento

no tengo miedo

ni del cartel

ni de lo frío

que me dijiste

que iba a estar

ni del monstruo que seguro habita

en el centro profundo me zambullo

lavo la tierra pegada en mis piernas

de este desierto

que nos rodea

quiero lavar

y dejar acá

otro monstruo que le haga compañía




Chiara Abiuso nació en el verano de 1993, en Italia, pero fue criada en Mar del Plata, por lo que cada 15 de junio se queja del frío y amenaza con volverse al otro hemisferio. Siempre le gustó leer y escribir, pero se acercó a la poesía en 2021. Sus textos recorren espacios y seres protegidos por la ficción. Publicó “El hielo es el nombre común del agua”, “Qué injusto y otros poemas” y “Espejos de agua y otros poemas”, todos autogestivos, todos en 2022. A veces lee en voz alta frente al espejo, pero le gusta más hacerlo frente a personas. Por eso participó de los ciclos “Festín”, “Nubosidad variable” y “Delirio y Choreo”, el ciclo creado por el taller de poesía Proyecto Ruptura, al que extraña mucho. Pueden encontrarla en Instagram, como su alterego @francesfarmer__, en honor a la mejor banda del mundo.

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