Alfredo Lazzeretti vive sus últimos meses como rector de la Universidad Nacional de Mar del Plata, el mismo lugar donde empezó como estudiante en los años ‘80 y al que luego volvió como docente y dirigente. A fines de noviembre, después de ocho años de gestión, cederá el mando a Mónica Biasone, quien junto a Marina Sánchez Herrero lideró la lista Transformación Universitaria y se convirtió en la primera fórmula femenina elegida para conducir la UNMDP.

En una entrevista con LA CAPITAL, Lazzeretti hizo un balance de estos años al frente de la institución y también reflexionó sobre el rol de la universidad pública. “Ha sido un enorme honor presidir la universidad que me formó”, dijo y, al repasar su tarea, aseguró: “Puedo decir sin temor a equivocarme que no he traicionado ninguno de los principios que me motivaron a participar en la universidad y en la vida pública”.

-¿Cómo vivió la elección y qué sintió al ver ganar al primer binomio femenino que conducirá la UNMDP?

-Siento una gran alegría por diversas razones. En primer lugar, porque participaron más de 20.000 personas de los distintos cuerpos que integran la universidad, lo cual siempre contribuye a tener una institucionalidad fuerte y representativa en cada uno de los cuerpos colegiados. Además, se volvió a ratificar la muy razonable y positiva convivencia entre las distintas expresiones políticas de la universidad en general y del movimiento estudiantil en particular. Y una alegría grande porque nos tocó ganar con la fórmula de Transformación Universitaria que llevó adelante por primera vez una candidata a rectora mujer (Mónica Biasone), que me parece que después de más de 60 años de historia de la Universidad provincial y de 50 de la nacional, era tiempo de que una mujer se hiciera cargo de los destinos de la institución.

Mónica Biasone sucederá en el cargo al actual rector de la UNMDP, Alfredo Lazzeretti.

-Se destaca una continuidad en la línea de gestión: Daniel Medina, Francisco Morea, Lazzeretti y ahora Biasone, ¿por qué cree que la comunidad universitaria vota mayoritariamente en ese sentido?

-Seguro hay muchas interpretaciones. Yo creo que, en primer lugar, porque desde hace 20 años la Universidad Nacional de Mar del Plata tiene un crecimiento y desarrollo sostenido en distintas áreas, hay una oferta académica más amplia, la apertura de Medicina, la ampliación de la cantidad de tecnicaturas… esto y más habla de una universidad que se renueva, que se transforma y que trata de dar respuestas. Lo mismo en el ámbito de la investigación, donde tenemos cerca de 250 grupos de investigadores. Se produce conocimiento que después se vuelca a las aulas, pero también a la producción y al mejoramiento de nuestra sociedad. Somos una universidad con una tarea de extensión enorme. Trabajamos con sindicatos, clubes, asociaciones vecinales, cooperativas y mutuales, y también con los tres niveles jurisdiccionales del Estado y con los tres poderes que lo componen.

Es una universidad que transfiere tecnología, que cuenta con un sistema de medios públicos que ha crecido muchísimo, que tiene una editorial como EUDEM que es un orgullo y produce entre 40 y 50 libros por año. Y hay una manera de entender la administración de la cosa pública. Este año confluimos en grandes reuniones de más de cien personas, donde había representantes de todas las unidades académicas. Entre todos fijamos las líneas de un programa para el periodo 25-29. Entonces, cuando uno respeta a la gente, promueve la participación e incluye a quien piensa distinto, sin sectarismo, sin exclusiones… esa manera de gestionar genera adhesión. Es un respaldo importante que la comunidad universitaria nos siga eligiendo.

-Su primera gestión comenzó en 2017, pero de allí hasta ahora han pasado tres gobiernos, altibajos económicos, la pandemia y ahora este ajuste salarial y presupuestario, ¿es este el momento más duro para la universidad?

