Cultura

Entretextos: siete poemas de Sebastián Lopizzo

El poeta, librero tallerista y corrector comparte con LA CAPITAL una serie de sus poemas, algunos inéditos y otros de su libro "La ira del dragón", publicado por Cepes Ediciones.

Sebastián, Rodolfo

(inédito)

Hace muchos años la tierra era plana

los caballos se caían por los bordes

llegaban hasta la punta a tomar agua

a comer pasto y se caían

hace muchos años que no visito a mi familia

me fui de casa a tocar rock and roll y no volví nunca más

paradoja del destino no sé tocar ni un acorde

y todo mi ser se encuentra desafinado

por eso todas las mañanas me tomo unos minutos

antes del café con leche para reconstruir las armonías

para enderezar la materia gris

para beber suficiente agua

para comer pasto

para llegar al borde

respiro por la boca y los pulmones

tengo sueños que nadie se dedicó a estudiar

me lavo la cara con la resaca del día a día

pienso en la desaparición completa del universo tal cual lo conocemos

pienso constantemente que puede venir una supernova monstruosa

y comernos de un bocado

me alejo de los que me quieren cuando empieza la temporada de la desconfianza

cargo en mis espaldas la teoría del mundo

el big bang de las contradicciones

les adelanto una

yo también me llamo Rodolfo

como Fito sí

y como el hijo de puta de mi padre

también

el mundo se tiende a caer por un desagüe infinito

por una alcantarilla llena de rosas

y toda balanza se inclina a favor de los que llegan hasta el borde

y encuentran la manera de volver a casa

los cinco puntos y palma que revientan el corazón

alguna vez

hui

por desesperación

de la casa

donde fui feliz

busqué

la destrucción

invocando

la indiferencia

de la lengua familiar

hoy apunto al corazón

y olvido

cuando pido un deseo

rápido

lo cambio por otro

Jeet kune do

en la calle de los cines

el sable del samurái se proyecta sobre la pantalla

Bruce Lee hace su toma fantástica

mueve los brazos a voluntad del lenguaje estricto

parece que esconde todo el futuro en una sola toma

pero solo es un hombre imposible de traducir

Mitología

la primera vez que ella apareció

un dragón blanco abandonó su esqueleto blanco

para abrazarme y cortarme los pies

Vida, teatro

Charlotte,

pequeño antifaz amarillo

una pincelada recorre tu mejilla

ni Alejandra ni Alfonsina:

Charlotte

ni los nazis pudieron

pequeña nube

tu mano diminuta agarra la valija

París te espera

tenés que huir

borrarte del mapa

olvidar tus orígenes

tu apellido se torna difuso

hasta desaparecer por completo

el amor o la falta de

te están volviendo loca

¡Pintá Charlotte!, te dicen

¡Por favor pintá te imploran te suplican!

Y en trance cumplís como una autómata

con tus sueños apretados en el lienzo

y una pesadilla que te despierta en la mitad de la noche

son ellos

esos hijos de puta

te descubrieron. ¿Pero cómo?

Si nadie te ha visto nadie sabe dónde cuándo por qué

Charlotte el aire de tus pulmones se pudre como un árbol viejo

como una manzana atrapada en el gusano de la epidemia racial

tu madre no murió en un accidente

¿Por qué siempre la misma mentira?

El cine y las telenovelas de la tarde usan el mismo truco

pero hay más

tu tía Charlotte

y tu abuela todas

colgadas

pecadoras

suicidas

por eso tenés que pintar

para salvarte

para romper el maleficio

la tradición que empuja una a una a las mujeres de la familia

un balde de fuego las espera

el infierno no fue hecho para vos Charlotte

la leña está seca en el paraíso

te ganaste el cielo

vos y tu pequeña criatura

ambas como un par de ángeles caídos

que antes de tocar tierra firme

se elevan

La ira del dragón

la ira se manifiesta

como si nada

se manifiesta la ira

como si nada supiera yo

de la ira del dragón que llevo

vos y yo sabemos

cómo se manifiesta cuándo la ira

dónde se manifiesta

si supiera cuándo

empezó

todo

la ira es un algoritmo

el dragón gotea sangre

estoy herido por algo

que no conozco

una ira insuficiente

me abraza

y qué hago yo

si vos y yo

sabemos como si nada

pasara seguimos

mientras todo

se incendia

seguimos como

un manifiesto

que solo se titula

manifiesto

seguimos como

el dragón dormido

que vos y yo

llevamos

como si nada

en el mundo pasara

el dragón

se manifiesta

cómo

cuando

dónde

por qué

pero

aparece

cargar con la mochila

del algoritmo de la ira del dragón

es difícil vos y yo

sabemos que es difícil

se manifiesta

cada 2 x 3

el tuyo cada tanto

aparece como un vidrio

roto brillante en el asfalto

el mío como si nada

solo despierta

y aparece

China, el comienzo de la venganza

o apenas el primer nombre de la lista

cómo es la vida

en China me pregunto

cómo será ser vos

que te la pasás de viaje

haciendo y deshaciendo

siempre la misma valija

quieta sobre la cinta magnética

espero que la mía no se pierda

en algún trasbordo o escala

el vuelo va directo dice el pasaje

no sé por qué me meto

si vos ya despegaste hace rato

y yo dibujo una trayectoria

bien pensada para superar

los controles fronterizos

y encontrar que llevo solo lo puesto

me pedirán los papeles

y solo abrazo entre mis

manos y mi pecho

un cuaderno que dice

tu nombre

Sebastián Lopizzo, con sus 33 años a cuestas, es poeta, librero, tallerista y corrector. Forma parte del equipo editorial de Cepes Ediciones. “La ira del dragón”, publicado por el mismo sello, es su último libro.

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