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Cultura 10 de octubre de 2022

La prestigiosa guionista Marcela Citterio presenta su primera novela y su editorial en Mar del Plata

"El proyecto busca construir puentes no solo entre el mundo audiovisual y el mundo de la literatura, sino también entre las generaciones" definió la guionista y empresaria que no concibe un día de su vida sin escribir.

Marcela Citterio.

Su nombre se encuentra en los libretos de algunas de las novelas que dejaron marcas en más de una generación de familias argentinas, en guiones de las series que dan que hablar en las diversas plataformas de streaming y en los de varias películas: Marcela Citterio, la creativa, la visionaria, la artista que no concibe un día de su vida sin escribir y que, cuando tiene una historia en proceso, parte de su mente está permanentemente enfocada en ella, llega este lunes a Mar del Plata con dos novedades: Después de más de tres décadas de guiones para el formato audiovisual, lanzó su primera novela: “La chica que no quería ser princesa” (que tiene escenas en Mar del Plata) y, además, está presentando la editorial The Orlando Books, un proyecto enfocado desde su génesis en vincular, no solo los mundos de la literatura y audiovisual, sino generaciones y, además, contar buenas historias, apoyando voces nuevas y diversas.

La referente estará a las 17 en la Feria del Libro Mar del Plata Puerto de Lectura que se está desarrollando en el Centro Cultural Estación Terminal Sur del Paseo Aldrey, presentada por la booktuber Delfi Mostafá.

Antes de este encuentro con el público, la autora charló con LA CAPITAL sobre sus proyectos y el rol que tiene su hija Chiara -también actriz y escritora- en la concreción de estos nuevos desafíos.

“Cuando Chiara autopublicó su primer libro fui palpitando las reacciones que tenía la gente con su historia, la emoción de ella y su felicidad y cuando estábamos las dos leyendo Orlando de Virginia Woolf y le dije de repente: ‘¿Y si nuestra editorial se llama Orlando?'”. Esos dos momentos, según Citterio, fueron claves cuando su proyecto era apenas una idea. “Soy una persona que una vez que siente la necesidad de un objetivo o que tiene una meta, voy a por ello. Me informé los pasos, leí libros, escuché a una amiga de la infancia, Laura Kaestner, que se autopublica.

Luego mi analista, Beatriz Corti, que me escuchaba una y otra vez este sueño me contactó con Matías Maggio Ramirez, que me recomendó a la mejor editora del mundo: Verónica Chamorro, hoy mi directora editorial. A ella le dije que quería una editorial que, además de tener bellísimos libros, fuera el trampolín al sector audiovisual. Y comenzamos por lo más importante: las historias a contar” simplificó Marcela Citterio, sobre un proceso tan complejo como interesante y valioso, como el de ser el un puente entre historias que emocionen y el público que está ahí, tan ávido como atento a la forma en que esas historias son contadas.

– ¿Qué rol jugó tu hija que, en parte, tomando tu ejemplo, de muy joven se dedicó a escribir y ahora forma parte del catálogo de The Orlando Books?

– Si no hubiese sido por Chiara, The Orlando Books no existiría. No se me hubiera ocurrido incursionar en la literatura, ni pensar en cómo apoyar las voces nuevas en las que creo muchísimo, ni me hubiera animado a empezar este hermoso proyecto. Fue y es mi compañera absoluta en esto. Tanto es así que hasta en el nombre lo dejé plasmado. Más allá de que la novela Orlando es increíble, la editorial lleva su nombre por la lectura que compartimos con mi hija durante la pandemia. Cada una con su libro saboreamos esas páginas en compañía de la otra hasta que no hubo otro nombre posible para la editorial. Como dato de color: Orlando también fue el segundo nombre de mi padre y es el de mi hijo. Desde el vamos, este para mí fue un proyecto que busca construir puentes no solo entre el mundo audiovisual y el mundo de la literatura, sino también entre las generaciones.

– ¿Qué características definiste? ¿Son claves la perspectiva de género, la inclusión, la visibilización de las disidencias desde la producción literaria?

– La obra de Virginia Woolf que inspira este proyecto me ayuda a contestar esta pregunta. No quiero que se me acuse de spoileadora, pero es sabido que la historia presenta a un protagonista que vive a través de los siglos adaptándose a cada época de la mejor forma que puede sin que sea este un problema que trunque la trama. Pero no conforme con eso, Woolf de buenas a primeras cambia el género del protagonista que como si nada empieza a ser una mujer. También a lo largo de las páginas confluyen distintos géneros literarios, más biográficos, más cercanos a la novela,etc.

La clave está en el nombre, quiero que la editorial, como Orlando, trascienda temporalidades y se permita una diversidad de géneros que coexistan. Busca habilitar el espacio, sin dudas, a poner sobre la mesa temáticas que lamentablemente quizás aún hoy incomodan para crear un futuro un poco mejor para las generaciones que vienen. Que trascienda más allá de los tiempos como el/la inolvidable protagonista. La idea es no solo visibilizar estas cuestiones, sino dar lugar a las disidencias como autoras de sus propias historias, amplificar todo lo posible las voces poco escuchadas dentro de estos mundos que intentamos conectar.

