Aún no hay detenidos por la muerte de “Miguelito” Peña, el icónico canillita marplatense que murió ayer a la noche en el Hospital Interzonal luego de haber sido atropellado por una moto en el puerto.

Si bien la causa había sido caratulada como “lesiones culposos”, una calificación que no obliga a la detención del sospechoso, tras la muerte de la víctima, la Fiscalía de Delitos Culposos cambió la calificación del hecho a “homicidio culposo” y analiza los pasos procesales a seguir.

El hecho ocurrió ayer a la noche, y las circunstancias aún son materia de investigación. Miguelito estaba a metros de la puerta del geriátrico municipal en el que vivía, El Campito, ubicado en 12 de Octubre y Cerrito. Allí fue atropellado por una moto y resultó gravemente herido.

Miguelito quedó tendido en el suelo, cubierto de sangre al golpearse la cabeza contra el asfalto. El conductor de la moto sufrió algunas heridas menores y habría intentado escapar del lugar, pero fue retenido por las personas que estaban por el lugar y vieron la situación y por un personal de seguridad de la zona.

Personal de la comisaría tercera y una ambulancia de SAME fueron hasta el lugar. Cuando la policía llegó, la moto que había atropellado al canillita ya no estaba, según testigos, otro sujeto -amigo del conductor- se la había llevado.

Miguelito y el conductor de la moto fueron trasladados al Hospital Interzonal. La víctima ingresó inmediatamente al quirófano, mientras que el conductor de la moto, al no haber ninguna orden que le restringiera su libertad, se fue del nosocomio.

El canillita no sobrevivió a sus heridas y murió en el quirófano, mientras que el conductor de la moto no dejó constancia de su identidad.

La Fiscalía de Delitos Culposos analiza las cámaras de seguridad de la zona del accidente, recolecta testimonio y evalúa los pasos a seguir, ahora que la muerte de Miguel Peña obligó a un lógico cambio de calificación del hecho.

Miguelito Peña era uno de los “personajes” más querido de la ciudad. Durante décadas recorrió la peatonal y el Puerto para vender diarios, los que ofrecía gritando titulares inventados por él, como el de la muerte de una diva o el accidente de una famosa.