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El Mundo 31 de agosto de 2022

La UE suspende una facilitación de visados para rusos y la OIEA llega a la planta de Zaporiyia

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, indicó que el acuerdo de 2007, que prevé facilidades para las visas de corto plazo, debería ser "suspendido totalmente".

La ONU llegó a la provincia de Zaporiyia, donde visitará la central nuclear homónima.

Los cancilleres de la Unión Europea (UE) acordaron suspender una facilidad para las visas con Rusia, lo que reducirá la obtención de permisos de ingreso al bloque, mientras Moscú y Kiev volvieron a acusarse mutuamente de ataques a la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, a cuyos alrededores llegó la misión de inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

“Los estados miembros consideran que no pueden seguir las cosas como si nada. Hemos acordado políticamente que se tiene que hacer algo”, anunció el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, tras una reunión informal de ministros en Praga.

El diplomático español indicó que el acuerdo de 2007, que prevé facilidades para las visas de corto plazo, debería ser “suspendido totalmente”, lo que implica que se aplicará a los rusos el proceso tradicional para obtenerlas, mucho más “largo” y “difícil”.

Dicho acuerdo ya había sido parcialmente suspendido por la UE para los ciudadanos rusos relacionados con el Kremlin, como parte del paquete de sanciones decididas por el bloque en represalia por la guerra iniciada por Moscú el pasado 24 de febrero.

Esta decisión se produce en el marco de un debate más amplio que reunió a los cancilleres en la capital de la República Checa, quienes a pedido de Ucrania evaluaban una propuesta para prohibir el acceso de turistas rusos a todo el territorio comunitario.

En un debate que se vislumbraba cuesta arriba, Polonia y los tres países bálticos, Estonia, Letonia y Lituania, habían adelantado su decisión de prohibir o al menos restringir de forma unilateral los visados a los rusos si la UE no llegaba a un consenso sobre el tema.

No obstante, aseguraron que incluirían excepciones para “disidentes y otros casos humanitarios”, reportó una agencia de noticias europea.

En la víspera, el Gobierno ruso reaccionó con indignación a esta propuesta, que calificó de “irracional”, y prometió represalias, mientras que continúa presionando a la UE con reducciones en sus exportaciones de gas.

La empresa energética estatal rusa Gazprom ratificó la suspensión por tres días del envío de gas a través del gasoducto Nord Stream, que provee suministro a Europa, por la realización de obras “rutinarias de mantenimiento” técnico en una estación de compresión.

Si bien la firma ya había anticipado este nuevo corte, en el contexto de la guerra en Ucrania, la energía se encuentra en el centro de las sanciones y contrasanciones entre el Kremlin y la UE, que acusa regularmente a Rusia de usar el gas “como un arma”.

Estas tensiones políticas derivaron en una suba generalizada de los costos en el mercado del gas que, según advirtió este miércoles el presidente de Gazprom, Alexei Miller, asiste a un “rally de precios” que podrían dispararse durante el próximo invierno boreal un 33% por encima de los actuales.

“La situación energética será muy, muy difícil para nosotros en el futuro. El reto de nuestros Gobiernos es proporcionar electricidad a nuestros ciudadanos y empresas. No será fácil, hará falta unidad, pero estamos trabajando para que funcione”, dijo a la prensa el canciller neerlandés, Wopke Hoekstra, en el marco del encuentro en Praga.

La próxima semana hay programada una reunión extraordinaria de los ministros de energía de la UE para discutir una reforma del mercado eléctrico que permita controlar los precios.

En tanto, en Ucrania, la misión de la agencia nuclear de la ONU llegó a la provincia de Zaporiyia, donde visitará la central nuclear homónima para iniciar sus “evaluaciones técnicas de la situación”, anunció su director, el argentino Rafael Grossi, en momentos en que se intensifican las acusaciones entre Moscú y Kiev sobre nuevos ataques en las inmediaciones de la planta.

“Nos preparamos para el verdadero trabajo que comienza mañana”, declaró Grossi.

“Vamos a intentar establecer una presencia permanente de la agencia a partir de ese momento”, agregó el director del OIEA, quien precisó que su objetivo es evitar un accidente nuclear en la central nuclear más grande de Europa.

El diplomático argentino, que llegó el lunes a Kiev al frente de un equipo de 13 personas, explicó que pasarán “unos días” en el lugar e informarán sobre sus conclusiones al volver.

Más temprano, las autoridades ucranianas dijeron que Moscú había bombardeado la ciudad donde se encuentra la planta nuclear, ocupada por las fuerzas rusas desde marzo.

“El Ejército ruso bombardea Energodar”, declaró en Telegram Evhen Yevtushenko, jefe de la administración de Nikopol, situada frente a esa localidad donde está la central, al otro lado del río Dniéper.

“La situación con estas provocaciones es peligrosa”, añadió, citado por la agencia de noticias AFP.

Por su parte, las autoridades designadas por el Kremlin en esa provincia denunciaron que las tropas ucranianas habían atacado con misiles la ciudad de Tokmak, ubicada a poco más de 100 kilómetros de la planta nuclear.

“Hoy el régimen de Kiev volvió a atacar con misiles las instalaciones civiles en Tokmak. Se bombardeó un silo de granos, un depósito fue dañado seriamente, se quemaron 15.000 toneladas”, indicó Vladímir Rogov, de la autoridad militar prorrusa, de acuerdo a la agencia de noticias Sputnik.

Los combates también se recrudecieron en la cercana región de Jersón y en la cuenca minera del Donbass, en el este del país.

La mayor parte de la región de Jersón, a orillas del mar Negro, y su capital homónima fueron capturadas a principios del conflicto por las tropas rusas que avanzaron desde la península de Crimea, anexada por Moscú en 2014.

Las tropas ucranianas lanzaron el lunes una contraofensiva en el frente sur, un movimiento previsto por los analistas ante el estancamiento del conflicto en el Donbass, controlado parcialmente por las fuerzas prorrusas.

El Ministerio de Defensa ruso aseguró ayer que Ucrania sufrió una “derrota” en su contraataque en el sur y que perdieron 1.200 soldados y 150 vehículos militares.

Las tropas rusas bombardearon, asimismo, otras ciudades ucranianas como Járkov (noreste), donde al menos cinco personas murieron en un ataque contra el centro urbano, y Mikolaiv (sur), donde fallecieron dos personas y 24 resultaron heridas.