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Enlace Universitario 8 de octubre de 2022

Exaltación a la esferoidicidad Sobre “Dama reclinada” de Fernando Botero

Paseo Aldrey - Mar del Plata - Argentina

Fernando Botero (1932, Medellín – Colombia) se caracteriza por ser un artista plástico notablemente apreciado que exalta lo esférico y es por este motivo que su obra es fácilmente reconocible. A su novedoso y particular estilo, ocasionalmente mal interpretado, Botero lo justifica aclarando que su arte siempre se ha guiado por “la exploración de la forma”. La Argentina cuenta con dos de sus obras: “Torso”, en el parque Thays de CABA y “Dama reclinada” en el Paseo Aldrey de Mar del Plata.

Si bien su obra no se aparta de dicha singularidad, no son muchas las obras en donde su mandato geométrico esta puesto tan de manifiesto como en la “Dama reclinada”, ya que además de sus iconográficas exuberancias morfológicas, en su mano izquierda ella expone visiblemente un cuerpo esférico, el cual naturalmente actúa como “declaración de principios”.

Físicamente, todo conjunto se puede interpretar como un sistema de partículas. Desde el universo con sus miles de millones de estrellas hasta la arena de nuestra ciudad con sus ”50 – sin cuenta” granos. Naturalmente hay sistemas de alta homogeneidad, tales como las manzanas de un mismo árbol, como de alta heterogeneidad, tales como la totalidad de las distintas frutas disponibles en una frutería.

Luego un sistema estará formado por partículas y cada una de ellas tendrá cuatro variables: el tipo, el tamaño, la forma y el modo de degradación.

La primer variable, el tipo de partícula, está definido fundamentalmente por sus propiedades físico químicas y está directamente relacionada con su propia materialidad. Lógicamente no es lo mismo una bolita de vidrio que una gota de agua; incluso dentro del agua, no es lo mismo una gota de lluvia que un copo de nieve o que un granizo.

La segunda variable se define por el tamaño de partícula y lógicamente existen de distinta magnitud. Manteniendo el interés en lo esférico, podemos poner en los extremos al planeta Tierra (diámetro 12.742.000 m) y a las nanoesferas (diámetro 0,000000001 m); como dato de sabor y color, un caramelo “Media hora” tiene un diámetro de 12 mm, es decir 0,012 m.

La tercer variable es la forma de la partícula y desde ya que las hay de todo tipo: irregulares, angulares, aciculares, facetadas, granulares y nodulares, entre otras. Pero las que exalta Botero son las partículas esféricas, y estas tienen una característica singular, ya que es la forma geométrica que presenta la mínima superficie para un determinado volumen. Como ejemplo muy simple, un cubo de 1cm3 lógicamente tendrá 6 caras de 1cm2, por lo que la superficie total del cubo es 6 cm2; sin embargo, una esfera de 1cm3 está definida por un radio de 0,62 cm (ya que V=(4/3).π.r3), lo que define una superficie de 4,8 cm2 (ya que S=4.π.r2), es decir un 20% menor que la del cubo.

También es fácil darse que el volumen en cuestión (1cm3) se puede obtener a partir de una lámina cuadrada de 10 cm x 10 cm y 0,01 cm de espesor; sin embargo, la superficie de la lámina será de 200,4 cm2, es decir una superficie 42 veces mayor que la esférica. Por lo tanto una esfera será el volumen que presente la menor “superficie libre”, y por lo tanto es la geometría que, por ejemplo, se enfría más lentamente, ya que las transferencias de calor de hacen a través de las superficies de los cuerpos. Por otro lado, entre otras ventajas, es intuitivo darse cuenta que cuanto mayor sea la esferoidicidad de las partículas, mayor va a ser la fluidez con que las mismas se desplacen entre si, así como la predictibilidad del movimiento entre la partícula y una superficie plana, comparando por ejemplo deportes con pelotas esféricas tal como fútbol con deportes con pelotas no esféricas tal como la “ovalada” de rugby y su errático comportamiento.

Por último, la cuarta variable es el modo de degradación y está directamente relacionada en como se comporta la partícula cuando interfiere con ella algún agente externo.

Como simple ejemplo para señalar las cuatro variables de partícula, el conjunto de elementos rodantes de acero de un rodamiento a bolillas y un grupo de pompas de jabón, podrán tener dos variables exactamente iguales (tamaño y forma) y dos que nada que ver (tipo y modo de degradación).

En definitiva, Botero explícitamente reconoce en las formas esféricas la natural evolución de cualquier partícula a tener la menor cantidad de superficie expuesta y por lo tanto, llegar a su estado de equilibrio a través de la disminución de su energía libre superficial. De alguna forma Botero predice que en el final de los tiempos todo será esférico.

* Por Ing. Matías Martínez Gamba Profesor Facultad de Ingeniería – UNMdP INTEMA – CONICET / UNMdP. Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño – UNMdP