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Arte y Espectáculos 6 de junio de 2016

Gregory Porter editó un último álbum en la Argentina

"Take me to the Alley", un material donde la música negra sobrevuela una interpretación ajustada y dinámica.

Ganador en 2014 del Grammy como Mejor Vocalista de Jazz por su trabajo anterior, “Espíritu líquido”, el cantante y compositor Gregory Porter editó en Argentina “Take me to the Alley”, un material donde la música negra sobrevuela una interpretación ajustada y dinámica.
El álbum no se limita al jazz sino que abreva en distintos registros, con una marcada preferencia por la balada, con visitas al blues, el pop, el R&B y otras descendencias afroamericanas como el soul y el funk.
“Holding on” abre la placa con una balada suave donde sobresale la trompeta de Keyon Harrold con una sonoridad a la Miles, mientras que el funk y el pop toman cierta energía en “Don’t Lose Your Steam”, ahora con lucimientos de los saxos de Yosuke Sato (alto) y Tivon Pennicott (tenor).
Con todas canciones de Porter, el tercer tema de la placa y que le da título “Take me to the Alley” es en cambio una suave y melodiosa balada romántica, donde toman protagonismo la voz, el piano, la batería y el bajo, con solo de trompeta incluido.
Más balada pop es “Daydream”, mientras que en “Consequence of Love” se vuelve al tono romántico con reminiscencias a Billy Joel para pasar a una canción anclada en el piano con “In Fashion”.
En todo el disco, que reúne un total de 12 temas propias, Porter reluce profesionalismo y solidez para atravesar un material melódico consistente pero al que le falta riesgo y novedad.