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Opinión 6 de marzo de 2018

La UCR agita las aguas en Cambiemos como lo había adelantado en Mar del Plata

por Gerardo Gómez Muñoz

Hace varias semanas, cuando el oficialismo local, pero por razones propias -la imbancable gestión de Carlos Arroyo- desnudaba la imposible convivencia con Cambiemos y a ello se sumaba la inconfesada, pero comprobada intención macrista-vidalista de transportar al escenario marplatense al candidato que supo perder muy feo en San Isidro, llegaron dirigentes nacionales de la UCR que hablaron. Fue una casualidad, pero los movía la misma inquietud a Ricardo Alfonsín que habló con franqueza y “urbi et orbi” de que los radicales se sentían mal con Cambiemos, por la poca participación y medidas de gobierno que no se ajustaban al marco doctrinario del centenario partidario. El otro fue Federico Storani y lo sintomático es que no habían coincidido adrede aquí. Tanto es así que ambos se movieron con radicales, sí, pero muy distintos en la interna. Y hasta hubo un sector -el de Maxi Abad-, que convive en abierta complacencia con María Eugenia Vidal que se cuidó de acercarse y de escuchar a ambos visitantes. Alfonsín dijo muy claramente, pero tratando de no sacar los pies del plato que el radicalismo no está conforme y que es dejado de lado y usado por sus socios.

Storani fue muy explícito en sus definiciones acerca de lo que se avecinaba desde los cambios que se harían sentir desde las líneas internas partidarias. Eso sí, todo fue a título de confidencias reservadas a dirigentes y referentes, merecedores de encuentros reservados luego de la charla más liviana, explicadora y componedora desarrollada en el comité.

Fredy, en definitiva, junto a sus fieles amigos desde la juventud franja-moradista de hace décadas, anticipó el retiro de Ernesto Sanz, no lo dijo así, pero realmente con la cola entre las patas y dejando abierta la sensación que con alguna vergüenza porque llevó a la UCR a una alianza sin garantías como está a la vista.

Pero el tiempo oscuro y versátil del ex presidente del comité nacional -el santafesino del Corral- daba lugar al tiempo del gobernador mendocino Alfredo Cornejo. Fredy esperanzó a todos vaticinando que el nuevo presidente partidario venía por la recuperación del papel de la UCR y que también en la Ciudad de Buenos Aires, la reaparición del Coty Nosiglia significaría el desplazamiento de gente que estaba demasiada comprometida con el PRO, se entendía Jesús Rodríguez y Facundo Suárez.

Los ecos nacionales

En los últimos días prensa nacional, especialmente la que oficia cuasi de vocera y turiferaria del gobierno macrista alertó sobre “la preocupación del gobierno” por actividades y manifestaciones del gobernador mendocino y presidente del comité nacional de la UCR. Este había arrancado con una dura caracterización del error de Macri de sostener al ministro de Trabajo Triacca luego de habérsele comprobado graves faltas delictuosas en el ejercicio de sus funciones.

Cornejo avanzó hasta estimular al ex ministro Prat Gay en sus críticas a la conducción y medidas de la economía, inclusive patrocinó una conferencia de éste, en Buenos Aires sobre los temas mencionados. También lo afilió a la UCR y comenzó a patrocinarlo como candidato a gobernador de Tucumán con gran bronca de Mauricio Macri que “becó” dos años a José Cano -que ya perdió con el peronista Juan Luis Manzur- para que no concretara en dos años, nada de la nada al frente del nonato “Programa Manuel Belgrano”, de obras de infraestructura en el norte y litoral del país.

No se queda ahí Cornejo, aunque no va por la reelección de su cargo sino que participa de encuentros con Gerardo Morales y otros mandatarios radicales en busca de una consolidación doctrinaria y partidaria de la UC a través del protagonismo en Cambiemos, muy lejos de la anomia actual.

Otra casualidad también ahora y por su lado Ricardo Alfonsín salió a pegar duro en busca de la recuperación protagónica del viejo partido, dentro de la actual alianza con Macri.

El lunes, otra vez los dos de antes, Alfonsín y Storani y esta vez más directamente y coincidentes dijeron que “aquí no gobierna Cambiemos sino el PRO” y “aquí no existe una alianza de gobierno”.

Nada por aquí, algo por allá

En el escenario local el radicalismo parecería que vive de mil amores el gobierno de Cambiemos que, en el rigor del análisis parece el gobierno del cada vez más infatuado Arroyo, a quien su equipo de “los cazafantasmas” asesores bajo la conducción mediática del “Pirincho”, lo lleva tras cada caída en la consideración pública, a inflar el pecho asegurando que va a ser reelecto en 2019.

La UCR sufre todo esto más el trasplante del diputado nacional Guillermo Montenegro, con silencio devoto y penitente. Sólo Mario Rodríguez y Tato Serebrinsky que volvió a la pelea dicen del descontento militante y suele sumarse con actitudes Vilma Baragiola que no baja de su intención de competir por la intendencia, fiel a su estilo, por ahí muestra los dientes.

