por Laura Blanco

¿Quién no ha anhelado la tranquilidad del campo frente a los ruidos y apuros de la ciudad? Eso deseaba el profesor Kürbis, protagonista de esta historia, quien lo pudo realizar el día en que se jubiló.

Pero lejos de encontrar el sosiego buscado, una vitalidad inesperada invade su casa desde los primeros días. Una pequeña hojita brota -al principio tímidamente- en uno de los estantes de su biblioteca y marca el inicio de la aventura.

Las transformaciones que allí se suceden recuerdan el libro Cambios, de Anthony Browne con la diferencia de que en aquel el protagonista es un niño y en éste, un anciano que recibe con curiosidad los avances de la naturaleza en su hogar.

Con una alegre tranquilidad, el profesor parece aceptar las extrañas alteraciones que sufre su hábitat y se adapta a convivir con las aves que han brotado de su almohada de plumas o las ovejas que antes habían sido sus abrigos de lana.

¿A qué se deben estos cambios? ¿por qué el amable señor Kürbis no se asusta y huye despavorido? Son algunas de las preguntas con que este libro desafía a los pequeños grandes lectores. Las ilustraciones de Jordi Sunyer Monfort aportan algunas pistas para resolver el misterio y refuerzan lo disparatado de las circunstancias.

En definitiva, una historia divertida y desafiante para leer solos o acompañados. Sea como fuere, amerita compartir la lectura y tener una conversación literaria para completar con la imaginación las respuestas que –muy certeramente- el autor deja en suspenso.

Como todo buen libro, nos invita a seguir leyendo, aun cuando ya lo cerramos.

(*): Integrante de la ong Jitanjáfora.