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Deportes 6 de diciembre de 2020

La difícil llegada de Sergio Hernández a Casademont Zaragoza

Los resultados por ahora no acompañan al equipo del exentrenador de la Selección Argentina y Peñarol.

Sergio Hernández da indicaciones a sus jugadores en el partido ante Joventut Badalona, por la fecha 13 de la Liga ACB. Foto: EFE | Alejandro García.

ZARAGOZA, España.- Ni los aficionados más pesimistas de Casademont Zaragoza hubieran pensado que el entrenador argentino Sergio Hernández se fuera a encontrar con tantos problemas para encauzar la errática trayectoria del conjunto aragonés en la presente temporada de la Liga ACB de España.

El “Oveja” llegó para sustituir en el banco a Diego Ocampo avalado por su trabajo al frente de la Selección Argentina, con la ilusión de debutar en una de las competiciones más potentes de Europa y con el reto de cambiar la dinámica de un equipo que, en teoría, no es tan malo como los resultados reflejan.

Sergio Hernández, cuando fichó por el conjunto maño, aseguró que estaba “necesitado de acción” y la tuvo porque su llegada al club no pudo tener más escaramuzas en menos tiempo.

Se encontró con la dura realidad del potencial de una competición española en la que cualquiera le puede ganar a cualquiera, donde los errores se pagan muy caros y, además, con poco tiempo para poner en marcha sus ideas.

Cambiar conceptos, nociones, forma de juego y aunarlo todo con acierto estando la competición en marcha es complicado. Además, cuando se tiene tiempo para hacerlo, como en el caso de la recién terminada ventana FIBA, tampoco se puede lograr con toda el plantel porque los internacionales vuelan a los compromisos con sus respectivas selecciones nacionales y todo se queda cojo.

Es como intentar cambiar una pieza de un engranaje sin poder parar el mecanismo. Complicado. Aún así se ve una cierta mejoría en el equipo pero ese progreso, de momento, no es suficiente para ganar.

Y a esa complejidad de trabajar sobre la marcha se unió la inesperada lesión del base Rodrigo San Miguel, el cambio de figuritas con la salida de D.J. Seeley a Bayern Munich y la llegada del club alemán de T.J. Bray, además de la marcha de Sagaba Konaté que podría no ser la última.

Desde su llegada al equipo aragonés el exseleccionador albiceleste ya explicó que vio un equipo “con calidad pero con la mayoría de jugadores excesivamente dependientes de tener el balón en la mano” y que faltaba movilidad sin él.

También que no se podían desperdiciar los primeros segundos de posesión y, a su vez, se debía impedir que los rivales tomen la iniciativa cuando tienen el balón desde el saque de fondo. Igualmente, que el equipo debía ser “más vertical”.

En más de una ocasión manifestó la tendencia en el básquetbol actual del “small ball”, un tipo de juego de pequeños con movimiento rápido del balón del que su máximo exponente son los Golden State Warrios de la NBA, que intentó utilizar en alguna ocasión prescindiendo de sus pívots, aunque reconoció que es algo puntual.

Toda esta tormenta de ideas le está costando asimilarla a su plantel que además empieza a contar con el problema habitual en estos casos, los nervios y la presión por ganar ante la delicada situación clasificatoria, lo que genera falta de confianza en uno mismo a la hora de tomar la decisión adecuada sobre la cancha.

A ello se añade que hay jugadores que no están rindiendo al nivel que de ellos se esperaba y eso también está perjudicando el crecimiento del grupo.

El mejor exponente es el caso del pivote estadounidense Jason Thompson, un exNBA con ocho temporadas en la mejor liga del mundo, que es el jugador que más cobra y cuyo rendimiento está muy por debajo de lo esperado. De hecho, su valoración (6,2) es la más baja de los habituales en la rotación del equipo.

Por ello, el club podría intentar su salida teniendo en cuenta que el pivote cubano Javier Justiz está prácticamente recuperado de la operación de ligamentos que sufrió en una rodilla e irá entrando en la dinámica del equipo poco a poco. De ser así el puzzle se completaría con un ‘4’ que sustituyera al ya cortado Konaté, aunque en toda esta trama se debe hilar muy fino por el tema de los cupos.

Darle la vuelta al equipo como a una media y mucho trabajo en situación difícil, con el equipo coqueteando con la zona peligrosa de la clasificación. De hecho acumula seis derrotas consecutivas (cuatro con el técnico argentino que todavía no conoce la victoria en ACB aunque sí en Liga de Campeones) y con solo dos triunfos en el campeonato doméstico.

Eso sí, al menos se abre un rayo de esperanza con el regreso después de una lesión de Rasheed Sulaimon y con el próximo de Justiz y se confía en que el trabajo táctico y anímico de Sergio Hernández (siempre estuvo considerado como un gran motivador) acabe dándole la vuelta a la situación y que el equipo sea capaz de remontar el vuelo.

EFE.



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