El cambio de gobierno vuelve a encontrar a Mar del Plata en una instancia clave del año, el inicio de la temporada de verano, período que demanda rápidamente una serie de decisiones políticas para garantizar el funcionamiento de los servicios en la ciudad durante los meses de mayor afluencia turística.

Luego de asumir, para evitar conflictos Guillermo Montenegro deberá enfrentar con rapidez varios temas de agenda con vistas al desarrollo de la temporada.

El Operativo Sol será uno de los primeros desafíos. Para ello, según pudo saber LA CAPITAL, ya instruyó al flamante secretario de Seguridad municipal, Darío Oroquieta, para coordinar los detalles junto a la provincia de Buenos Aires con el objetivo de diagramar la distribución de los refuerzos policiales entre la costa y las playas, el centro y los barrios de Mar del Plata. En cuanto a este punto, se aguardan definiciones del gobernador electo Axel Kicillof, quien asumirá mañana.

El jueves, en tanto, Montenegro regresará a la Villa Victoria para encabezar el lanzamiento de la temporada cultural, donde hará su debut el secretario de Cultura, Carlos Balmaceda. La nueva gestión decidió darle continuidad a la iniciativa que permite presentar y promover a los artistas y espectáculos que trabajarán durante el verano en diferentes escenarios.

El tercer punto es el turismo, con un Emtur todavía sin definiciones en cuanto a sus futuras autoridades. En principio se resolvió mantener en la presidencia del ente a Jorge Zanier hasta mediados de la temporada, a los fines de no forzar cambios en este sentido antes de terminar el año y darle continuidad -por un corto plazo- a la proyección realizada durante los últimos meses de cara al verano. No obstante, en menos de 90 días deberían designarse nuevas autoridades para enfocar la política de turismo de la gestión de Montenegro.

En cuarto lugar, el gobierno deberá poner en marcha el operativo de control para las fiestas de fin de año a escasos días de haber asumido. En este sentido, se deberán coordinar y desplegar tareas especiales dentro de la Dirección de Inspección General y la Subsecretaría de Transporte y Tránsito, entre otras áreas. Lo mismo ocurrirá con el desarrollo de las primeras fiestas electrónicas previstas para este verano, con la experiencia del personal municipal y del SAME implementada en los últimos dos veranos.

Finalmente, aunque entre muchos más, otro de los desafíos inmediatos de la gestión de Guillermo Montenegro será el diálogo para frenar el conflicto con los guardavidas, un clásico de cada temporada.

Los encargados del servicio de seguridad en playas ya lanzaron a las calles una serie de reclamos y el objetivo de la gestión consiste en evitar que los mismos se profundicen durante la temporada. Para ello, integrantes del gabinete ya se encuentran abocados a analizar propuestas y soluciones para garantizar el operativo.

En simultáneo, desde el comienzo, el gobierno municipal deberá abrir el diálogo con distintos sectores que quedaron enfrentados con la gestión de Carlos Arroyo, como los trabajadores municipales y en particular los docentes -a quienes Montenegro prometió devolverles la bonificación a través de su primer decreto-, pero también impulsar políticas para generar empleo y reparar calles, escuelas, centros de salud y mejorar los espacios públicos.

De inmediato, sin embargo, el máximo desafío será trabajar para intentar ganar en lo personal y recuperar desde lo institucional la confianza de los vecinos de Mar del Plata y Batán en la Municipalidad de General Pueyrredon, luego del abandono, la desidia y los destratos que caracterizaron a los últimos cuatro años de gobierno.