Extasis.

José Guerra saluda a la multidad de cara a la puesta de sol. Sueño cumplido con la victoria en el Enduro del Verano.

Podría decirse que la séptima fue la vencida para José Guerra. El joven marplatense corrió su primer Enduro del Verano en 2011. Apenas tenía 15 años. Sus actuaciones fueron mejorando, aunque lo mejor había sido un segundo puesto.

En esta edición 2017, luego de siete apariciones consecutivas, Guerra se subió a lo más alto del podio, tras imponerse en el “main event”, la categoría cuatriciclos o ATV.

El Enduro del Verano nació en 1992, al cristalizarse la idea de fusionar el motocross y el enduro, cuyo resultado fue esta convocatoria fenomenal, que lo han transformado en un espectáculo impensado por la calidad de los participantes y la impresionante asistencia de público que se ha multiplicado en cada año.

“Es una sensacion difícil de explicar. Después de tanto trabajar, tanto buscarlo y tanto intentarlo, me costó caer, darme cuenta de que había ganado”, comentó Guerra en su visita a LA CAPITAL.

Consultado sobre el desarrollo de la exigente carrera, el marplatense recordó que “largué décimo y fui avanzando muy firme. Había sacado una buena ventaja pero se me sopló una junta antes de entrar en la última vuelta y tuve que ser muy cauteloso para no exigir demasiado el motor y, al mismo tiempo, evitar que se me acercaran el segundo (Sebastián Molina) y el tercero (el estadounidense Jeffrey Rastrelli)”.

“Creo que lo hice bastante bien -agregó- y tuve algo de suerte, porque apenas crucé la bandera a cuadros se me clavó el pistón”, contó con una sonrisa Guerra, quien llegó hasta la sala de entrevistas de este medio acompañado por Emilio Caram, amigo y representante.

Para tener una idea más cercana de lo que sucedió, el ganador completó la distancia en 47m05s301/1000 (a 76,45 km/h). y Molina llegó a sólo 7 segundos y Rastrelli a 17 segundos. Pero en la última vuelta el escolta le descontó 18 segundos a Guerra.

La competencia, en la que participaron casi 1000 pilotos, entre ATV’s y motos, se disputó sobre cinco giros a un extenso circuito de arena de 11 kilómetros que lució, a lo largo de todo su recorrido, colmado de espectadores. Según el propio Guerra “había gente en todos lados. Fue increíble. Dicen que hubo 150.000 personas y puede ser. La ruta, al llegar y al salir del circuito era una locura”, graficó.

Acerca de sus sensaciones al cruzar la meta, Guerra señaló: “Se me cruzó todo por la cabeza. Una emoción muy grande. Del primero que me acordé fue de mi hermano Joel, porque había soñado que iba a estar esperándome cuando llegara primero. Y pasó así. Nos dimos un gran abrazo. Agradezco a Dios, porque sin él nada hubiera sido posible, me acordé de mis abuelos, de toda mi familia y de mi novia Estefanía, que siempre me acompaña”, dijo este talentoso joven de 21 años con un excelente presente y un gran futuro.

Guerra ya ha competido con cierto éxito en Italia y en Estados Unidos, en donde consiguió insertarse en el top-ten. Para este año sus objetivos son diversos.

“La idea es poder hacer toda la temporada del Turismo Special de la Costa con la Chevy de Adrián Ramos, ya que corrí una fecha el año pasado y me pareció una categoría interesante. Y en ATV pienso volver a Italia y, si es posible, tengo el sueño de correr en el original Le Touquet, en Francia, una carrera similar al Enduro del Verano pero mucho más larga, ya que dura unas tres horas. Por ahora es una posibilidad lejana para enero de 2018″, concluyó Guerra.

En motos profesional, el triunfo le correspondió a Nahuel Kriger (50m42s362/1000 para completar 6 giros), y en motos promocional y amateur se impuso Joaquín Luongo (36m03s598/1000 para cubrir 4 vueltas)