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Deportes 23 de enero de 2017

Juan María Nimo, un piloto que derriba barreras

Hizo motociclismo desde los 4 años. A los 18 un grave accidente le cambió la vida y lo obligó a buscar nuevos sueños. Fue el primero en Sudamericana en obtener la licencia nacional para conducir autos de carrera y hoy es protagonista en la Copa Bora, la categoría telonera del TC.

Juan María Nimo sigue cumpliendo sueños propios y marcando el camino para otros que llegarán detrás. Aunque no lo busque, aunque sólo se preocupe día a día por seguir creciendo dentro del automovilismo nacional, por ser cada vez más rápido, este piloto neuquino ha logrado lo que nadie en el país y en Sudamérica.

Es que Juan, hoy con 29 años, sufrió un grave accidente cuando competía durante una prueba de motociclismo en Chile y tuvo secuelas en su médula, al punto que no pudo volver a caminar.

Amante de las motos desde que se subió a una a los 4 años, no se amilanó ante la adversidad (se accidentó cuando tenía apenas 18). Por el contrario, un par de años después ya estaba otra vez sobre una moto adaptada para seguir acelerando y compitiendo. Incursionó en categorías zonales de autos en Neuquén y en el rally regional.

Inquieto, vivaz, comprometido con causas sociales y también con aquella personal que lo lleva a buscar “que no lo miren como un bicho raro sino como un piloto más”, Juan se animó en 2013 a un imponente desafío para reflejar varias de esas cuestiones uniendo con una silla de ruedas su Neuquén natal con el Obelisco.

Nimo 02

Amante de los grandes desafíos, Nimo fue por más y sobre fines de 2015, tras lograr la licencia nacional para manejar autos de carrera (el primero que lo logra en Sudamérica y uno de seis en el mundo), desembarcó en la Copa Bora, categoría telonera del Turismo Carretera.

Tomó parte en las últimas tres carreras del 2015 y en 2016 corrió todas, al punto de sumar en 14 de las 15 fechas (la única en la que no lo hizo fue por un toque que lo dejó fuera de carrera en la última vuelta).

Juan María Nimo llegó a Mar del Plata de la mano de Río Uruguay Seguros para tomar partes de distintas actividades y además exhibir además el Bora con el que terminó siendo cuarto en el pasado campeonato.

“El año pasado terminamos siendo competitivos a fin de año. Porque el auto se fue armando en cada carrera y eso llevó tiempo. Primero había que adaptarlo para mí y después fue una búsqueda para ser cada vez más competitivos, algo que terminamos logrando en la parte final del campeonato. Igual pudimos clasificar a los play offs y llegamos a la última fecha con la posibilidad matemática de ser subcampeones” contó en el arranque de la charla con LA CAPITAL el propio Nimo.

“Cuando arranqué tenía 3 aceleradores, 2 embragues, 2 frenos. El auto fue adaptado para manejarlo con las manos pero sin botones. Se aplicó un sistema de varillas que bajan a los pedales. Y las tengo a la derecha y a la izquierda del volante, usándolas según para qué lado voy a girar por ejemplo. Poder hacer todo eso al mismo tiempo y ser competitivo nos llevó tiempo pero pudimos lograrlo”, recordó.

Para este año queremos seguir siendo competitivos y pelear más arriba. El tema de esta categoría es que no hay lugar para hacer pruebas. Las pruebas son las mismas carreras”, advirtió.

“La idea es romper tabúes, que la gente lo asimile. En ese sentido fue un disfrute el año pasado. Inclusive me di el gusto de cerrar el año probando un TC Pista”, se entusiasmó.

En determinado momento se pensó en darle la posibilidad de darle una caja secuencial en lugar de la caja en “H” que se utiliza en la Bora. Sin embargo, al compás de los buenos resultados, los organizadores optaron porque Nimo utilice la misma caja de cambios que el resto.

En la categoría no hay mucho margen para marcar diferencias con el auto y la ecuación la termina haciendo la calidad conductiva del piloto.
Y en ese marco Nimo se dio el gusto de poder formar parte de cada fin de semana del Turismo Carretera, la categoría reina del automovilismo nacional.

“Fue increíble poder compartir escenario con el TC durante todo el año. Yo tengo amigos en la categoría como Camilo Echeverría o Manu Urcera… También tengo una gran relación que la familia Angelini, que me ayudó e hizo el enlace con Río Uruguay Seguros. Ellos me dieron una mano para poder ser aceptado en esta categoría”, señaló a la hora del agradecimiento.

“Mi gran desafío es convencer para que me vean como piloto y no que miren mi discapacidad. Hay que desmitificar en ese sentido. Que me vean como piloto y no como al chico que llegó desde una silla de ruedas. Que me vean como un par. Ese se mi principal desafío: que me vean como un par y no como un piloto discapacitado”, reafirmó.

Y profundizó al respecto: “Hay que romper ciertas barreras para incluir. Competir con la discapacidad contra lo convencional. Dejar de ser un bicho raro. A mi se me dio por ser piloto, otro será abogado, otro elegirá otra profesión…”

Así fue la vida de Juan. Siempre rompió barreras. Andando en moto cuando apenas era un pibe, haciendo acrobacias, con la moto adaptada, con la travesía Neuquén-Obelisco en silla de ruedas o dentro del automovilismo, convirtiéndose en el primero en toda Sudamérica en conseguir la licencia nacional pese a su lesión medular.

“Uno va demostrando condiciones”, dice. Es que Juan María Nimo evidentemente las tiene. En la Copa Bora ya se hizo un nombre. Y nadie se anima a pronosticar hasta donde podrá llegar con sus sueños este piloto que siempre parece animarse más…