-Es un momento de mucha complejidad. Este gobierno ha agredido mucho e intentado desacreditar a la universidad pública, a la vez que se generaba un proceso de desfinanciamiento de la educación superior. Además, hay un total desmantelamiento del sistema de ciencia, tecnología e innovación, que es de una gravedad enorme y se va a hacer cada vez más evidente, no solo porque no hay fondos para investigar, sino porque docentes e investigadores están dejando los equipos que integraban porque el retraso salarial es muy grande, muy fuerte, y hace muy difícil que esta gente que trabaja 40 horas semanales en la universidad pueda sostenerse.

Hay un clima de fuerte malestar que se traduce, entre otras cosas, en las tres marchas federales que realizamos. No tengo dudas de que cuando pase el tiempo y las podamos mirar en alguna perspectiva más histórica, nos vamos a dar cuenta lo que significaron. Van a quedar en la historia del movimiento universitario argentino, por su masividad y por su implante geográfico, en todo el país, y no solo los universitarios sino un enorme sector de la sociedad.

-Ingresó a la UNMDP en los ’80 como alumno, luego fue docente, ocupó múltiples cargos y terminó siendo dos veces rector, ¿cómo analiza ese recorrido al mirar hacia el punto de partida?

-Ha sido un enorme honor presidir la universidad que me formó y me dio todo. Y sabes que hay continuidad. Con Mónica Biasone arrancamos muy jóvenes, armando agrupaciones estudiantiles en 1983 y participando siempre muy activamente. Puedo decir sin temor a equivocarme que no he traicionado ninguno de los principios que me motivaron a participar en la universidad y en la vida pública en aquel entonces. Han sido años maravillosos en los que hemos tratado de hacer los máximos esfuerzos para que los jóvenes tengan más y mejores oportunidades de las que tuvimos nosotros por allá cuando se recuperaba la democracia. Y vamos a seguir haciendo esos esfuerzos. No tengo dudas de que Mónica y Marina (Sánchez Herrero) van a seguir transitando ese camino.

-Siempre hay pendientes al final de una gestión. ¿Qué cosas le hubiera gustado concretar y espera que se materialicen en la gestión que viene?

-En una institución tan compleja como la universidad siempre hay cosas para hacer y mejorar. Nosotros hemos podido concretar mucho de lo que impulsamos y espero poder, antes de terminar mi gestión el 30 de noviembre, dejar inaugurada la sala de lectura silenciosa de la Biblioteca Central. Hoy la UNMDP está entre las grandes universidades del sistema público argentino, por la cantidad de estudiantes, por su densidad en materia de investigación, por su calidad en políticas de extensión y por su enraizamiento con la sociedad, con una presencia muy importante en todo el sudeste bonaerense. Estoy convencido de que ese camino se va a profundizar.

-En el plano político, hoy se presenta como candidato a diputado nacional por Provincias Unidas, ¿qué lo motivó a dar ese paso junto al espacio que lidera Florencio Randazzo?

-Siempre he tenido una participación política muy activa. He sido militante del Partido Socialista desde mi juventud temprana. En este caso hay dos motivaciones muy grandes. La primera es tratar de construir una alternativa política distinta que nos saque de los extremos, del cero Estado al todo Estado. Una política racional en la que el mercado y el Estado sean dos dispositivos con los que cuenta la sociedad para proveerse de bienes y servicios y garantizar su bienestar. Y también darle una alternativa política a la Argentina que respete la institucionalidad, la división de poderes, la justicia y el control que el Parlamento realiza sobre el Poder Ejecutivo Nacional. Esta alternativa que hoy estamos construyendo se llama Provincias Unidas y es federal, porque refleja al interior del país, con distintos gobernadores, y es muy plural, ya que conviven casi todas las tradiciones políticas argentinas.

Y como ha quedado demostrado en estos dos años para el sistema universitario público argentino, el principal poder del Estado es el legislativo, el Congreso nacional, que crea las universidades, vota el presupuesto y las controla. Entonces, será una banca al servicio y a la defensa de la educación pública, del sistema universitario público y del sistema de ciencia y tecnología.

Es muy importante ir a votar. La democracia se resuelve con más participación popular. Así que esperamos que el 26 de octubre la gente se acerque a votar y que, de acuerdo a su real saber y entender, elija lo que crea más conveniente para el futuro de la nación.