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Deportes 23 de marzo de 2019

La Selección en el abismo

por Vito Amalfitano

Costó entender para qué jugar con cinco en el fondo si no se defiende. En realidad costó comprender todo lo que hizo el entrenador Lionel Scaloni con la Selección Argentina de fútbol que plantó ante Venezuela.

Se había escrito aquí que no era lo más conveniente que Lionel Messi volviera a la Selección ahora, cuando aun no hay ni un esbozo de un equipo. Que era mejor que regresara como la “frutilla del postre”, no una vez más como quien tiene que hacerse responsable de toda la carga. Días después lo dijo el propio César Luis Menotti, director de selecciones nacionales.

Igual hay razones del negocio que la razón no entiende. Messi, al parecer, tenía que estar. Pero lo peor estaba por venir. No solo no hubo una proyección de equipo sino que reinó la confusión y el caos, tanto o más que en los peores momentos con Sampaoli.

Si Scaloni está en observación, tal como el propio Menotti lo confesó, hasta la Copa América, el DT eligió un camino peligroso para tratar de hacer méritos. En lugar de buscar el orden, el asentamiento de una idea, algunas certezas rumbo a la competencia que importa en Brasil, hizo todo lo contrario. Casi como desafiante, se decidió por excentricidades tácticas, innecesarias siempre, más en este tiempo. Una sobreactuación peligrosa.

En el vergonzozo 1-3 ante Venezuela, los cinco en el fondo no defendieron. El medio no tuvo equilibrio. Se vio todo lo contrario a lo que justamente Menotti graficó siempre, con una frase que se hizo popular en la jerga futbolera: el sillón en el living, la heladera en la cocina, el bidet en el baño…

Así, en lugar de enderezar el rumbo hacia la Copa América, Scaloni incluso quedó al borde la cornisa aun antes de la competencia en Brasil.

Ya había incurrido, antes del partido, cuando dio la lista, en extrañas contradicciones, con la no inclusión Sergio Agüero. Porque si al “Kun” no se necesita probarlo,-esa fue la argumentación del DT-, eso cabía también para Messi y Di María. Y se puede admitir que se busquen ciertos aires de renovación, pero no al punto de formar un “rejuntado” sin jerarquía y sin brújula para que, una vez más, todo dependa de Messi. Puede haber en el plantel algunos jugadores del fútbol vernáculo para darles roce internacional con visión de futuro. Pero no al punto de que la Selección se degrade a la condición de “combinado”.

No se vislumbra que una mejor actuación ante Marruecos el martes cambie el concepto. Scaloni incurrió en errores no forzados y quizá acortó los tiempos.

@vitomundial