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Cultura 23 de julio de 2023

Juan Ruocco: “Un grupo de usuarios organizados puede comunicar más y mejor que un conglomerado mediático”

Editado por Paidós, “¿La democracia en peligro?” aborda la trayectoria e influencia de los memes en el sistema comunicacional, desde su origen marginal en la dark web hasta las plataformas de las redes sociales. El autor rastrea el origen del concepto “meme” como dispositivo de comunicación y explica las razones de ciertos estados para captar el poder que tienen para torcer el discurso público a su favor.

Por Dante Galdona

Juan Ruocco es periodista y escritor, escribió las novelas “3220” y “El coloso justicialista” y el libro de cuentos “Autopista al espacio”. En entrevista con LA CAPITAL, nos cuenta sobre su nuevo libro, en el que desarrolla y explica la influencia del meme en la sociedad actual, que lo asocia al virus por su forma similar de replicarse. A su vez, aborda la importancia que le dan los Estados del mundo a tal dispositivo y lanza alguna explicación sobre la metamorfosis de la comunicación tradicional.

-Decís que los memes hoy son la comunicación. La pregunta es: ¿a qué nos lleva esa reducción?

-En gran parte, lleva a que todos los actores relevantes en comunicar a través de internet y redes sociales de alguna manera se expongan a la creación, remixazión y circulación de memes. Por ejemplo, el caso de las cuentas oficiales de marcas tanto en Instagram como en Twitter que para participar de la “conversación” recurren a memes. Sucede lo mismo con la política que empieza a darle bola a esta herramienta e incluso a contratar grupos de personas o agencias que se dedican a crear memes políticos y cosas por el estilo. La irrupción del meme como herramienta fundamental en la comunicación de esta época de alguna forma obliga a todos a manejar el código para no quedarse afuera. Lo cual también puede llevar, eventualmente, a una saturación de esa herramienta.

-Citás a Damet: “Al igual que los virus, la única misión del meme es reproducirse”. ¿Podría decirse que el cuerpo es la comunicación y, por lo tanto, la sociedad? Y si fuera así, ¿cuál es el efecto que puede causar? ¿Se puede hablar de pandemia comunicacional o algo así?

-No sé hasta qué punto podemos igualar sociedad a comunicación, pero sí entender ésta como un gran ámbito de difusión de información, entre los cuales se encuentran los memes. En este sentido, la metáfora del virus sirve para ejemplificar la velocidad y capacidad de contagio. Un poco de eso hablamos en la primera pregunta. Sumado a esto la capacidad memética de replicarse y de ser modificados para mejorar su expansión los vuelve particularmente “virales”. Podemos usar la metáfora que proponés y decir que vivimos una pandemia memética, con cierta exageración, obvio.

-Propaganda, fake news, granjas de trolls, ¿cómo es eso de que fueron un invento del sector militar de Estados Unidos?

-No todo esto es un invento del sector militar pero sí es algo a lo que la política exterior, la geopolítica y la defensa le presta atención en gran parte del mundo. Se conoce como operaciones de guerra psicológica u operaciones del campo cognitivo y tienen precisamente la función de orientar a la opinión pública de países objetivo hacia diferentes ideas o conclusiones. Para ello, se valen de muchas herramientas, incluida la memética. Durante la pandemia hubo una especie de florecer de este tipo de acciones dado que tanto China como Estados Unidos, Rusia y Gran Bretaña intentaron instalar diferentes narrativas acerca del origen del virus, a quién le cabía la responsabilidad y cosas por el estilo. Por eso hace dos años la mayoría de las noticias hablaban de una sopa de murciélago o un pangolín y hoy en día los medios apuntan a una filtración de un virus manufacturado en un laboratorio de Wuhan. Esta información se divulgó durante el inicio de la plataformas de redes sociales como Facebook, Youtube, Twitter e Instagram. Estados Unidos tiene varias unidades dedicadas a este tipo de acciones, China también y Gran Bretaña cuenta con la Brigada 77 dedicada a este tipo de operaciones. Como quedó establecido en las filtraciones de Snowden, Argentina ha sido objetivo varias veces de este tipo de operaciones con el fin de cambiar el consenso de la opinión respecto de la causa Malvinas. Cuanto más pasa el tiempo, más importante se vuelve este tipo de herramientas geopolíticas.

-¿Qué influencia tuvo esto en la llegada de Trump y Bolsonaro? ¿Con Milei en Argentina se podría estar gestando el mismo dispositivo?

-Sobre esto se habla mucho pero es poco lo que finalmente se puede comprobar. Pero es sabido que Rusia jugó un papel importante en las campañas de Trump y el Brexit, dado que sabía que esas situaciones podían desestabilizar a sus enemigos. En el caso de Bolsonaro, no está tan claro, o al menos yo no lo tengo tan claro, pero sí que hubo un gran apoyo a Lula en la última campaña por parte de Estados Unidos. Telegram y WhatsApp jugaron un rol muy importante en la primera campaña de Bolsonaro como fuente de información alternativa a los medios masivos. En el caso de Argentina, Milei supo tener un grupo bastante organizado en su campaña de diputado que aprovechó los memes como una buena herramienta de difusión, pero hoy eso parece más pinchado acorde al armado del candidato. Y no pareciera que haya interés extranjero en impulsar su candidatura.

