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Cultura 13 de junio de 2017

Grandes libros, pequeños lectores

Emails desde la isla del Caimán Tuerto, de Jorge y Pablo Accame, Editorial La Brujita de Papel.

por Laura Blanco

Las buenas historias son como cofres del tesoro: esconden en su interior reliquias y brillos de aventuras antiguas.
Este libro no sólo es como el ansiado cofre sino también como el mapa para encontrarlo. El título nos da las primeras pistas: hay un lugar exótico con el nombre de un animal misterioso. Y aunque esa isla sea salvaje -a juzgar por las ilustraciones- al parecer desde allí se pueden enviar emails.

Así lo demuestra el abuelo Jonás, quien ha aprendido a usar la computadora y le envía un mensaje a su nieto Carlitos que se encuentra en cama con gripe. Aunque el niño se llena de dudas y sospechas porque la pierna del abuelo se haya curado abruptamente y no le haya contado que realizaría un viaje, con el correr de los mensajes, se deja ganar por los relatos del abuelo.

De a poco, sus aventuras lo llevan a descubrir los extraños animales que habitan la isla: pájaros despeinados, elefantes habitados por hormigas, la ranavispa –que puede saltar como una rana y picar como una avispa- y la culebra aguja, entre otros. Al parecer las cámaras fotográficas no funcionan en aquel extraño lugar así que cada email es acompañado por un dibujo. Gran parte del libro es un animalario fantástico que podría leerse en un itinerario con otros ejemplares como El Animalario Universal del profesor Revillod (FCE).

De este modo, el libro se compone de varias historias: la evolución de la enfermedad de Carlitos y el viaje del abuelo viviendo las más locas aventuras. Aunque este relato se pone en duda con la desconfianza del nieto y podría hacernos suponer otra historia: la de un abuelo narrando cibernéticamente una fantasía que le gana la pulseada a la realidad. Y, por si fuera poco, tenemos un breve relato que los autores (padre e hijo) nos dejan en la solapa sobre el surgimiento del libro.

Recomendable para aquellos valientes de toda edad que quieran dejarse mirar más de cerca por el Caimán Tuerto, cuyo misterio impulsa a seguir leyendo y a buscar más aventuras.

(*): Integrante de la ong Jitanjáfora