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Cultura 28 de junio de 2025

La historia de Fervor, librería marplatense elegida entre las mejores del país

Es finalista del Premio a la Labor Librera de la Feria de Editores por su atención personalizada, su amplia programación cultural y su impacto comunitario. Sebastián Lopizzo, uno de sus miembros, habla con LA CAPITAL sobre el vínculo del espacio con el barrio, el oficio del librero y los proyectos que vienen.

Fervor Libros está ubicada en un chalet de piedra, en la esquina de Chacabuco y 20 de Septiembre.

Por Rocío Ibarlucía

En una esquina donde se concentra la movida cultural de La Perla, justo en el límite con el barrio Nueva Pompeya y en diagonal a la plaza Pueyrredon, hay una librería con nombre borgeano, Fervor, que acaba de ser nominada al Premio a la Labor Librera 2025, otorgado por la Feria de Editores (FED). Este galardón destacó a solo cinco espacios de todo el país por trascender la venta de libros para convertirse en faros culturales dentro de sus comunidades.

Desde su apertura –primero, sobre la calle San Luis al 2700 y, a partir de 2024, en la esquina de Chacabuco y 20 de Septiembre– Fervor se propuso ser mucho más que una librería: buscó consolidarse como un lugar de reunión entre lectores, escritores, editores y artistas. Por eso, comparte casa con Lina Club Cultural, desde donde se dictan talleres de lectura, escritura, edición, pintura, dibujo, cine y fotografía, además de organizar presentaciones de libros, proyecciones, muestras de arte y lecturas de poesía por la ventana de la ochava que da a la plaza. Una agenda viva que conecta con el barrio y lo nutre.

“Fervor es una librería que apunta a ser un lugar de encuentro”, afirma Sebastián Lopizzo, uno de los libreros del espacio, en diálogo con LA CAPITAL.

Lopizzo recomienda libros con fervor, como el nombre de su espacio –un título homenaje al primer libro de poemas de Borges–, porque escucha y conversa para que cada lector se lleve el texto que está buscando, en una tarea que combina oficio, sensibilidad y una sólida formación como lector, poeta –es autor de “La ira del dragón” (Cepes, 2022)– y docente de talleres de escritura.

El catálogo de Fervor se especializa en literatura (narrativa y poesía), ensayo, estudios de género y filosofía. Si bien también ofrece clásicos y literatura infantil, Lopizzo destaca la apuesta por títulos menos difundidos y editoriales independientes. “Apuntamos a trabajar con libros que nos gusta leer”, resume. Para promover estas joyas literarias poco conocidas, destacan una editorial alternativa por mes con promociones y descuentos.

La nominación al Premio a la Labor Librera no es casual. Cada vez más librerías exceden su función comercial para convertirse en centros de actividad cultural y espacios de pertenencia. Fervor es un ejemplo claro de este nuevo paradigma que está generando un impacto en el entramado cultural del barrio. Por eso, fue elegida entre las cinco finalistas de todo el país, una distinción que en 2021 también alcanzó otra librería marplatense, El Gran Pez.

FERVOR 03

–¿Qué representa para ustedes que Fervor haya sido nominada, entre tantas librerías de todo el país, al Premio a la Labor Librera de la Feria de Editores 2025?

–Ya estar nominados es algo maravilloso, no sé exactamente cuántas librerías del país se postulan, pero entiendo que son muchas. Así que estar entre las cinco finalistas es algo realmente hermoso para nosotros, que hace muy poco tiempo que estamos con este proyecto –estamos en el barrio La Perla hace un año y medio aproximadamente–. El impacto diario que genera es que gente de la ciudad que aún no nos conocía nos quiera conocer o nos empiece a seguir en redes sociales, ahí vemos el mayor impacto.

–¿Quiénes sostienen Fervor día a día?

–Fervor Libros es parte de Lina Club Cultural, un espacio diseñado por Laura Garate donde se dictan talleres, hay muestras periódicas, una tienda de arte y en ese contexto tiene su lugar la librería que está a cargo de Tomás Pérez Garate. Ellos lideran el equipo: Laura está a la cabeza, es quien coordina todas las actividades, Tomás y Nancy Gregof trabajan desde CABA y yo estoy acá en la librería, junto a Jesi Valero, que se encarga principalmente de la coordinación y la administración de los talleres, y Daniel Casamayor, que es el responsable de la curaduría de arte. Formamos un gran equipo.

Una librería con nombre de poesía

–¿A qué se debe el nombre de la librería?

–El nombre definitivo surgió de una lista de cuatro o cinco nombres, algunos más cortos, otros más largos… estábamos buscando una palabra sola que genere impacto. En el ámbito cultural y literario, la palabra fervor está muy asociada al primer libro de poesía de Borges, “Fervor de Buenos Aires”. De hecho, en una de nuestras paredes está inmortalizado uno de sus poemas, “La plaza San Martín”. Esa pequeña palabra poderosa que buscábamos, que genere un impacto, apareció en el primer libro de poemas de Borges: apareció Fervor y creo que es un hermoso nombre.

