Inflación, devaluación y ajuste: tomadores de créditos UVA, en su peor momento
La inflación y la devaluación son un combo explosivo para los deudores. El Presidente dijo que no ayudará a las familias que enfrentan dificultades para pagar la deuda. Mes a mes, las cuotas se incrementan y el sueño de la casa propia se volvió una pesadilla para muchos.
A los tomadores de créditos UVA “nadie les puso una pistola en la cabeza”, respondió Javier Milei cuando días antes de asumir como presidente le preguntaron en una entrevista televisiva qué haría con la delicada situación que atraviesan las casi 100.000 familias que enfrentan cuotas que aumentan mes a mes, mientras la deuda se eleva por las nubes.
Los préstamos UVA se lanzaron en abril de 2016, durante el gobierno de Mauricio Macri, y se otorgan con el propósito de destinarlo al sector inmobiliario y acceder a la casa propia. La promesa fue “acceder a un crédito con una cuota similar a un alquiler”. El gran problema, sin embargo, es que los pagos están atados a la inflación. La realidad ha sido cruda para muchos en estos años, pero la reciente devaluación, sumado a la inflación acumulada, tendría un impacto aún más abrupto en el valor de las cuotas.
Como las cuotas de los créditos se ajustan según la inflación, la aceleración del incremento de los precios minoristas a partir del 2018 complicó la situación de parte de los tomadores de esos créditos, que desde entonces reclaman una salida alternativa para poder seguir pagándolos.
Buena parte de los beneficiarios pasaron a ser damnificados. Y la esperanza de que el cambio de gobierno trajera alivio se licuó al escuchar las declaraciones de Milei: “Los tomadores de créditos UVA tomaron esos créditos en función de una tasa de interés. Podrían tomado otro tipo de crédito. Si yo decido tener una vida temeraria y como consecuencia de ello se manifiesta el resultado adverso y tengo una lesión, ¿le parece correcto que les pase la cuenta? A nadie se le puso una pistola en la cabeza. Ahora como el resultado es adverso quieren que lo pague otro, eso es incorrecto”.
A Lucía, una marplatense de 46 años, los ojos se le volvieron a llenar de lágrimas al pensar en su casa, su familia, su trabajo y el valor de las próximas cuotas. Ya había atravesado una fuerte depresión durante la pandemia, cuando se quedó sin trabajo, y vio frustrada la promesa de Alberto Fernández de ocuparse de los deudores de los créditos UVA. Si bien durante la emergencia sanitaria los UVA se congelaron, luego “cambiaron las variables y de pronto aparecieron dos créditos más”.
Lucía compró un departamento de dos ambientes en Mar del Plata principios de 2017, tras ilusionarse con estos créditos. “Milei se equivoca fuerte. Los UVA eran en ese momento la única posibilidad de acceder a un crédito, no había otra. No somos temerarios ni queremos que nos regalen nada o nos den un subsidio, solo quiero pagar mi casa con dignidad”, dijo.
Esta madre de familia pagó alrededor de 130.000 dólares por su departamento e invirtió todos sus ahorros para poder acceder al crédito y comprar la propiedad. La cuota inicial rondaba los $12.000 y debía unos $2 millones. Hoy, casi siete años después, paga una cuota de casi $260.000 y debe casi $30 millones.
“Las cuotas aumentan desmedidamente porque lo que aumenta es el UVA. La inflación nos liquida, porque a diferencia de un alquiler, todos los meses pagás más, pero no achicás la deuda, la incrementás. Es un laberinto que hoy no tiene salida”, contó, angustiada por la reciente devaluación y preocupada por poder pagar las próximas cuotas.
“Nunca sabés lo que vas a pagar”
A mediados de 2017, Adriana y su marido compraron un departamento por 120.000 dólares, para el cual pusieron 20.000 dolares de sus ahorros y recibieron los 100.000 restantes a través de un crédito UVA.
“En ese momento debíamos $1.777.000 y la cuota era de $11.000. Hoy pagamos una cuota de $255.000 y la deuda supera los $29 millones”, describió y aseguró que “acá nadie hizo negocio, como dicen algunos legisladores”, porque “nunca sabés lo que vas a pagar el mes que viene y es muy doloroso”.
“De acuerdo al banco, podés saber o no cuánto vas a pagar. A partir de la ecuación que hace al crédito, aumenta el valor del UVA sube todos los días, y a eso se suma el interés del banco y algunos puntos más. En definitiva, todos los meses pagamos más y cada vez aumenta más lo que debés, siempre es más“, agregó Adriana.
Ahora, la preocupación crece frente al impacto de la inflación y el efecto de la reciente devaluación del 118% implementada por el ministro de Economía, Luis Caputo. Los beneficiaros, como Adriana, saben que las cuotas subirán “bastante”, mientras al mismo tiempo deberán ajustarse para sobrellevar la suba generalizada en los precios de los alimentos, servicios y demás productos.
“El 50% del sueldo”
El crédito UVA, como relató Lucía, era “la única opción” que encontraron miles de familias para comprar su casa. Pero en perspectiva, nadie creyó el enorme perjuicio que generaría la ecuación a la que está atada el préstamo.
Oscar compró un departamento de dos ambientes y cuenta que “el problema no es solo que la cuota es muy alta, que si tenés un buen ingreso la podés pagar”, sino que “de lo que pagás, es muy poco lo que se destina de esa cuota a la reducción del capital”.
Hoy, mientras mes a mes paga cuotas cada vez más cara, cree que la deuda “no se va a reducir nunca” porque el capital aumenta más allá de lo que el tomador del crédito destina al pago del capital. Oscar paga hoy una cuota de casi $260.000 y debe $40 millones.
A muchas familias, el pago de las elevadas cuotas de este crédito les representa entre el 40 y el 60% de sus salarios, lo que frente a la reciente devaluación genera una fuerte preocupación por poder seguir pagando.
Solo le queda una esperanza: que baje la inflación. Si el proceso inflacionario se detuviera, eso beneficiaría -o al menos aliviaría- a los que tomaron el crédito que, en su mayoría, son personas y familias de clase media.
“Nadie pide un subsidio. Y no, nadie nos puso una pistola en la cabeza como dice Milei. Es la única que había. Lo que pedimos es que se cambie el índice, porque el UVA tiene un indice inflacionario muy perjudicial. Lo único que quiero es poder pagar nuestro departamento con dignidad”, completó.
En tanto, fuentes del sector inmobiliario consultadas por LA CAPITAL coincidieron que, en función de los comentarios de los tomadores de créditos UVA, “se les está poniendo pesado porque los aumentos son muy fuertes”, y que el Estado debería brindar una solución.
Martilleros entienden que ante este problema, “el Estado debería intervenir” y generar algún tipo de alivio, buscando por ejemplo “un índice más razonable” porque “el problema es que se sigue agrandando la deuda, mientras las cuotas son cada vez más alta”, aunque los indicadores expresan que “en general hay un buen nivel de cumplimiento en los pagos”.
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