Cultura

La quieta dolor

por Héctor Alvarez Castillo

Dónde se oculta tu mueravida. Dónde tu pena. Es la quieta dolor que va y hace triste la boca en tu cuerpo. Está en el pasto la huella la marca la hora en su pleno sol vibrando la existencia. Yo a un costado un resto de yo. Duele la carne y duele el cuerpo, y lo que no es carne cuerpo ni hueso duele también, duele ese cuerpo. Es soledad acaso o es tiempo que derrama río flujo de agua. Es aroma el líquido. De tu cuerpo viene. De tu cuerpo quién sabe. Es perfume y no puedo abandonar esa palabra, ese modo de decir, de hablar o sonrojarme. El olor viene de los huesos, no, de tus entrañas, de tu labio, viene de tu boca, de tus dientes. Viene y cubre la atmósfera, se hace de los vegetales, de los árboles, se hace de las copas de los árboles, de las higueras y las telarañas. Es la quieta dolor que va. Y el desamparo lo sé, aunque calle mi silencio, lo sé, aunque calle. Quizá sepa el tuyo, por eso hablo, hablo y hablo, por eso no dejo silencio, él, solo. Mar no cesa, no cesa, no sabe, y va, la quieta dolor va, entre tanto ruido que espanta, tanto sonido sordo, tanto color de sombras, la quieta dolor va, va y danza. ¡Será mueravida tu dolor, quieto, tu dolor danzante, amor mío, mío amor!

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