Cultura

Grandes libros, pequeños lectores: “Puertas” de Iris Rivera

La reconocida autora de literatura infantil y juvenil propone en este libro destinado a público adulto una serie de textos sobre puertas que se cierran, se abren o prometen abrirse para reflexionar, entre muchos temas, sobre la poesía, la belleza, el deseo, la memoria, el escepticismo pero también la esperanza.

“Puertas”

Iris Rivera

Buenos Aires

La Gran Nilson

2020

Por Elena Stapich (*)

Este libro está articulado en cinco partes: Umbral, Puertas afuera, Puertas adentro, Portazos, y De otras puertas.

Umbral reúne textos que tienen un común denominador en lo metapoético. Son formas de aproximarse a lo que es escribir, la poesía, el libro y, finalmente, el silencio, tema central de lo poético: “como en una guirnalda / de luces / la bombita apagada / brilla / por su ausencia”.

Puertas afuera nos lleva a mirar con el yo que habla en el poema la belleza que hay en el entorno cotidiano: burbuja, malvón, paloma, araña. Pero esa mirada no tarda en apuntar al sujeto que mira. La flor del amarilis es bella, pero la arranca ni bien se marchita: “como si las arrugas / […] / me incomodaran tanto / algo está mal / y no en la flor del amarilis / la inocente”.

Puertas adentro comienza con el epígrafe: “inmersión / dijeron / las palabras”. En consecuencia, los poemas transitan por cuestiones como el deseo (“ya sé colgar deseos / en el cordel del viento / con broches de aire”), el ausentarse, la introspección, la memoria de los padres, la falta: “como una taza vacía / como un pozo / como una taza que tenía té caliente / y ahora no / pero conserva las paredes tibias”.

En Portazos (“limo estas uñas / que si no las limara / serían garras”) se diseminan imágenes de ira: “qué dragona desova / el huevo de la furia”, de rabia que desborda, de carne abierta por la herida, de insoportable malestar. El origen se desplaza y apunta alternativamente al propio yo, al otro (“que te vas que te vas / ¿y qué estás esperando?”), al contexto histórico- social que penetra en la subjetividad y la pone en conflicto: “no quisiera tener que elegir / de qué color llevo el pañuelo”.

Finalmente, De otras puertas nos sumerge en una suerte de montaña rusa donde la despojada escritura de la poeta se tiñe de escepticismo y renuncia a las plegarias por inútiles: del otro lado hay alguien que “por atenderlas / se complica / se embarulla / […] suelta el teclado / y al final ocurre / lo que sea / que tenga / que ocurrir”. Nos regala la historia (más potente que cualquier proclama feminista) de la madre de nueve hijos que prendió fuego a la cama donde los concibiera. Y, ya de salida, nos deja un regalo de esperanza en tres versos aforísticos: “el duraznero cree / en / la semilla”.

Una poesía que tiene su lectora ideal en la mujer adulta. Pero no solo.

N. d. R.: Iris Rivera es una de las autoras invitadas a participar de las XXV Jornadas “La literatura y la escuela”, que se desarrollarán en Mar del Plata el 23 y 24 de mayo. Más información en jitanjafora.org.ar


(*) Socia fundadora de la ONG Jitanjáfora. Para leer más recomendaciones literarias de textos infantiles y juveniles, consultar la sección Grandes libros, pequeños lectores acá

 

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