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Interés general 21 de abril de 2022

Lo juzgan por golpear al acosador de su pareja en una reunión de consorcio

El hecho ocurrió en marzo de 2019, cuando en un edificio céntrico presentaban a un nuevo administrador. La encargada se retiró molesta con uno de los propietarios y más tarde su pareja concurrió al lugar y lo atacó en el hall. La situación fue grabada por una cámara de seguridad.

El hecho ocurrió en un edificio de Córdoba al 1600.

“La voy a hacer echar, forro”, jura el hombre que el otro le dijo. La frase no se escucha en el video, porque las cámaras de seguridad, generalmente, registran sólo imágenes. De ellas se desprende que la reacción del declarante fue tomarlo del cuello, arrojarlo al piso y golpearlo en la cara y en otras partes del cuerpo, lo que le causó graves lesiones.

Los detalles, la situación previa a la golpiza y las consecuencias de ese acto es lo que deberá establecer la Justicia Correccional a partir del próximo lunes, cuando se desarrolle el debate oral que tendrá en el banquillo de los acusados a Damián Hugo Gauna (51), el autor de la golpiza.

Es que la imputación que pesa sobre el hombre es sólo el corolario del caso, su reacción a lo Will Smith. Pero el trasfondo tiene ribetes por de más interesantes, ya que el hecho a juzgar ocurrió en un contexto que suele ser de conflicto: una reunión de consorcio.

De acuerdo a la investigación que desarrolló la fiscal Andrea Gómez, el viernes 29 de marzo de 2019, poco antes de las 18, se presentaba ante los propietarios de uno de los edificios ubicados en Córdoba al 1600 (entre San Martín y Luro), pleno centro marplatense, un nuevo administrador. En ese marco, la encargada manifestó que se sentía “perseguida” por uno de los moradores de la torre, y a continuación se retiró de la asamblea.

Minutos más tarde, cuando el encuentro había finalizado, apareció en el hall del edificio Gauna, en ese entonces pareja de la mujer, e interceptó a un hombre al que, según se desprende de las declaraciones testimoniales que figuran en la causa, increpó por acosarla laboral y sexualmente.

Y esa la situación que captó la cámara de seguridad: el hombre corpulento se dirige al presunto acosador (cuya identidad se mantendrá en reserva en esta nota por no existir una acusación formal al respecto) y tras un breve intercambio de palabras, lo toma del cuello y ambos se precipitan al suelo.

La paliza le provocó al propietario de uno de los departamentos heridas de severa consideración, conforme señalaron los médicos que lo atendieron luego. “Sufrió escoriaciones a nivel escapular, escoriaciones, hematomas y edema bipalpebral en ojo derecho, escoriaciones en brazo derecho y lesión en el hombro, con síndrome de stress post traumático que requirió asistencia psiquiátrica, lesiones en conjunto que demandarán tiempo mayor al mes para su resolución”, indicó la fiscal Gómez en el expediente.

Por ese motivo, habiéndose probado también que entre los insultos Gauna además le dijo al hombre que lo iba a matar, la instructora judicial lo imputó por los delitos de “amenazas” y “lesiones graves”.

“Fui a defender a mi mujer”

Gauna, que no tenía antecedentes penales, trabaja, está divorciado de su anterior pareja y en ese entonces vivía con sus dos hijas, no quedó detenido pero después de ser denunciado por el hombre agredido fue citado a declarar. A pesar de que su defensa le había aconsejado que se negara a ser interrogado, decidió aceptar las preguntas de la fiscal y dio su versión de los hechos.

El imputado aceptó los cargos y se hizo cargo de haber golpeado al propietario, aunque no de amenazarlo. Se justificó, claro, en los episodios de acoso que, según la mujer (cuyo nombre tampoco se cita en esta nota), había sufrido de su parte.

“Amenazas nunca hubo. El video solamente filma, no tiene sonido. El episodio sí sucede. Yo estaba charlando con él en la entrada del hall del edificio. Me increpa, me encara y me dice sobre S (la mujer), quien era mi pareja ya que nos separamos hace un mes debido a esta situación: ‘La voy a hacer echar, forro’. Mi reacción fue automática: lo agarré del cuello, caemos (sic) contra el portero eléctrico, yo no lo tiro, dentro del hall del edificio, y yo con mi antebrazo le trabo la cabeza y lo dejo trabado en el piso, inmovilizado, que es lo que se ve en el video. No hay ni trompadas ni patadas en ningún momento y no se ven en el video”, se defendió Gauna.

Además, el acusado se quejó y aseguró que el denunciante no había sufrido lesiones graves debido a que existían otras imágenes de días posteriores en los que se lo veía maniobrar una bicicleta y salir con una acompañante del edificio, mientras gozaba de una licencia médica en su trabajo, fundamentada en las agresiones sufridas.

“Yo estaba entrando a mi médico porque estoy operado de las piernas por una infección (…) y la llamo a S. Yo sabía que había una reunión en que presentaban al nuevo administrador; ella me atiende llorando y me cuenta que este tipo, quien la viene acosando hace dos años, en la reunión le dijo de todo y tanto el administrador como la gente se dieron cuenta que tiene algo con ella, porque es un enfermo”, continuó Gauna.

Y agregó: “Entonces me arrimo al lugar para ir a buscarla a ella, que a las 8 salía. Estaba llorando, temblando… Le dije que salga. Cuando ella sube por el ascensor para hablar con el administrador, por el otro baja él y ahí yo lo agarro y nos ponemos a charlar en el hall del edificio del lado de afuera, de la calle. Sólo le dije que se dejara de romper las pelotas, que no la joda, que si tenía un problema con acosar mujeres, se haga tratar, nada más. Él me encara y me dice: ‘La voy a hacer echar, forro’, y ahí reacciono“.

En cuanto a los testigos que lo incriminaron, aclaró que “toda la gente que aparece en el video llegó después; no estaban al momento del hecho”. “Yo me hago cargo de agarrarlo del cuello contra la pared, y caemos los dos, solo lo trabé de la cabeza para que no se mueva. Nunca quise pegarle, de hecho nunca lo hice. Yo quiero que esto se termine… Reconozco mi error, fue un acto impulsivo, fui a defender a mi mujer”, se justificó, a modo concluyente, en su declaración.

La defensa manifestó el deseo de llegar a una resolución conciliatoria, pero el caso siguió adelante y tres años después, llegará a juicio oral el próximo lunes.



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