Cultura

Entretextos: poemas de Paola Li Volti

La autora marplatense comparte una selección de textos que surgen de la búsqueda de sincerarse y entender los procesos del duelo, hasta que sea poema.

I.

Duelar

personas

lugares

momentos.

Duelar la vida

la muerte

los finales

los miedos

los vínculos.

Duelar los duelos:

sí, duele.

Pero

transitar tu propia tristeza

es

saberte presente del momento

mejor llorar

gritar

patalear

d o l e r

para hacerse cargo de las situaciones

en el momento exacto,

y no ir por la vida

siempre de la misma manera

bajo un sinfín de anestesias

surfeando dolores y cambios

mientras el deseo real

se te escapa de las manos.

II.

Se me metió algo en la garganta

y empecé a toser.

Pude percibir que no quería irse

y me sentí morir.

Me hice chiquitita

y lo busqué con desesperación

dentro de mi cuerpo

rota la voz

muda el alma.

Encontré un papelito

atorado entre mis cuerdas vocales

lo abrí

y descubrí tu nombre

ahí.

Vos en forma de daño

jugando a las escondidas

en mi punto débil.

Te encontré atorado

anudado

aferrado

a mi garganta

y esta vez

sólo pude reír

hasta escupir(te)

letra por letra

porque

entendí que

liberar la voz

es

dejar ir

aquello que ata

dentro.

III.

Sacarte las vendas duele

dijiste

y, sí

cómo no va a doler

si debajo de tanta tela

hay un cuerpo

roto

carbonizado

enredado

en mil cuerpos más

como si las vendas

sostuvieran

decisiones que no tomaste

y que alguien más (te) eligió.

Y todo eso

que alguna vez deseaste para vos

pero no te animaste

está podrido

dentro.

Supongo que amarse

es

hacerse cargo

de lo que produce en vos

cada decisión

que no tomas.

Después de todo

no es el dolor

lo que nos consume.

Es todo eso que hacemos

para evitar el dolor.

Que duela entonces

la venda libre

que busca honrar

el proceso de sanación

pero que no queme

nunca

la carne

que cada tanto se olvida

de preguntarte

qué deseas

y

quién sos.

IV.

Se me pasa el arroz

se me pasan los trenes

se me pasa todo menos las penas.

La vida se me pasa

intentando que te me pases vos

pero ahí estás

jugando a la rayuela

con mis memorias más profundas.

presente

presente

recontra presente.

Y acá estoy yo:

viendo cómo todo sucede.

Quién pudiera

meter mano en la cabeza

sacar el cerebro de cuajo

y enjuagarlo

hasta que se salga todo eso

que envenena;

secarlo al sol un ratito

para que tome olor a viento

y volverlo a poner en su lugar

como si nunca hubiera[s] pasado.

Quién pudiera, ¿no?

salir del propio cuerpo

y susurrarse al oído

a la piel

al corazón:

esto no sucedió.

Y mientras tanto

acá estoy.

Viendo

cómo

se me pasa

otra vez

el arroz.

V.

Cuidado con eso de querer comerte el mundo.

No vaya a ser

que te engolocines de más

y te empaches

y vomites tus inseguridades

y se te ensucien los principios.

Comerse el mundo

no es más

que una metáfora desafortunada

para tapar

el hambre de competencia:

la necesidad de aplastar

todo eso que te supera.

Es el ego famélico

queriendo sanar heridas

de autoestima quebrada.

Que tu mayor anhelo

sea

destruir al resto

no es

un objetivo sano.

La autosuperación como excusa

para depositar en alguien más

los miedos que cargaron en vos.

Mejor aplaudir el logro ajeno

antes que quedarse pensando

en cómo vencerlo

Somos

la herencia del ganar cueste lo que cueste.

Podemos ser

el paradigma de admiración

de todo aquello que nos rodee.

Y es que

entre tanto fracaso

y sensación de frustración

podemos ser el abrazo

que no nos dieron

cuando eso que tanto deseamos

no nos salió.

Paola Li Volti nació el 25 de enero de 1994 en Mar del Plata, ciudad en la que vive actualmente. Es profesora de teatro e instructora de yoga en infancias. Desde pequeña ha indagado en diferentes estilos de lectura, como juego inmersivo en la aventura. En la escritura, ha encontrado la forma de cuestionarse y de poner en movimiento todo aquello que nos inquieta. Esta selección surge de la búsqueda de sincerarse y entender los procesos. Saberse parte del estado permanente de sensibilidad y hacerse cargo del duelo, hasta que sea poema.

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