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Arte y Espectáculos 13 de noviembre de 2018

Fran Healy: “El arte debería darle verdad a las personas”

El cantante de Travis habló de la importancia de la verdad en el arte y recordó que los artistas no tienen chance: "Si uno está aquí para contar historias casi que no tiene otra opción".

"Cuando escribo una canción viene de acá, viene de la panza", dijo Healy, uno de los invitados del Festival de Cine.

por Paola Galano
@paolagalano

“Estoy en una curva de aprendizaje en esto (el cine), creo que es el mejor momento en la carrera de cualquiera, cuando uno está aprendiendo, porque uno comete más errores y cometer errores hace que pasen cosas buenas”. Sin perder la sonrisa nunca, y a pesar de la tos que lo sorprende con furia, Fran Healy se explaya sobre su nuevo desafío, la dirección cinematográfica. Está en este Festival Internacional de Cine de Mar del Plata para presentar “Almost Fashionable: a filme about Travis”, cinta que forma parte de la sección Banda de Sonido Original. Justamente, un filme acerca de Travis, la banda que lidera desde fines de los ´90 y con la que influenció a generaciones enteras con un sonido armónico y canciones que parecen nacer de cierta paz.

“Alguien alguna vez me dijo que cuando hiciera mi primer largometraje lo hiciera sobre algo que conociera mejor que nadie -arrancó-. Entonces en ese momento pensé: ´A ver, qué conozco bien´. Me llevó unos minutos y dije ‘Claro, por supuesto que mi banda’. Por eso es que invité a este otro tipo para que participara”.

El otro tipo fue el crítico de rock Wyndham Wallace, quien no se declaró fanático de Travis pero que aceptó acompañar a la banda escocesa por una gira en México.

“Así podía conseguir material mucho más interesante”, contó el cantante y guitarrista a LA CAPITAL.

Lejos de estúpidas poses, de las que abundan en el mundo del arte y del rock en particular, este británico criado en Glasgow, Escocia, reconoce que argentinos, argentinas y escoceses y escocesas tienen algo en común: el pecho abierto. Metáfora de la pasión, de las tripas revueltas.

– ¿Se parecen en algo liderar una banda y componer canciones con hacer una película?

– No, para esta película en particular. Aunque como compositor de canciones uno está tratando de encontrar la verdad, la propia verdad, porque todo se trata de la verdad, uno ve la verdad, escucha la verdad o prueba la verdad, es algo sensorial. Cada ser humano sabe cuándo consume la verdad, porque se enciende una luz adentro. Te sorprenderías por la cantidad de cosas que no son la verdad y que están dando vueltas. Uno puede tener la verdad en la ficción y la detecta fácilmente, porque la verdad es como si fuera un condimento, una sal, una pizca, y cualquier cosa que uno hace con ese gramo de verdad dura para siempre. Pensá en las mejores películas que viste en tu vida, en las mejores canciones que escuchaste en tu vida, en los mejores libros, todos tienen esa pizca de verdad.

– Se trata de la honestidad.

– Sí. Yo crecí siendo católico, ya no lo soy más, pero ellos siempre hablan de la verdad. Es como un truco, pero sin embargo en una cosa sí tienen razón: en la importancia de la verdad. Hoy en día cada vez más no aparece la verdad, yo creo que el arte debería darle verdad a las personas. De eso debería tratarse.

– ¿Ese es el secreto por el que Travis está vigente desde hace tanto tiempo?

– Sí, yo creo que es uno de los motivos. Cuando escribo una canción viene de acá, viene de la panza, no viene de la cabeza, en la cabeza no hay verdad, realmente no la hay, está en la panza. Ahí todos estamos conectados, a ese nivel. Y ahí está lo que se enciende, cuando ves algo, cuando tocás algo, esa sensación, no hay forma de falsificar eso o de inventarlo. Cuando uno escribe una canción desde ahí dura para siempre. Si escuchás una canción de un disco nuestro de hace veinte años no suena viejo, es como que tiene esa frescura, esa es la verdad.

– ¿Fue toda una decisión que Travis se mantuviera alejado de la clásica pose de sofisticación del rock actual?

– Yo tengo mis problemas también y soy malhumorado, y tengo una depresión siempre latente. Creo que todos sufrimos en el fondo, pero vivimos en esta pesadilla norteamericana si se quiere, donde todos están felices y yo creo que todos podríamos estar arriba de un árbol rascándonos como un mono… En cuanto a la cosa de estrella de rock o de pop, yo soy de Escocia y como las personas de acá en Argentina uno nace con el corazón abierto, y en Escocia a uno no se le permite entrar a un bar con anteojos de sol y un tapado de piel… todo el mundo dice ‘¿y este boludo, de dónde salió?’. Uno simplemente no lo hace, no se te ocurre, no se te permite hacerlo.

– ¿La conexión con la verdad tiene que ver con Escocia, con el ser escocés?

– Yo creo que sí, definitivamente. Hay una historia graciosa, cuando yo tenía quince años en Glasglow había un festival enorme de música, con un escenario gigante en el centro de la ciudad, otro mediano y uno pequeño. Lo mejor es que era gratis. Ellos invitaron a estrellas de pop de todo el mundo. Lo tenían a Michael Stipe de REM, era tremendo el festival. A las 6 de la tarde llegaba el gran show en el escenario central. Había como doscientas mil personas y todos estaban borrachísimos. La segunda o tercera persona en subir al escenario era una artista que se llama Sheena Easton, una cantante de los ’80 de Glasgow. Llegó a cantar con Prince. A la gente le gustaba, pero subió al escenario y su acento cambió, no tenía acento escocés, ya era transatlántica. Doscientas mil personas dijeron que no y le empezaron a tirar cosas, ni la dejaron empezar a cantar, se fue del escenario. Y volvió a Estados Unidos y nunca más volvió. Así es Glasglow, hay que estar preparado y es bueno que sea así porque hay que tener los pies sobre la tierra.

– ¿Eso no le pasa a Travis?

– No, no, pero eso está ahí siempre, entonces hay que tenerlo en mente.

– ¿Qué sugerís a las muchas bandas de rock que empiezan en la música? Mar del Plata tiene una enorme comunidad rockera.

– Me pone muy contento que haya muchas bandas acá, en general lo que hace es confirmar una idea sobre la que tengo una teoría y es que los más jóvenes están volviendo a los instrumentos y a las bandas. El consejo que les daría… tengo muchos. Si uno quiere que la gente sienta algo hay que decir la verdad con las canciones y no te rindas nunca, no te detengas. Es difícil obviamente, porque todos te van a decir es una estupidez, la industria de la música está muerta pero lo que no entienden es que uno no tiene opción, si uno cuenta historias o es cantante o artista uno no puede evitarlo, estamos en este planeta para contar una historia, es una misión en la tierra. Si uno está aquí para contar historias casi que no tiene otra opción. Y practicá, practicá y ensayá con la banda, tratá de tocar en vivo porque un show equivale a miles de ensayos. Eso es parte de los consejos que puedo dar.