-¿Por qué es un fenómeno que se insertó tanto en la extrema derecha y no en la izquierda? Hablás del aceleracionismo pero pareciera ser que es marginal la participación de la izquierda y que la derecha se lleva casi todo el ecosistema alrededor de los memes.

-Creo que la derecha fue la que tuvo de alguna forma los triunfos más significativos. El triunfo de Trump, con todo el aparato mediático demócrata en contra, fue un hecho histórico. Creo que, todavía, la izquierda no tuvo un triunfo de ese calibre usando estas herramientas. Por otro lado, la izquierda tiene un entrenamiento mucho más clásico en política y suele recurrir a ese tipo de herramientas: organización territorial, manifestaciones, militancia de base. Sin embargo, pensemos al “Ni Una Menos” y cómo se articuló en una mayoría en gran parte gracias a la difusión digital, cómo logró traspasar fronteras y ser ejemplo para muchos países. El feminismo es o se valió en gran parte de la memética para lograr la masividad que tiene hoy en día. Lo mismo con la campaña del aborto y el pañuelo verde, que lo podemos pensar como un tremendo memazo.

-Deep web y dark web: ¿por qué no se prohíbe o se elimina su existencia? ¿No es posible técnicamente?

-En principio, son dos cosas diferentes. Un término se refiere a la web no indexada y que eso no necesariamente es negativo y el otro sí se refiere a algo más ilegal. Creo que técnicamente es posible pero demasiado complejo, igual no tengo los conocimientos técnicos como para afirmarlo o negarlo fehacientemente, debería leer mucho más. Creo que en todo caso depende de una especie de legislación que sea aceptada globalmente, lo cual es mucho más complejo de lo que parece.

-¿Pueden los memes tener un efecto performático? ¿Puede modificar la forma en que un individuo elabora sus ideas y concepciones del mundo?

-Esa es la gran pregunta al respecto de todo esto. La idea original de meme apuntaba a un pedazo de información que se contagiaba y que como efecto tenía la capacidad de generar comportamiento. Algo de eso, por ejemplo, permanece en la idea de “challenge“, pensemos en la gente que baila adelante de la cámara del teléfono, o se tira agua helada, o incluso los más peligrosos en los cuales los adolescentes ponen su vida en riesgo. Ahí, claramente un meme influye a alguien para que tome una conducta. Sin embargo, esta pregunta que atraviesa a toda la comunicación como disciplina fue contestada y contrastada de muchas formas. La idea clásica de “la aguja hipodérmica” (esta idea de que los medios inyectaban ideas directamente en el público) fue diluyéndose a medida que se complejizaron los medios, los estudios sobre los medios, y el ida y vuelta entre medios y público. La capacidad de los memes de cambiar formas de pensar, de inducir a acciones y demás creo que existe pero que en definitiva se expresa en un porcentaje bastante acotado dentro de todo el universo que comparte o participa de un meme.

-¿La democracia está en peligro? ¿La conclusión del libro es que sí?

-La conclusión del libro es que existen tendencias dentro del ámbito democrático que están poniendo en jaque, o en tensión, la democracia asociada a la libertad de expresión. Esto de alguna forma siempre fue así y tiene un sentido medio paradojal (¿puede permitir la democracia la difusión de ideas antidemocráticas?). Creo que ahora esas tendencias están más claras, se ven más fuertes y, por lo tanto, la tensión es más grande. No creo que la democracia esté en peligro pero sí que existen tendencias antidemocráticas en auge.

-Oímos que la democracia no es perfecta pero es el mejor sistema posible. Algo panglosiana la afirmación. Mientras tanto, ese miedo a discutirla -como si eso fuera ser fascista o por el miedo al antónimo que son las dictaduras- nos impide avanzar a un sistema superador. ¿Por qué creés que hay tanta resistencia a discutir en serio la democracia?

-Creo que, en gran parte, esto tiene que ver con que los modelos alternativos a la democracia, al menos en la memoria histórica reciente, recalaron en modelos autoritarios que terminaron siendo más deshumanizantes de lo que era el modelo reemplazado. En este sentido, la democracia parece haberse establecido como el modelo mínimo viable para una sociedad que sostenga ciertos valores humanistas (que también cuesta discutir en tanto fundamento de las sociedades modernas post Segunda Guerra Mundial). Las discusiones en torno a la democracia pueden siempre ser mostradas como peligrosas, en tanto que la única forma de superación sea algún tipo de autoritarismo. Pero la realidad es que en los ámbitos adecuados y con ciertos parámetros comunes se pueden discutir los principios que regulan las democracias liberales e incluso la validez universal de los derechos humanos tal como están establecidos. Pero es una discusión difícil, dado que supone uno de los principios ordenadores de la sociedad la administración del poder y, en particular, la capacidad del propio ser humano de elegir cómo gobernarse y gobernar a otros. Deconstruir nuestros propios mecanismos de domesticación social es algo inevitable así como encontrar nuevos mecanismos que los reemplacen.

-¿Arriesgás un futuro mejor o peor en cuanto al sistema comunicacional?

-Acá es tirar una moneda al aire, realmente. Igual, pese al título alarmista del libro, o a cierto tono de preocupación, creo que la comunicación está en un gran momento si lo medimos en cuanto a capacidad de influencia y democratización. Hoy un grupo de usuarios organizados puede comunicar más y mejor que un conglomerado mediático clásico. En cierto modo, es como si los usuarios le hayamos robado, de nuevo, el fuego a los dioses. Ahora, la pelota está de nuestro lado, con todo lo que eso implica.