–¿Qué criterios siguen a la hora de seleccionar los libros que forman parte del catálogo de Fervor? ¿Hay géneros, temáticas o editoriales a las que le prestan especial atención?

–Como decía antes, es una librería que tiene los libros que nos gusta leer. Hay obras clásicas, pero también hay una gran variedad de editoriales independientes, tenemos muchísimas, algunas que cuentan con distribución y otras que no. En este sentido, hay un trabajo importante de curaduría, de Tomás, Nancy y mío, que salimos a buscar esos libros, salimos a buscar cosas nuevas dentro de la edición independiente, dentro de esa edición que circula muy poco. El criterio también tiene en cuenta el perfil de nuestros clientes, amigos y amigas, que vienen asiduamente a la librería y de quienes conocemos sus gustos. Por supuesto hay libros que tienen que estar y también los tenemos, que son novedad o son clásicos y que la gente ya de por sí va a venir a buscarlos. Pero también queremos que estén esos libros que se escapan de los lugares centrales del mapa. Tratamos de que estén en nuestra librería y de darles un espacio de relevancia.

Fervor Libros fue destacada por su atención personalizada.

Fervor Libros fue destacada por su atención personalizada.

Un espacio de encuentro en el corazón del barrio

-La Feria de Editores destacó especialmente el rol de Fervor como espacio de encuentro cultural. En ese sentido, ¿qué tipo de actividades desarrollan en Fervor? ¿Y cómo piensan el rol social y cultural de una librería dentro de su comunidad?

–La librería, siempre lo decimos, es un espacio de contención, de charla, de encuentro, es un espacio que queremos que invite a quedarse. Siempre valoro a las personas que entran a la librería y se quedan un tiempo, compren o no, se quedan charlando con quien está en ese momento a cargo de la librería… nosotros sostenemos que hay que dejar de pensar el libro como un objeto en sí mismo y que hay que pensarlo también como un vínculo. Entonces es superimportante que haya muchas librerías, que las hay y muy lindas en la ciudad, que permitan ese diálogo e intercambio de ideas. En el club cultural y en la librería organizamos talleres de escritura, clubes de lectura, presentaciones de libros, charlas con editores y lecturas de poesía, todo eso orientado a convertir el espacio en un lugar de encuentro. Contamos también con una biblioteca circular, de libros usados que no están a la venta y que prestamos a la comunidad del barrio. Tiene la lógica de “te llevás un libro, lo leés, vuelve y te llevás otro”. Además de los talleres que se dan en el club cultural que van desde pintura, acuarela, dibujo, cine, fotografía, filosofía y demás.

–Una particularidad de Fervor es su ubicación: no está en una zona comercial, sino en el límite entre los barrios La Perla y Nueva Pompeya. ¿Creés que su ubicación incide en la identidad de la librería? Y, a la inversa, ¿Fervor también está aportando a la identidad de esta zona de la ciudad?

Es una librería de barrio, y estamos muy contentos y orgullosos de que así sea. En esta zona no había librería; entonces el barrio, ni bien abrimos, lo agradeció mucho. Ya había gente que nos seguía de la ubicación anterior, más en el centro. Es verdad que hay mucha concentración de espacios como este en el centro, así que nos corrimos un poco, respiramos, el espacio creció y mucha gente nos acompaña. Se está creando una identidad, no solo en nuestro espacio sino también en el barrio en sí, donde hay muchas actividades y mucha movida cultural. Tenemos cerca el bar El Argentino, el Instituto Marplatense de Música Contemporánea, la Facultad de Medicina, entre otros…

–A partir de las actividades culturales que impulsan, ¿se genera un vínculo más cercano con el público? ¿Sentís que están construyendo una comunidad propia en torno a la librería?

–Sí, definitivamente. Hay gente que se acerca gracias a los talleres, y descubre las propuestas que hacemos desde la librería. Y también pasa al revés: hay gente que viene buscando un libro, y termina participando regularmente del Club de lectura o de la charla sobre obras clásicas que organizamos todos los meses. Y pasa a formar parte, así, de la comunidad que se arma alrededor de Fervor y de Lina.

–En un contexto de recesión económica que también afecta al sector editorial, ¿cuáles son los desafíos de sostener una librería y qué te impulsa a seguir adelante con el proyecto?

–El contexto económico no es bueno y a veces dependemos de factores externos como las promociones de bancos, por ejemplo. Pero en lo que respecta a nosotros, es fundamental generar actividades para que la gente venga, que conozca el espacio y se enganche con propuestas creativas y que impulsen el valor de leer, ese capital simbólico que no tiene que ver con la plata.

Sebastián Lopizzo, poeta, librero y uno de los impulsores de Fervor.

