Pablo Molinari tiene 43 años y se dedica a la compra y venta de antigüedades. En el momento de ser detenido por la DDI dijo que no tenía nada que ver. Que él con su Renault Kangoo estaba esa noche en Buenos Aires. ¿Qué noche? La del 23 de abril pasado cuando alguien se robó una estatua de la Plaza San Martín y la cargó, según la Justicia, en su vehículo.

Este miércoles la policía local allanó por pedido del fiscal Fernando Castro uno de los talleres-depósitos de Molinari y otros cuatro domicilios (también su casa particular) en busca de la “Sirena”, la obra de fundición del año 1900 traída desde los Altos hornos y Fundiciones de arte del Val d’Osne, de París. Sin embargo la estatua no pudo ser hallada y ahora se aguarda la declaración indagatoria de Molinari para avanzar hacia el posible esclarecimiento  del llamativo episodio criminal.

La labor investigativa se basó en las cámaras de seguridad de la zona de la Municipalidad y el microcentro de Mar del Plata por donde huyó la camioneta en aquella madrugada. Desde hacía ya varios días que se había obtenido la verificación del dominio de ese rodado y su titular, pero solo restaba localizarlo para poder contextualizar los hechos e imputarle el delito de “robo”.

La secuencia analizada por los investigadores se inició en la madrugada del viernes 23 de abril cuando se detectó el movimiento en la fuente donde estaba emplazada “Sirena”. La calidad de la imagen, por ser una toma digitalmente aumentada y en la oscuridad, no fue la mejor y ocasionó alguna dificultad a los analistas de video. Lo cierto es que se distinguió la maniobra de robo y que al menos dos personas cargaron la estatua de 150 kilogramos hasta la calle San Martín casi Mitre, donde estaba estacionada la Renault Kangoo.

Minutos después el vehículo inició su marcha, dobló por Mitre y tomó la avenida Luro. Distintas cámaras de seguridad la captaron hasta que una de ellas lo hizo lo suficientemente cerca para reconocer la patente. Luego se la pudo seguir hasta Luro y Tres Arroyos, donde se le perdió el rastro.

Con esa información empezaron a entrecruzarse datos y se estableció que a poca distancia de allí, el titular de esa camioneta, tenía un taller de antigüedades, de modo que la historia comenzó a tener algún tipo de sentido.

El fiscal Fernando Castro solicitó a la Justicia de Garantías que lo autorizara a allanar el lugar y otros domicilios vinculados a Molinari: entre ellos, inmuebles en Rauch al 900 y en Alberti e Independencia. Además dispuso detenerlo bajo la imputación de robo. La orden llegó en las últimas horas y las ejecutó personal de la DDI Mar del Plata.

Sorprendido por el procedimiento, Molinari ensayó alguna excusa antes de que los policías le advirtieran que no podía hacer ningún tipo de declaración.

“Yo estaba en Buenos Aires, no tengo nada que ver”, dijo.

Pese a que se buscó en los domicilios con minuciosidad y con la dificultad que imponen los depósitos de objetos en desuso en gran cantidad, la estatua no fue hallada. Sí se encontraron varios objetos de valor artístico que el fiscal Castro ordenó se registren y comuniquen uno por uno a la Interpol para saber si alguno de ellos tiene pedido de búsqueda internacional.

Por lo pronto, Molinari está detenido a la espera de prestar declaración y, con seguridad, recuperar su libertad ya que el delito que se le imputa es mínimo: robo.