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Opinión 30 de junio de 2020

Los gastronómicos no se rinden en su lucha para reabrir los comercios

Una protesta gastronómica de fines de junio. (foto archivo).

por Gerardo Gómez Muñoz

Es de perogrullo que sin turismo y gastronomía Mar del Plata perdería dos de las actividades que le han dado su razón de ser. La absoluta inactividad a lo largo de 100 días consecutivos, como está a la vista, le produce tal sangría que hoy, en medio de esa experiencia, la imagen ya es de muerte absoluta. Así lo entienden no sólo quienes viven de esta actividad. No hace falta dramatizar en el papel y mucho menos plantear la desubicada opción de economía o muerte. Sí, a estas alturas hay que hablar de un incomprensible criterio que ni siquiera atiende a evidentes razones y a factibles e inofensivas medidas parciales, porque hoy pareciera que para salvar al otro no quedan sino las de apretarse.

El secretario de gobierno Santiago Bonifatti con acierto clamaba en estos días pidiendo al gobierno provincial la consideración que se merece Mar del Plata para no sufrir las inevitables restricciones y prohibiciones que se aplican, en beneficio y en salvaguarda de la vida en poblaciones enteras del conurbano que nunca fue atendido y cuyo sabando se ha descubierto.

El funcionario con preciso razonamiento destacaba en sus declaraciones que la política municipal, en acuerdo con la línea bajada del gobierno provincial y nacional, practica todas las normas establecidas. Una ciudad de 800 mil habitantes que hoy sólo debe lamentar cuatro víctimas mortales, escasos contagiados y muchos días sin que se produzca un afectado. Personal médico, de enfermería y establecimientos acordes con el panorama de eficiencia y seguridad de primera categoría, centenares de voluntarios y organizaciones sociales a granel aportando todo tipo de colaboraciones.

Por su parte, el intendente Guillermo Montenegro que hizo un alto- dicen que el único tiempo en que no estuvo atento al tema central, la pandemia, fue el de las tres o cuatro horas del sábado en que estuvo dormido por la anestesia de la intervención quirúrgica de su cadera- ya dio el “presente”. Fue para comunicar que acepta las medidas del gobierno provincial, pero tiene nuevas propuestas. En los resquicios que dejan las herméticas decisiones del gobernador Axel Kicillof cabrían proposiciones que permitan el funcionamiento limitado de restaurantes, sin solicitar que las cafeterías y confiterías gocen de esa limitada posibilidad. Y para atender la puesta en marcha del Plan Cuidarnos, creado desde la comisión de salud de los Comités Barriales de Emergencia. La tarea de estos verdaderos custodios de la salud de las comunidades de los barrios desde ayer y hasta el próximo lunes. Alrededor de 20 de los más populosos barrios de la ciudad serán visitados.

Aparecen los inefables

Nadie la debe extrañar mucho y no es tampoco que se añore su aporte, más allá de sus actuaciones casi circenses en el escenario político. Esta vez se le fue la mano, pero sirvió para poner en evidencia que lo suyo está más en la pelea que en la unidad. Es Lilita Carrió que, apuró una declaración pública de sus legisladores -sigue manejando a su partido- para azuzar a Horacio Rodríguez Larreta, y evidenció que ya lo tiene apuntado, quizás porque el jefe de Gobierno de CABA está creciendo mucho. Así nomás como si tuviese una tutoría sobre la conducta del socio en el campo del frente macrista le advirtió que no se deje captar “por la política económica y la sanitaria de Kicillof”. Tal vez fue algo más sonando casi a amenaza. No se trata de hilar fino para hilvanar las intenciones de la chaqueña a la que no le importa qué piense la gente. Pero en esta ocasión su reaparición fue simultánea con la de Mauricio Macri y todo su partido que arrancaron tirando contra otra línea de flotación: las instituciones en peligro al igual que la economía. Casualmente cuando el FMI ponderó a través de uno de sus más importantes voceros el manejo de la grave situación argentina por el presidente Alberto Fernández.

La conexión del tema con nuestra escena está en que simultáneamente se reunieron en Lanús entre otros intendentes, su intendente Néstor Grindetti, el de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, y otros jefes comunales del PRO para concluir diciendo que seguir apoyando la cuarentena y alabando la participación del jefe del CABA y el piloteo de la crisis sanitaria con Fernández y Kicillof.

Todo esto concluye, ahora sí con una presunción, además de los ex peronistas Monzó y Frigerio, en estas figuras habrá que verse a Montenegro que es amigo de todos ellos y cabal cumplidor de las líneas que bajan del trío mentado, a María Eugenia Vidal y a radicales bonaerenses que a la sola mención le aparecen urticarias. Y no hay que ser olvidadizos: hace unos 10 días el presidente de la UCR, el mendocino Alfredo Cornejo -no olvidarse cantó loas al marplatense Maxi Abad- dijo que Macri ya está gastado para otras candidaturas… y, de paso, marche un tesorero para la FIFA…

El FdT movilizando la tropa

El Frente de Todos parece haber recibido la voz de mando “a moverse” con algunos iniciales ejercicios de mando del presidente del bloque de concejales. Pero la jugada más abierta y clara fue hace una semana con la decidida posición del titular de la bancada, Marcos Gutiérrez. Llegado el caso se cruzó frente al avance del oficialismo que se aprestaba a apoyar el proyecto de su concejal Alejandro Carrancio. La rapidez de un avezado radical como el coordinador de Gabinete, Alejandro Rabinovich, y seguramente del intendente Montenegro que veían venir cada vez más firmes las respuestas de Gutiérrez cuando tocaban a Kicillof, apuraron el acuerdo. Y sin más vueltas nació la Comisión de Reactivación Económica que tendrá la participación de representantes todos los bloques y más poder para tratar temas directos con el jefe comunal.

Por otra parte, la convocatoria de Fernanda Raverta a todos los funcionarios provinciales y nacionales como legisladores “del palo”, valga así porque cada vez es menos realista decir del PJ y no es del todo abarcativo mencionarlos como kirchnerismo. Por si caben dudas Fernanda es la jefa convocante y chau.

Demasiado llamativa era a esta altura la calma o el no asumir su papel, como si la diversidad de agrupaciones, centros y orgas estuviesen dispersando submandos y diluyendo el poder. De ahora en más la organización estará más centrada y Raverta más visible. Menos lejana, concepto claro sobre el modo de organizar y conducir una fuerza tan numerosa como dispersa. Menos reunionismo y por sobre todas cuestiones contacto con la base, cercanía con los vecinos y sus problemas para la solución hay nada menos que 50 funcionarios que podrán atender los más variados problemas. Sobre todos aquellos que requieran acercamiento a las reparticiones provinciales y nacionales.

El verdadero reordenamiento de la tropa que inició la ahora titular del Anses también tendrá otra utilidad posibilitar que la dirigente, joven y dinámica que tiene una experiencia larga y útil. en militancia y cargos, siga creciendo con miras a una eventual revancha. Pero ésto volverá, quizás, a depender de la “mínima”-máxima de Perón “no tirar a los viejos por la ventana”.



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