Sebastián Lopizzo, poeta, librero y uno de los impulsores de Fervor.

“La tarea del librero es escuchar”

–Otro aspecto que valora la Feria de Editores es la atención personalizada que ofrece Fervor Libros. Muchas veces se piensa que el trabajo del librero se limita a vender libros, pero sabemos que implica mucho más. ¿Cómo es el trabajo diario de un librero y cuál creés que es su misión?

–Yo creo que la tarea del librero es escuchar. Y en base a lo que la persona que está enfrente te dice, hay un microsegundo en que se te aparece un libro y ahí está la recomendación. Más allá de que esa persona venga a buscar otra cosa, me parece que la tarea es escuchar, por supuesto, cada persona que entra es diferente. Como dije antes, a mí me gusta la persona que entra y se queda un tiempo, se da la apertura del diálogo, compartir un mate, compartir un café y charlar un poco… mi tarea particularmente es esa, escuchar lo que me dice la otra persona y tratar de que en poco tiempo aparezca un libro o más. Que esa persona que vino con cierta idea descubra algo nuevo que siempre estuvo ahí esperandoló, esperandolá, y hasta ese momento no lo supo. Cuando esa persona vuelve y te lo agradece, creo que la misión está cumplida y es muy satisfactorio.

–¿Y qué es lo más difícil y lo más satisfactorio de ser librero?

–Está el mito de que el librero se la pasa leyendo, pero hay muchísimas otras tareas administrativas, cargar novedades, subir material a las redes, acomodar los libros que llegan permanentemente, ir al depósito a buscar material que ya se vendió… a veces queda poco tiempo para leer, pero creo que lo más lindo de ser librero es que leer es parte del trabajo para saber bien qué recomendar y estar atento a las novedades. Y el contacto con la gente. Quien entra a una librería viene a buscar un tesoro, lo sepa o no, y por supuesto que mi tarea es tratar de hacer lo mejor posible para que lo encuentre.

–¿Qué deseo tenés para el futuro de Fervor Libros?

–El deseo está en crecer, en crecer como librería, como espacio, en que nos conozca mucha más gente de la que ya nos conoce. Por supuesto, que la situación económica mejore. Si, como decía antes, pensamos el libro como un vínculo además de como un objeto, sería buenísimo que su valor sea mucho más accesible para que todos, todas puedan tener sus libros y encontrar eso maravilloso que hay entre sus páginas.


“La librería es un espacio de contención, de charla, de encuentro. Un lugar que invita a quedarse”.


Las otras librerías finalistas

Además de Fervor Libros, fueron nominadas otras cuatro librerías:

Los Confines (Villa Ballester): se trata de un centro cultural consolidado desde hace 12 años que realiza talleres, clubes de lectura y encuentros con autores. También coordina el centro cultural La Bemba, que ofrece –además de cafetería– espectáculos y presentaciones literarias. Y dictan talleres de encuadernación, cerámica, teatro y dibujo.

Magia (CABA): fue destacado por ser un espacio abierto al diálogo entre lectores experimentados y novicios, impulsa charlas, clubes de lectura, eventos musicales y actividades especiales como “La ruta de las librerías” en el aniversario de Borges, literatura de terror y tertulias psicodélicas.

Citybell (City Bell): fue reconocida por enfocarse en público infantojuvenil, mantener vínculos con escuelas, promover ferias escolares, concursos literarios, y actividades mensuales gratuitas. También impulsa la celebración del Día del Lector, lecturas en geriátricos, y eventos con autores e ilustradores locales.

Libro de Oro (San Miguel de Tucumán): con siete años de trayectoria, se especializa en títulos poco comunes, ofrece talleres para todas las edades y mantiene clubes de lectura que trascienden la ciudad.

La librería ganadora será anunciada durante la próxima edición de la Feria de Editores, que se realizará del 7 al 10 de agosto en el Complejo Art Media, en la Ciudad de Buenos Aires. El galardón incluye un incentivo de dos millones de pesos argentinos para la compra de libros y un 50 % de descuento en stands adheridos.

El premio cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura de Buenos Aires –a través de Impulso Cultural y Mecenazgo– y de la Fundación Banco Santander. El jurado, integrado por el escritor Ricardo Romero, la editora Julia Ariza, el periodista Alejandro Bellotti, el promotor cultural Federico Gori y la librera Cecilia Fanti (ganadora de la edición 2024), evaluó el valor cultural, la innovación, el impacto comunitario y la propuesta de actividades de cada una de las cinco librerías finalistas.

Fervor Libros encarna lo que el premio celebra: la escucha atenta y recomendación afinada de su librero, un catálogo cuidadosamente curado que incluye editoriales independientes y joyas ocultas, una intensa vida cultural y un vínculo estrecho con el barrio. En ese cruce entre buena literatura y encuentro, habita un fervor por los libros que ya no es solo patrimonio de Buenos Aires: también hay Fervor de Mar del Plata.