No soy muy fanática de las definiciones, ni de puntualizar características porque siento que eso nos limita. Prefiero pensar en un proyecto con fluidez y diversidad. Si una historia emociona, está bien escrita y tiene ritmo e intensidad para que el público logre disfrutarla, tiene que tener lugar en todos los ámbitos.

– ¿Es otra clave el “potencial audiovisual” de la forma en la que estén presentadas las obras literarias?

– Sí, es un aspecto al que sin dudas le damos importancia. Ya desde el particular diseño de los libros, en el que trabajamos con Valeria Miguel Villar hasta la parte audiovisual que hacemos con Lucho Zabrana, a cargo de los trailers y su comunicación, hacemos un buen foco en esa cuestión. Poco a poco estamos armando una comunidad, en la que nos une el amor por los libros, las historias, y las pantallas.

“La chica que no quería ser princesa”, novedad de la nueva editorial The Orlando Books

– ¿Cuáles son los principales desafíos -desde el punto de vista empresarial- de montar una editorial desde cero?

– Toda empresa es un desafío en sí misma. Esta no le escapa al contexto actual del país, en donde por ejemplo el papel subió un doscientos por ciento y, además, hay escasez. Ni qué hablar de lo que implica el costo ambiental del papel en el mundo de hoy, motivo por el cual elegimos el papel ecológico. Con Rolando Falcone al frente de las finanzas y Angela Ardila como productora estamos en todos los detalles. Y más allá de cualquier dificultad, afortunadamente la respuesta del público lector, de productores y plataformas, es muy buena. Excelente.

– ¿Cuánto capitalizás de tu experiencia a la hora de detectar, temáticas, historias que tengan los condimentos necesarios para competir, para encontrar su público en esta época de sobreoferta?

– Creo que esa experiencia viene conmigo, es parte de mí. Siento que llega un momento en el cual ya adquirís cierto ojo para las historias, cierta intuición y posibilidad de proyectar sobre cómo podría ser contada. Como cualquier oficio, después de acumular la suficiente experiencia, hay habilidades que se interiorizan y funcionan como parte de las tareas sin necesariamente estar una del todo consciente. Más allá de mi trayectoria y esta mirada que supe adquirir, tengo un equipazo conmigo que trabaja y está en todas, en el paso a paso de todo el proyecto.

– ¿Qué es lo que te impulsa a escribir? ¿Cómo es tu proceso de imaginación, no solo de las historias sino de las diferentes escenas con las que se van construyendo?

– No imagino un día de mi vida sin escribir. Hasta de vacaciones. Una frase, una idea… La vida me impulsa a escribir. Las historias de amor, mis hijos… El proceso imaginativo nunca es igual. Puede aparecer de repente después de mucho pensar, o puede darse en una madrugada de la nada, o en el auto mientras manejo… Eso nunca es igual. Ahora la unión de las escenas, capítulos, el cuento en sí, el proceso es trabajar. Dedicarle muchas horas al día, y pensar en eso todo el tiempo. Cuando estoy escribiendo una historia, o más de una, una parte de mí está trabajando en eso las 24 horas.

– ¿Cómo es escribir en un contexto en que los consumos culturales/de entretenimiento son voraces?

– Escribís bajo presión, sabiendo que eso que te lleva horas, va a durar segundos… Pero a eso estoy acostumbrada. No me imagino escribir con tiempo de sobra una entrega. Es parte de mi adrenalina de siempre.

– Has escrito numerosísimos guiones de novelas, series, para mercados de Argentina y de distintos países. ¿Cómo te decidiste a volcarte a la literatura?

– Mi hija me hizo intentarlo. Y cuando bajaba los brazos, ella me insistía en que siguiera. Yo buscaba excusas, ella me daba soluciones. Así fue el proceso de este libro que amé escribir, que me emociona ver publicado, que me apasiona leer lo que va pensando la gente…

– ¿Qué mensaje tienen para compartir con quienes se acerquen a la lectura Aurora y Tiziano?

– Más que mensajes, emociones… La emoción de ese primer amor que te cambia la vida, la emoción de un beso, de una caricia, del final de una etapa y los miedos por el comienzo de otra, como la que vive la protagonista… Tiene la adrenalina de las carreras de motos, de la Formula 1… Y tiene algo que me interesa mucho contar: No todas las chicas quieren ser Princesas. Quieren ser guerreras.

– ¿Qué importancia tienen las ferias del libro, en este caso la de Mar del Plata, para difundir, compartir, tanto tu novela como el proyecto editorial?

– Cada feria del libro es una posibilidad de unirte con otrxs lectores y eso es maravilloso, nutritivo, creativo. Yo no escribo solo para que a mí me guste. Escribo queriendo que al otro lo conmueva la historia que cuento tanto como me conmovió a mí. Mar del Plata es una ciudad muy importante y especial, además, porque todos los veranos de mi infancia y adolescencia fueron ahí. Porque camino por sus calles y me veo con mi mamá, mi papá, mis abuelos, leyendo, soñadora siempre… Un café con leche, unas tostadas con manteca de ahí me llevan a días inolvidables. En el libro aparece la ciudad… Tenía que estar sí o sí. Estar ahí presentando mi editorial y mi libro, me emociona demasiado el solo pensarlo… Es un sueño que se hace realidad para mí.