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La Ciudad 29 de marzo de 2020

“Hay que conectarse con lo que uno está sintiendo y pedir ayuda si lo necesita”

Ana Hermosilla, ddecana de la Facultad de Psicología aseguró que la pandemia "trastrocó todos los valores". Consejos para afrontar el aislamiento. Los adultos mayores. El impacto de la tecnología. "Lo que tenemos que aislar es el virus, no la subjetividad", dijo.

Ana Hermosilla, decana de la Facultad de Psicología.

por Hernán Kloosterman

Permitirse llorar y descargar angustia. Ser más flexibles y compasivos con nosotros mismos. No exigirse tanto. Mientras los grupos de Whatsapp revientan de memes, videos y consejos para atravesar la cuarentena, la mirada de los profesionales de la salud mental cobra relevancia.

La pandemia del coronavirus avanza en casi todo el mundo y en la Argentina, el decreto de aislamiento social, preventivo y obligatorio, modificó la vida de casi todos.

La decana de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Ana Hermosilla, aseguró en una entrevista con LA CAPITAL que esta situación “trastrocó todos los valores” y recomendó que “lo que tenemos que aislar es el virus, no la subjetividad”. Y profundizó: “Es importante que si tenemos angustia, nos conectemos con esa angustia”.

– Pasada una semana de cuarentena, ¿cómo evalúa la situación?

– La situación se está agudizando. La convivencia o el aislamiento de aquellos que están solos, empieza a alterar los ánimos y cada vez se profundiza más. Esto va a pasar, afortunadamente, pero el tema es el posible estrés postraumático que quede y como vamos a atender esas cuestiones. Nosotros tenemos varios objetivos. El actual en el que estamos conteniendo desde la facultad, con los recursos que tenemos, con un programa abierto y propuestas que se están sumando. Luego está el mediano plazo y uno de los grupos está viendo cómo atender las demandas concretas de angustia y ansiedad que ya están apareciendo. Y por otro lado, lo que pase luego. Esta es una situación disruptiva e inédita. No sabemos qué va a pasar, pero seguramente en salud mental el gobierno nos está pidiendo colaboración porque sabe que es uno de los temas importantes. Las conductas de las personas que enfrenta. Esto es interdisciplinario: está el tema económico, el tema de la vulnerabilidad, son muchas de las patas que tiene la problemática.

– ¿Estima que no va a ser fácil la vuelta a la “normalidad”?

– Esto trastrocó todos los valores. Probablemente tenga, como todo, cuestiones positivas y cuestiones negativas. La positiva probablemente sea un sentido de comunidad y algo que todos sabemos pero que no siempre lo tenemos presente como es la finitud. Esto no distingue clases sociales ni posiciones. No se resuelve con dinero sino con cuidado. Y es lo que el Estado está tratando de hacer con todos nosotros. En la medida que yo me cuido, cuido al otro. Cuando empiecen a aparecer más casos, tal vez provoque reacciones de todo tipo.

– ¿En ese punto, es fundamental tratar de mantener la calma?

– Totalmente pero también hay otra cosa. Es bueno hacer cosas que nos gusten. Pero es difícil poder gratificarse cuando no es una elección libre sino que es una elección motivada por las circunstancias.

Hay tips que pueden servir como organizar el día o el espacio. Pero también es cierto que lo que tenemos que aislar es el virus, no la subjetividad. Leí esa frase y me pareció fenomenal: aislamos el virus, no la subjetividad. En ese sentido me parece que es importante que si tenemos angustia, nos conectemos con esa angustia. Que seamos más flexibles y compasivos con nosotros mismos y que no nos exijamos tanto. Es una situación inédita y cada uno la procesa como puede.

– Eso se traduce en permitirse, por ejemplo, descargar la angustia.

– Totalmente. Si querés llorar, llorá, como decía una vedette. Conectarse con eso que uno está sintiendo y pedir ayuda si una la necesita. En ese sentido, afortunadamente desde distintos lugares en la Facultad estamos ofreciendo talleres de todo tipo para orientación y acompañamiento psicológico para los que lo quieran requerir. Hay otros que por ahí tienen mayores recursos personales. Me refiero a las características individuales porque si hay algo que no se salva en este virus son los recursos materiales.

– ¿Este es el mayor desafío que les ha tocado en la profesión?

– Que yo recuerde, ha habido situaciones de crisis como el 2001, o la dictadura. Pero lo inédito de esto es que es global, no es algo autóctono. Se cierran fronteras. Consultando con historiadores amigos me decían que esto nunca pasó en la historia de la humanidad. Es paradójico en un mundo globalizado. Es una situación disruptiva, única e inédita y como tal, es muy compleja.

– ¿Respecto a la salud mental, hay que prestar mayor atención en los adultos mayores?

– A los adultos mayores hay que acompañarlos desde donde se pueda. Hay que hacer una distinción entre el que está sólo y el conviviente. En las cuestiones de convivencia sabemos que se pasa por distintas situaciones. No se puede generalizar en estas cuestiones.

