12 de enero. Sábado “normal” en plena temporada de verano en la Rambla. Una gran cantidad de personas disfrutan de los tradicionales shows: animadores que hacen reír a los visitantes, personas que bailan de forma desenfrenada y grupos que aplauden. “A los panchos”, grita un vendedor ambulante con una heladera portátil cuando pasa junto a una mujer senegalesa que trenza la cabeza de una nena mientras la mamá, cansada de esperar, mira los relojes del comerciante que está al lado.

La escena se repite cada día pero ese sábado el grito de “Tengo una idea, síganme”, de un fotógrafo terminó desacomodando la normalidad del lugar.

Ana y Rodrigo estaban en el NH Gran Hotel Provincial, donde festejaban su casamiento. Los 160 invitados provenientes de Junín, mismo origen que la pareja, esperaban en la recepción cuando el fotógrafo Santiago Vellini les dijo su idea a los recientes marido y mujer. Enseguida, los tres comenzaron a correr.

Detrás de la idea de casarse en la ciudad hay una conmovedora historia: el único recuerdo que Ana tiene de su abuela es una foto junto al monumento de los Lobos Marinos.

Pasaron la puerta principal y fueron hasta el medio de la Rambla donde había un numeroso grupo de personas presenciando dos shows, vendedores, artistas y más.

“¿Qué quieren bailar? ¿Cumbia o vals?”, exclamó ansioso el profesional al que los marplatenses contratan para que se vuelva un invitado más de la fiesta y capture para siempre momentos “tal cual son”. “Vals”, decidió Ana. Y comenzaron las directivas.

En cuestión de minutos, las escalinatas se llenaron de espectadores que se acomodaron para mirar a los novios y formar el escenario en el que, finalmente, juntos bailaron.

“Ninguno de los invitados pudo verlo, quedó para los marplatenses y turistas que estaban en la Rambla. Fue una forma de compartir la alegría que estábamos viviendo con las personas que estaban ahí”, le contó Ana Battistin a LA CAPITAL.

Ella y Rodrigo López se conocieron en Junín hace cinco años. La idea casarse en la ciudad surgió el 31 de diciembre de 2017 en el mismo hotel donde se festejó el casamiento. Daniel, el padre de Ana, lo propuso. Y todos estuvieron de acuerdo. Detrás había una conmovedora historia: el único recuerdo que Ana tiene de su abuela es una foto junto al monumento de los Lobos Marinos en el corazón de La Rambla.

Poco importó que el resto de la familia y amigos vivieran a más de seis horas de distancia: pusieron en marcha el plan para celebrar el matrimonio en el NH Gran Hotel Provincial. Así, se convirtieron en la primera pareja en realizar una fiesta en la terraza del lugar. “¿Cómo a nadie se le ocurrió festejar en semejante lugar con lo linda que es la terraza?”, pensó Ana, quien aseguró que toda la familia tiene “un amor muy especial por la ciudad.

La historia tuvo un final feliz y la pareja se casó como lo había planeado. La foto tomada por Vellini en La Rambla es uno de los recuerdos que les quedará. “Para mí, se casaron en el mejor lugar de la ciudad. Tiene que ver un poco con la cuestión marplatense, se refleja lo más popular, lo auténtico de la ciudad”, contó el fotógrafo aún agradecido con la pareja que se animó a bailar en una postal marplatense.