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Arte y Espectáculos 11 de septiembre de 2020

Lang Lang: “Para tocar las Goldberg de Bach se necesitan dos cerebros”

El pianista decidió grabar esta obra maestra del barroco y no una vez sino dos.

Lang Lang.

por Concha Barrigós

MADRID, España.- El pianista Lang Lang sabe de sacrificios y vida dura lo que muy pocos artistas y su nivel de exigencia es tal que han tenido que pasar 20 años desde que empezó a trabajar con las “Variaciones Goldberg“, de Bach, para decidirse a grabarlas: “para tocarlas se necesitan dos cerebros”, dice en una entrevista con EFE.

Ahora, a sus 38 años, cuando “aún” no es “un viejo”, decidó grabar esta obra maestra del barroco y no una vez sino dos: el disco (Deutsche Gramophone) incluye la interpretación que hizo de ellas en el lugar de trabajo y tumba de Bach (1685-1750), la iglesia de Santo Tomás de Leipzig, y una segunda en estudio, en Berlín.

Lang había tocado piezas de Bach cuando era un niño, como sus minuetos o el “Well-Tempered Clavier”; con 17 años las interpretó de memoria para el pianista y director de orquesta Christoph Eschenbach y unos ocho años después lo hizo ante Nikolaus Harnoncourt en una audición informal para el Festival de Salzburgo.

Harnoncourt le dijo entonces que las tocaba “sin imaginación” y lo animo a ser menos conservador y a explorar líneas melódicas más líricas.

Bach, sostiene Lang, “demanda emociones reales, no se puede tocar de forma mecánica. Hay que aprender su método y cada parte es muy importante. Cada nota deber ser sin ornamentación, dejar que el piano ‘cante’ las melodías”.

El artista chino busco más tarde el asesoramiento de expertos como el pianista y clavecinista alemán Andreas Staier, quien le enseñó la importancia de aproximarse a la obra con rigor académico y entrar en lo que él describe como “otra forma de pensar”.

“Todo el trabajo sirvió para estar más cerca del auténtico Bach”, asegura desde Bejing, instalado en una sala con un piano con el que interpreta durante la entrevista algunas notas del disco.

Justo antes de que la pandemia empezara a cerrar fronteras, el pianista estaba en Alemania para tocar las “Variaciones” en Santo Tomás y allí se sintió “tan cerca” de Bach que quiso que aquella versión, fluida, espontánea y viva, se incluyera en el disco que grabó poco después en un estudio en Berlín con una ejecución más contemplativa y reflexiva.

El conjunto de 30 variaciones de Bach y un aria está escrito con tal austeridad que es como un lienzo en blanco porque “no hay normas para la ornamentación”, es decir, no hay prácticamente apuntes de tempo y así puede durar menos de una hora o, como en el caso de Lang, más 90 minutos.

“Para interpretar bien a Bach no puedes apoyarte demasiado en tus hombros. Hay que tocar desde la muñeca hasta los dedos. Está todo en tus manos y en tu cerebro y para cada una de las partes tienes que desarrollar una nueva estrategia”, dice.

Pero además, asegura, “para tocar las ‘Variaciones’ se necesita un cerebro extra, uno para los tempos largos y otras para los cortos, para tomar decisiones a corto y a largo tiempo”.

Después de tanto conocimiento y aprendizaje cree que lo que ha descubierto sobre sí mismo con este trabajo es que es “un poco más vago mentalmente”, se ríe.

El concertista, que escribió su autobiografía cuando tenía 25 años, tuvo una infancia muy dura, marcada por la Revolución Cultural y la política del hijo único, la separación de su madre desde los 9 años para estudiar música en Pekín y un terrible episodio con su padre.

Con 10 años, y poco después de que supieran que una profesora le había rechazado para entrar en el Conservatorio porque “no tenía talento”, llegó una hora tarde a casa y su padre le dijo que se suicidara bien tirándose por el balcón o bien tomándose un frasco de pastillas.

“Sólo quería que estudiaras”, se justificó después el padre, según cuenta en su autobiografía Lang, que cogió por primera vez vacaciones en su vida cuando tenía 28 años.

La pandemia, dice, ha hecho todo “muy difícil” aunque está seguro de que “pronto” vendrán nuevas cosas, “nuevo repertorio y nueva normalidad en la que seremos mejores”.

“Necesitamos la música en nuestro corazón y la música necesita que no paremos porque es la que nos consuela en estos tiempos más que cualquier otra cosa”, añade el artista, que tiene programada una gira europea para la próxima primavera.

EFE.