Una cosa es una familia funcional en la que roles y funciones están determinados pero determinados por una pseudonormalidad como la da el trabajo o las actividades que son organizadoras de vida. Esto lo pensaría como una situación de laboratorio donde forzadamente los grupos humanos se obligan a convivir. En este punto es importante poder organizar los espacios, las tareas de cada uno y la organización familiar. Esto también va depender de los metros cuadrados porque una cuestión es si hay espacio o si no. Del mismo modo, la flexibilidad o rigidez que cada sujeto aporte.

– ¿Y con los niños?

– En los niños, por suerte desde el sistema educativo se está dando alguna respuesta en los medios virtuales. Pero eso es un determinado segmento social. Sabemos que tenemos grandes capas de la sociedad que están en estado de vulnerabilidad. Con hacinamiento y dificultades para el día a día y para lo más primario que es comer.

– ¿La tecnología es un aliado más en esta situación?

– Para nosotros sí. La semana pasada lanzamos un programa con los recursos que teníamos, es decir con proyectos que ya estaban funcionando. Al no poder salir al territorio, se usa la tecnología y eso nos sirve tanto para lo que estamos brindando en la comunidad que son una serie de proyectos y dispositivos gratuitos, y también tenemos ciudadanos de intercambio que han quedado en Mar del Pata. Estamos tratando de articular con el sistema público en los tres niveles (nacional, provincial y municipal) para la etapa que se viene que es la del contagio y la del pico de la pandemia.

– ¿Cómo se afronta la segunda etapa de la cuarentena? ¿Hay que reforzar los concejos que ya se brindaron?

– Seguramente va a haber que acentuarlos. En un primer momento ninguno tenía experiencia de cómo seria. Ahora ya sabemos más o menos lo que pasa de manera que probablemente aquellas cosas positivas se acentúen y las negativas, el que pueda va a tratar de modificarlas.

Lo que más me preocupa son los adultos mayores que están solos. Esto va requerir de toda la ayuda y en ese sentido la tecnología sí ayuda, a aquellos que puedan acceder a ella. O recibir un llamado, tener una voz en el teléfono y sentir que alguien se preocupa por ellos. Otro tema que estamos viendo es cómo asistir a los profesionales que están en la trinchera. Es decir, al personal de salud que está atendiendo los casos y ahí también tenemos un problema porque la gente está estresada, saturada, convive con la muerte. Tal vez nosotros no llegamos a los niveles límite de Italia o España donde observamos como hay personal de salud que se suicida por no tolerar la situación. Esta situación le ha permitido al gobierno y a su equipo de epidemiólogos, tomar medidas previas. Pero es un tema que hay que cuidar.

– ¿Qué aconseja a la hora de abordar la información ante el avance de la pandemia?

– Me parece que hay una saturación de información y de esto también hay que cuidarse tanto o más que del virus por lo menos desde el área de la salud mental. Tanta saturación de información no sé hasta que punto es buena pero eso dependerá de cada individuo consumirla o no. Lo importante es que sabemos que en las redes circula de todo: información fidedigna y fake news. En ese punto, todos los ciudadanos deberían recurrir a la información oficial del Ministerio de Salud.

– ¿El incremento de casos que parece inevitable, puede tener un efecto en el plano anímico?

– Sí, claro. Va a angustiar más y va a generar más ansiedad. Todo va a depender de los recursos que cada individuo posea. Hay personas que resisten más, otras que recurren a pedir ayuda, otras que lo bancan en silencio y somatizan.

No quiero pensar cómo lo estarán viviendo en Italia donde se habla de cifras de mil muertos por día. No lo puedo imaginar porque no lo hemos vivido pero sin duda que hay que estar muy atento. Creo que se están haciendo las cosas bien para no llegar a un pico que suponga esa situación.

— Un programa de contención impulsado por la Facultad

La Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata lanzó un programa de contención y acompañamiento que busca mitigar los efectos psicológicos generados por la pandemia.

Se implementaron diferentes dispositivos virtuales gratuitos, destinados a diversos sectores de la población que permitan “atravesar esta etapa de conmoción sosteniendo el lazo social y fomentando la construcción de redes de contención”.

Hay dispositivos para adultos mayores, para embarazadas y puérperas, para quienes están abocadas a las prácticas de cuidado con sus hijos en casa y para los trabajadores esenciales, que deben sostener su tarea en medio de estas medidas. Además, habrá un dispositivo para personas que hayan adquirido Covid 19 y sus familiares.

El programa cuenta con las siguientes propuestas: Programa de Orientación Psicológica On-line para personas y familiares que hayan adquirido el Covid 19 y para trabajadores esenciales, Nacer entre palabras, un encuentro posible; Contención Psicológica On-Line para Adultos Mayores durante el periodo de aislamiento.

Para acceder a cualquiera de los dispositivos que a continuación se detallan y recibir más información, podés enviar un correo electrónico a [email protected] o comunicarte al 2235237093 de lunes a viernes de 8 a 12.