Cultura

Fabricante de sueños, el libro de Héctor Olivera

Protagonista de una vida que vale por varias, a sus casi noventa años se detiene un momento para recordar el largo camino transitado

Es imposible pensar el cine argentino sin Héctor Olivera. Protagonista de una vida que vale por varias, a sus casi noventa años se detiene un momento para recordar el largo camino transitado. Pródigo en anécdotas su relato comprende, entre otras historias, la de las más de cien películas que hizo como director o como productor bajo el sello Aries, empresa fundamental del cine argentino, que creó con su socio y amigo Fernando Ayala.

En “Fabricante de sueños”, que fue publicado por Sudamericana Olivera despliega con gracia, sensibilidad y el espíritu vibrante que marcó cada uno de sus proyectos.

En sus films —que capturaron el espíritu de su época, en ocasiones desafiando una violenta censura—, Olivera adaptó obras de Borges, Soriano, Bayer, Cossa y Viñas, entre otros; enriquecidas por actores como Federico Luppi, Pepe Soriano, Héctor Alterio, Luis Brandoni, Oscar Martínez, Norman Briski; actrices como Mirtha Legrand, Norma Aleandro, Thelma Biral, Cecilia Roth, Susana Giménez, y cómicos de la talla de Sandrini, Olmedo y Porcel.

Al mismo tiempo, recorre el siglo XX argentino, haciendo eje en el peronismo con una honesta y personal combinación de rechazo y fascinación por la figura de su líder.

Héctor Olivera (Buenos Aires, 1931), autor, productor y director, es una de las personalidades más importantes del cine argentino. En 1956, junto con el director Fernando Ayala, creó Aries Cinematográfica Argentina, sello que ha producido 113 largometrajes y más de 200 episodios para televisión.

Entre los 23 largometrajes dirigidos o codirigidos por Olivera se destacan La Patagonia rebelde y No habrá más penas ni olvido, que obtuvieron el Oso de Plata en los festivales de Berlín de 1974 y 1984. También fue premiado por sus películas La nona (1978), Los viernes de la eternidad (1980), La noche de los lápices (1986), El caso María Soledad (1993) y Una sombra ya pronto serás (1994). Sus más recientes realizaciones fueron Antigua vida mía (2001), Ay Juancito (2004) y El mural (2010), todas de significativa y galardonada participación en festivales internacionales.

Como productor fue responsable de algunas de las más relevantes películas de Adolfo Aristarain (Tiempo de revancha, 1981, y Últimos días de la víctima, 1982) y de todas las de Fernando Ayala a partir de la creación de Aries, en particular El Jefe (1958), Paula cautiva (1963), Con gusto a rabia (1964), La fiaca (1968), Plata dulce (1982) y El arreglo (1983). Con Ayala también produjeron teatro y televisión, sus mayores éxitos fueron Lisandro y Nueve lunas, respectivamente.

A lo largo de su vasta trayectoria ha recibido infinidad de reconocimientos de instituciones y en festivales internacionales de cine.

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