Abad, cuando no estuvo dispuesto a apoyar los enjuagues de Arroyo por la basura haciendo votar un disparate, puso su señal. Logró una gestión de urgencia para su fiel concejal Ariel Martínez Bordaisco, cuya ausencia igual a la de la representante de Lilita puso el disparate a merced de la oposición, aunque los avatares reglamentarios posibilitaron la suplencia de la juvenil representante de “Crear” y con ello el desempate del presidente del Concejo. Luego, desde arriba, le hicieron saber al intendente por encargo que se calle la boca porque si desde allá viene la plata, acá va el Ceamce. Total Arroyo como, finalmente sucedió no se puede oponer. Bueno, pero tampoco le pidieron, que saliese a decir que el Ceamce era lo mejor como ahora anda diciendo.

Sin embargo, el lunes ningún representante institucional de la UCR apareció junto al ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich en el anuncio de espectaculares obras en el aeropuerto “Astor Piazzolla” por 230 millones de pesos. El ausentismo radical tal vez se debió a la presencia estelar y muy poco justificable -fuera del manijazo politiquero- del autocandidato Guillermo Montenegro en el estrado al lado de Dietrich. Hay observadores que a la luz de estos incordios más los que se presentan en el Concejo Deliberante donde comenzaron a proliferar los disensos que, antes de la aparición de Montenegro no se notaban tanto, advierten otros detalles.

Oportunidades que se aprovechan

Es cero el afecto mutuo entre el Crear que lidera el senador Lucas Fiorini y Arroyo y su entorno “los caza fantasmas”, pero la oportunidad tiene “cara de hereje” o “la pintan calva” según el refranero criollo. Y el hombre necesitaba de donde sea un voto para que su anhelado “Estado de Emergencia” no naufragara y la que seguía en la lista de suplencias en el listado de Cambiemos era Cecilia Martínez, la joven abogada de reconocida militancia en Crear por, lo que fue llevado a una séptima candidatura en la lista de concejales del oficialismo. Nunca habrá habido un debut tan exitoso, pero a quien cobrarle si la “Emergencia”, como tantos emprendimientos o instrumentos del intendente, sale por la culata.

A propósito de Concejo, otro hombre de esas filas, Alejandro Carrancio, presidente de la comisión de Hacienda, no consigue todavía que los ediles se pongan de acuerdo para que algo salga de la remanida cuestión fiscal. Pero aún le va peor al CD con las comisiones de Recursos Hídricos y de Promociones y Desarrollo, donde al parecer el arroyista -bajarlo de la línea de parientes si corre el engaño de Macri y su presunta “poda”- Mauricio Loria y Guillermo Volponi, quieren cortar el estofado.

Estuvo por acá el ministro de Gobierno Joaquín de la Torre, la “pata peronista” del gobierno provincial y de estrecha confianza de la gobernadora, quien lo designó para monitorear al gobierno municipal (dicen sotto voce que su juicio final fue “no tiene arreglo”). Se lo vio con Dietrich, Carrancio, Fiorini y con Guillermo Montenegro, por si a éste le hacía falta alguna otra palanca. Aunque por ahí las fotos pueden ofrecer apariencias engañosas como se vio en el salón donde Mauricio Macri bajó y consejos pastorales a lo que se llamó “gabinete ampliado”. Allí no juntos ni cercanos, pero sí como referencia y por la invitación a Maxi Abad y a Fiorini. Alguien aseguró que eran los dos únicos marplatenses presentes.

Toda la provincia caliente

De última hora y bajando material, porque un amigo de los muchos que estuvieron en la comida del sábado -mil personas en Ayacucho- bajo juramento que dejó chiquito al “off the record”, se avino a contar “algo nomás”. Era un acto de despedida al intendente Pablo Zubiaurre que, cosa nada frecuente en la política actual, renunció a su cargo para ocuparse de lo suyo. Persona muy eficiente y querida, si las hay, recibió testimonio recogido en su pueblo como en la UCR. El encuentro motivó que en mesas especiales intendentes caídos de casi todo el territorio provincial, dirigentes y referentes se explayaran seria y enérgicamente respecto a la política, en general de los gobiernos provincial y nacional. La preocupación es en general, sobre todo por las responsabilidades que los radicales están asumiendo acompañando y callando ante muchas decisiones que se adoptan sin siquiera ser informados previamente.

Particular “calentura” alcanzó el análisis cuando se habló de Mar del Plata, al punto que asistentes de estas costas trataban de bajar los decibeles, cuando se hablaba de la agresión que significaba pisar al partido y a los vecinos del distrito “tratando de imponer un candidato que no les pertenece y a fuerza de sumar cifras siderales en realizaciones oficiales”. Se llegó al punto de amenazar que “se debe parar ese atropello aún a costa de eventuales rupturas”. A partir de ese nivel fue muy difícil aliviarse tocando otros temas como los tarifazos, inflación, importaciones en desmedro de la producción nacional etc, etc.

En La Plata

El clima candente, como se dice más arriba, tendrá esta noche otra evidencia y será en la capital provincial. Allí se darán cita dirigentes de la juventud y del partido de la provincia, referentes, legisladores, etc. La convocatoria proviene de la conducción de la Juventud Radical de la provincia de Buenos Aires que se presume reclamará al partido la firme postura de reclamo, rechazo y participación en la alianza gubernativa que compromete seriamente al radicalismo y doble porque cada vez es menor la participación en las medidas que se adoptan.