CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Cultura 24 de abril de 2020

Las confesiones virtuales de Isabel Allende a sus lectores

Isabel Allende.

por Mercedes Ortuño Lizarán

El feminismo, la literatura como oficio o el futuro tras la crisis de coronavirus son algunos de los temas sobre los que ha reflexionado Isabel Allende en un encuentro virtual con sus lectores en el que, además, anunció nuevo libro.

“Mujeres del alma mía”, que se publicará aproximadamente en noviembre en castellano, tratará sobre su “experiencia de ser mujer y haber sido feminista” desde que tiene memoria, según explicó la escritora chilena, autora viva más leída en castellano.

Desde California y con ayuda de su hijo Nicolás -“por si falla la tecnología”-, Allende contestó, a través de una transmisión de Facebook en vivo, a preguntas de sus lectores en el último encuentro de “Casa Tomada”, la celebración digital de Penguin Random House.

Un futuro optimista tras el coronavirus

La pandemia de COVID-19 ha dejado algo claro para Isabel Allende: “Somos una sola familia, y lo que le pasa a un ciudadano en Wuhan nos va a pasar a nosotros en Nueva York o en Chile”.

“Es momento de plantear qué futuro queremos y luchar para conseguirlo”, ha sentenciado. El suyo lo encabezaría la preocupación por el cambio climático y estaría alejado de la misoginia, el racismo y las sociedades en las que se “cultiva el nacionalismo”.

Allende es optimista. No le gustar pensar que venga una “distopía” después de la crisis, sino que se aproveche “este período de reflexión” para cambiar muchas cosas.

“La revolución más importante de la historia”

“Yo creo que tenía como unos cinco años cuando ya era feminista”, ha bromeado Allende tras anunciar el lanzamiento en otoño de su nuevo libro, “Mujeres del alma mía”. La obra da su visión, como mujer, del movimiento feminista, “probablemente, la revolución más importante de la historia”.

La autora ha confesado que tuvo una “época desilusionada” en la que pensaba que el feminismo estaba “atrancado y las mujeres no querían ser identificadas como feministas”. Pero, en un breve repaso histórico del movimiento, ha explicado como, después de los períodos de silencio, la lucha por la igualdad siempre volvía a “agarrar vuelo”.

Ola tras ola, se llegó a la actual, la más inclusiva según Allende, por englobar también la lucha por la igualdad del colectivo LGTB o de las mujeres marginales: “Se trata de alcanzar a todas nuestras hermanas, en todas las partes del mundo, que no han sido alcanzadas antes”, ha argumentado.

Escribir por amor al proceso

Parafraseando a la escritora Elizabeth Gilbert, Allende ha compartido un consejo con los jóvenes creadores: “No esperes que la escritura te dé fama ni dinero, porque sucede muy rara vez. Escribe porque amas el proceso”. A pesar de los rechazos de la editoriales, la escritora ha animado a seguir: “Ni diré cuántos tuvo ‘La Casa de los Espíritus'”, ha confesado.

Traducida a cuarenta y tres idiomas, ha tenido que consultar en un par de ocasiones a su hijo Nicolás el título de alguna de sus novelas. “Así es de fácil desprenderse del libro. Pero tristeza no me da”, ha expresado la escritora, que, al acabar una obra, siente “alivio por unos veinte minutos”, aunque enseguida comienza a pensar en la siguiente.

“Por años dije que quería escribir una novela erótica, pero tenía que esperar a que se muriera mi mamá porque le habría dado un ataque”, ha bromeado sobre la posibilidad de explorar géneros nuevos. “Ahora ya estoy muy vieja para eso”, ha añadido entre risas.

Inspiración para encontrar a los “locos deliciosos”

“En general, la gente que me inspira es la de la calle, los héroes invisibles”, ha contado Allende, que admira la resiliencia de muchas de las mujeres que conoce a través de su fundación: “Mujeres que han perdido todo son capaces de ponerse de pie. Esa es la gente que me inspira”.

Viajes, conversaciones ajenas, libros, películas. Cualquier cosa puede contribuir a la construcción de los personajes, de los que Allende tiene “una idea vaga” al principio y cuyos caracteres va moldeando a medida que escribe las novelas y no antes, “a menos que sea algo histórico”.

“A mí no me sirven los famosos ni los poderosos; me sirve la gente corriente”, ha continuado. Pero para que esa gente corriente sirva como protagonista de alguna de sus historias, tiene que distanciarse un poco del “sentido común” y formar parte de los “locos deliciosos”.

EFE