Una fuerte reducción en la frecuencia de colectivos se registró este miércoles en la ciudad y generó reclamos por parte de trabajadores exceptuados de la cuarentena, que debieron esperar varios minutos en las paradas de colectivos y viajar en unidades en las que casi la totalidad de sus asientos estaban ocupados.

“Hay líneas que van a tener un servicio por hora”, explicó un chofer de la línea 512B a una mujer vestida con ambo que, al subir, le dijo, irónicamente: “Qué alegría al fin verte. ¿Cada cuánto van a pasar? Te pregunto para no llegar a cualquier hora al hospital”.

Los reclamos se repetían conforme la unidad avanzaba su recorrido y subían nuevos pasajeros. La respuesta, en tanto, volvía a ser la misma: la decisión de las empresas de colectivo de reducir la frecuencia en sus viajes. ¿El motivo? Se desconoce. Según una resolución del subsecretario de Transporte bonaerense, los días hábiles durante la cuarentena el transporte urbano debería tener la frecuencia de los sábados. Pero de acuerdo a las quejas de los usuarios en la ciudad es todavía menor.

La nueva medida no fue anunciada previamente a los usuarios de transporte público e implica, también, más minutos de espera en las paradas y colectivos más llenos, ya que el número de personas que deben acceder al servicio se concentra en una sola frecuencia.

La reducción tiene lugar luego de que las empresas implementaran nuevas medidas de prevención tales como colocar un plástico protector en la cabina del conductor, inhabilitar los primeros asientos (para evitar cercanía con el chofer) y la desinfección de las unidades en las cabeceras y en el cruce de Independencia y Luro.

Por otra parte, y a través de un decreto municipal, desde hace una semana los colectivos no tienen permitido circular con personas paradas: todos deben ir sentados.

En el inicio de las medidas restrictivas, el intendente Guillermo Montenegro dijo que iba a evaluar aumentar las frecuencias de los colectivos, no reducirlas.